SEMANA 4:
04/07 – 10/07
Lunes 04: diario
Soba con menjunje |
Dormí en serio. Estaba destrozado, el calor me mató. Me desperté a las 7 y
empecé a limpiar a las 7:30. Nunca tan tarde. Me duché, me cambié la remera, me
afeité y llegó Akiba-san. Se puso a trabajar y yo a desayunar. Me hice un café
y arroz con nato, cebolla de verdeo y mayonesa. La última que me terminé tenía
un dejo al picante de la mostaza japonesa y fue genial, pero esta no lo tiene,
además me hice dos tostadas con mantequilla de maní, aún me queda un poco. Le
preparé un té a ella y me puse con el diario. Un buen progreso. Bajó Sensei y
me dio una tarea. Arreglar la palita del zapatero. Estaba agarrada a un gancho
con una soga que salía de la funda plástica que le recorría el mango. Esta
funda se rompió muchas veces. Me dio un taladro y un cordón. Cuando se cargó la
batería le hice el agujero, le pasé el cordón y quedo bien. Volví al diario.
Escribí hasta que Akiba-san se fue. Almorcé viendo el capítulo semanal de
Dragon Ball Super, y volví a escribir. De postre me comí la mini ensalada de
frutas, estaba riquísima. Estuve todo el día y lo completé al fin! En el medio
me comí todas las galletitas que hice anoche. Seguían gomosas, en algo estoy
fallando. Cené arroz con menjunje, gyozas y sopa de miso viendo Relatos
Salvajes. Me gustó. Dientes, ducha y futón hasta mañana.
Martes 05: decisión
El jardín podado |
El jardín podado |
Arriba a las 7, Dojo limpio y a desayunar la mezcla de nato de siempre con
un agregado especial, pan con huevo a la sartén, receta que aprendí de Irie-san
hace dos años. Después pisé una banana con mantequilla de maní y jarabe de
maple, todo con un café con leche. Chatee un poco y me fui a la clase de
japonés. Esta vez el salón estaba achicado y no nos pudimos parar alrededor de
la mesa para la hora del té, nos sirvieron en cada mesa. Terminé la fotocopia
que me habían dado la semana pasada e hice un repaso de cómo describir tu día.
Elegí describir el domingo que lo tuve atareado. De ahí me fui directo a la
estación y bajé en Tokorozawa que es más movida, busqué un banco y puse en
acción mi decisión. Voy a estar sólo 2 semanas de uchi-deshi en Suiza, voy a
usar parte de los euros que tenía reservados para comer bien acá. Adelantaré la
búsqueda de empleo el mes que viene. Cambié otros 100 euros en el banco.
Después pasé por un Seiyu, están por todas partes, y compré de todo un poco
para comer.
De vuelta en Tokorozawa puse la compu arriba de la mesada y cociné unos
fideos a los que les agregué el menjunje. Repasé la primera semana de
uchi-deshi para subirla luego y le mandé un mail a Patrick Cassidy de Suiza para
comunicarle mi nueva situación. Se estaba por hacer la hora de la clase. Guardé
todo, limpié el Dojo, me cambié y me sobraron unos minutos que use para dormir.
Me sentía algo descompuesto, habrá sido el postre que compré en el súper,
pancitos rellenos de crema de café, me comí los 6, estaban muy ricos. Es por
esto que intento no comprar dulces, no me controlo cuando son tan ricos.
Clase de niños, Kasahara-san de ayudante. Me tocó enseñarles el kata 13 a
los niños. Una hora de descanso entre clases. Empezó la de adultos. Llovía
bastante, muchos faltaron. Sensei me llamó una vez de uke. Fue una buena
práctica. Kako-chan me pidió que la ayude con su examen de 2do kyu, con el
jiyuwaza. En el trabajo libre nos pusimos 3 a practicar las técnicas para 2do
kyu, uno de ellos rinde a fin de mes. En un momento se lastimó y tomé la
batuta, técnicas de segundo dan, elegí contra técnica (kaeshiwaza). Después de
la clase ayudé a limpiar, doblé la hakama, acomodé el té y le hice de nage al
chico nuevo que está súper entusiasmado, lo tiré 80 veces. Un breve descanso y
lo ayudé con armas, le hice repasar golpes básicos de jo. Se fueron todos y me
quedé a terminar mi día. Ducha, futón, cena, chat, Skype cortado con Alfredo,
diario al día y a dormir.
Miércoles 06: rosa
Tokorozawa Dojo |
Arriba medio tarde, limpié todo y me alcanzó para sacar las hojas de la
canaleta. La clase se basó en ushiroryotedori, cansadora para la mañana, pero
es la segunda de la semana, no fue tan grave. Al terminar doblé la hakama de
Sensei, me duché y subimos a desayunar. Esta vez nos tenía preparados arroz,
sopa de miso, mini tortilla, tofu con queso y pollo agridulce con vegetales, es
una genia. Repetí arroz con nato y sopa. De postre pedí el café con leche
francés, está bueno, me gustó más el late machiato italiano. Cuando bajamos al
Dojo Sensei nos acompañó y bajamos un montón de cartón para tirar, mañana es el
jueves del mes para ese tipo de basura. Me fui a Kodaira, Kasahara-san se me
había adelantado. Pero me lo crucé cuando salimos de la estación, él se demoró
en el súper comprando bebidas y yo fui a buscar la bici. Limpié el Dojo y
empezó su clase, hoy basada en ryotedori, ambas manos sujetan una. Le doblé la
hakama, preparé el té, me cambié, colgué el keikogi y mi hakama afuera y salí a
asistirlo a Soshihan y a la jardinera en la poda de la rosa. Después empezamos
a rebajar el árbol que linda con el vecino pero no terminamos, quedó para otro
día. Me fui, pasé por Seiyu e hice las compras para el desayuno del viernes.
Tallarines, tomates triturados, cebolla, zanahoria, carne picada, banana y
yogurt. De vuelta en Tokorozawa Dojo cociné un almuerzo, gyozas y el cubo
blanco. Eso es algo que no sé cómo se llama, o cómo de cocina, pero vi el
paquete en un supermercado y el dibujito lo mostraba hervido, eso hice. Se
empezó a esparcir por el agua hasta desaparecer tornándola blanca y espesa con
olor a arroz, le agregué lechuga, salchicha y huevo. No fue lo más rico del
mundo, pero me alimentó. Me dormí una siesta, lavé los platos, cerré el Dojo y
me fui a Kodaira otra vez. Mientras esperaba que termine la clase de niños de
Kasahara-san llegaron Sato-san y otro alumno de la universidad. Limpiamos el
Dojo. Mientras me cambiaba Recep me dijo que Kobayashi Sensei me quiere llevar
a cenar antes de que termine mi período de uchideshi y antes de Recep se vaya
de viaje el lunes 18. Esa noticia me mejoró el ánimo e hice la clase con más
energía. Trabajamos mucha contra-técnica, linda clase. Durante el té me dijeron
que el domingo 17 cenamos con Sensei. Para esa fecha tengo muchos eventos. El
18 me voy Nikko con Hiroaki Sensei y el martes 19 a Tokio a verla a Kim, de
Corea, que va a estar en la ciudad sólo tres días. Shanny me dijo que el
domingo 14 después del examen en Hombu Dojo está la fiesta pos-examen en Tokio,
después la segunda fiesta en Tokorozawa y puede que eso siga y siga con tercera
y hasta cuarta fiesta cambiando de lugar. También me volvió a decir de cenar en
su casa. Le pasé mis días libres y va a organizar con su esposa. Cerré el Dojo,
me comí mi postre energético (banana pisada con mantequilla de maní y jarabe de
maple) y volví a Tokorozawa. En el Seiyu compré un bento rebajado para comer un
poco de carne. Me tengo que alimentar bien, está funcionando. En el tren
actualicé el borrador del diario.
Jueves 07: bolognesa
La salsa bolognesa |
Desarrollé una costumbre de dejar una taza de café con leche tapada en la
mesada de la cocina. A la mañana de los jueves y sábados, cuando voy a Kodaira
y no tengo mucho tiempo, empiezo el día con un café caliente y me voy. Buena
clase de Hiroaki Sensei, sin el té volví rápido a Tokorozawa. Estoy
acostumbrado a la clase de Soshohan, hice todos los protocolos sin
problemas. Dojo-cho apareció sobre el
final de la clase como suele hacerlo con cosas para meter en la oficina, esta
vez fueron muchos cinturones de colores. Se vienen los exámenes de niños. Se
fueron todos y me quedé solo a las 4:15. Quería descansar, pero había cosas que
hacer. Cociné mi almuerzo y lo comí, luego cociné la salsa bolognesa para
mañana. La dejé tapada sobre la hornalla y limpié el Dojo. Para mi sorpresa
vino Kasahara-san. Me ayudó a limpiar un poco y se vistió. Estuvo de asistente,
su hija participó de la clase. Yo hace unos días que me gané el rol de asistente
de jo, los niños me piden que les corrija los katas. Se fueron todos y empezó
mi hora libre, sólo media hora esta vez. Limpié el Dojo y empezaron a llegar
los alumnos. Antes de la clase vi el ritual de ukemi de Hiromi y Saito-san. Después
empezó l clase que estuvo buena y bastante movida. Doblé la hakama, preparé el
té y le hice de nage a Kawamoto-san (el alumno nuevo), 80 ukemis, lo que es la
juventud.
Se fueron todos, cena ya dormir.
Viernes 08: pantalón
La clase fue normal, ni muy agitada ni muy suave, la pude seguir. Cuando me
tocó con Hiromi quedé con la lengua afuera, para recordar que estamos vivos y
no hay que perrear, como dicen en España (perrear: moverse rezagado, como
gateando y por compromiso, como esperando a que termine la técnica). Doblé la
hakama, algunos hicieron ukemi y pusimos los escritorios. YO me cambié y me
metí en la cocina, puse agua a hervir y cociné 1,2 kg de tallarines. Fue rápido
esta vez, preparé el postre (yogurt con banana) antes que se me sume Hiromi,
ella puso la mesa y sirvió el té. La comida fue un éxito, gustó mucho. Es de
los platos en los que me tengo confianza. Mientras todos trabajaban no hubo
tareas para mí, me dediqué a chatear y leer. A las 10 empecé a preparar el café
y lo tomamos a las 10:30. Hiroaki Sensei no se quedó, se fue al aeropuerto. Hoy
vuela a Nepal para un seminario y vuelve el jueves que viene. Terminado el café
se fueron todos menos Kasahara-san. Me senté a escribir y se me rompió el
pantalón negro barato que había comprado en Irlanda, el que usaba en la cocina.
Me puse le corto, agarré la bici y pedalee hasta Shin-Tokorozawa donde hay una
tienda Uniqlo, compré un pantalón ¾ verde semi-elastizado para que no se me
rompa cuando me siento en seiza o con las piernas cruzadas.
De vuelta en el Dojo almorcé sobras de la bolognesa y me puse a buscar
trabajo en Milan. Una de mis ideas es irme a Italia después de mi estadía de
uchideshi en Montreux, Milan suena a una buena opción, está relativamente cerca
y es una ciudad grande. Mandé varios mails a ver qué pasa. Me preparé y salí
del Dojo, hora de ir a Kodaira. Mientras limpiábamos me dijo Recep que pasamos
la cena con Kobayashi Sensei para este domingo así es más fácil para él que
vuela el lunes 18. Además le agregamos una visita a las aguas termales. La
clase estuvo muy bien. Siempre me gusta practicar con Recep, su buena onda y su
sonrisa constante alegra el ejercicio y me da energía.
Volví a Tokorozawa, cené y a dormir.
Sábado 09: nage
Dormí unos minutos de más y me perdí el segundo tren de la mañana. Corrí a
la estación, por suerte con la mochila vacía, y me subí al tercer tren. Troté
hasta la bici y pedalee rápido. Llegué sólo 5 minutos más tarde de lo normal
pero sin desayunar y agitado. Por otro lado, estaba bien despierto. Limpié el
Dojo sin fiaca, cuando terminé me vino el cansancio, que luego s eme pasó
cuando empezó la clase de Soshihan. Después de preparar el té me duché y me
cambié, dejé todo listo para irme lo más pronto posible, no me sumé al Shodo.
Ni bien Kobayashi Sensei se despidió algunos alumnos que suelen tener llave me
dijeron que ellos cerraban, agradecí y me fui rápido. Los sábados son los días
que tengo menos tiempo para moverme entre Dojos. Cometí el error de comprarme
un café en el 7/11 para despertarme, eso me retrasó y llegué un poco tarde a
limpiar el Dojo. Akiba-san ya había empezado. Descolgué la ropa que tenía en el
vestuario (anoche llovió y no quería que se me moje), y barrí la vereda y la
calle.
Estuvo linda la clase. En seguida de terminada llegó Inoue-san, que siempre
asiste de alumno a la clase de adultos, esta vez fue el Sensei reemplazando a
Hiroaki Sensei. Es bueno, se mueve un poco más lento que otros Senseis y tiene
buena presencia, sus movimiento explican por sí solos.
Después del té me ayudaron a limpiar y se fueron todos. Me relajé, almorcé
y dormí la siesta. Vi un poco de animé, limpié el Dojo y empezó la clase de principiantes.
Como ya es costumbre, y me encanta, le hice de nage a Kawamoto-san, otros 80
ukemis. A las 8 me quedé solo. Momento de relajación, varias horas por delante
y la tranquilidad de poder levantarme tarde al día siguiente. Cené despacio
viendo videos y me dormí después de una ducha caliente.
Domingo 10: Soshihan
Levantarse a las 7 es un placer. Dojo limpio y me fui a Kodaira a limpiarlo
también. Hoy Kasahara-san no pudo asistir a la clase de niños, participé más.
En estas clases siempre me baja la presión. Como bien a la mañana y estoy un
poco más descansado ya que duermo dos horas más. Será el calor, que siempre
hace mucho los domingos a la mañana, o el hecho que es el último día de la semana
y por lo tanto en el que tengo más clases acumuladas.
En la clase de adultos Kasahara-san vilvió. Empecé cansado, con la spiernas
débiles y con mucho calor. Lo saludé a Recep un par de veces para despertarme.
Cuando hicimos armas practiqué con Kasahara-san, hicimos los kumijo, los katas
13, 22 y 31 y el kentaijo (jo contra ken) del kata 13. Fue su idea porque unos
días atrás le había preguntado si en Kobayashi Dojo tienen katas de ese estilo.
Me dijo que sí pero como no están en el programa de examen, muy pocos los
aprenden.
También asistió Victor, el peruano, a la clase. Durante el té creó otra
gran foto para la colección, como la que sacó en Tokorozawa hace dos semanas.
Kobayashi Sensei sacó otra caja de alfajores Havanna, mientras comíamos vi que
los blancos tenían algo de moho, le dije a Sensei que yo podía revisarlos
todos, cortar la parte con moho y poner en la mesa los que estaban sanos, pero
me dijo que no, que los tire todos. En mi idioma, “tirar la basura” significa
guardarla en la mochila y llevármela a casa, en este caso a la heladera de Tokorozawa.
Le pedí que me de los otros dulces argentinos regalo de Manuel para ponerlos en
la heladera así no les pasa lo mismo. Lo hice, levantamos la mesa y me fui, lo
dejé a Recep cerrando. Quedamos en encontrarnos en la estación de Tokorozawa a
las 19:45.
Antes de entrar a la estación pasé por el Seiyu y compré ciruelas y un
pancito dulce. Desayune eso en el tren, llegué al Dojo y lo limpié para la última
clase de la semana. La dictó el suplente oficial. No recuerdo su nombre es el
tranquilo y alto, de piel morena del tono de los japoneses de campo. Hicimos koshinage,
me vino bien la práctica, es una técnica que no me sale ni de uke ni de nage. A
este Sensei no le doblo la hakama, le ofrecí un par de veces y me dijo que no,
que estaba bien. El alumno nuevo que hace dos semanas vino a ver una clase y
que la semana pasada se desmayó, volvió. Esta vez terminó la clase sin
problemas y sin descansar. Estaba tan apenado que se disculpó con todos por lo
que le pasó la semana pasada y trajo bocadillos para el té. Terminamos todas
las ceremonias y me quedé solo a las 6. Lavé la ropa y me puse a trabajar. Ayer
me hice soco de AppCoiner, una empresa online que ofrece un trabajo de revisor
de aplicaciones. Uno elije una de la lista, la descarga en el celular o tablet,
la usa y escribe un reseña en la página. Te pagan por reseña. Claro que no fue
lo que me dijeron, les creí, pagué la membrecía única que no era tan cara y
probé una aplicación antes de irme. Resulta que para que te paguen la gente
tiene que entrar en tu página (te la crean ellos), descargar la aplicación
desde tu link, usar la aplicación y comprar lo que vendan dentro de la
aplicación. Son gratis para descargar y todas tienen ítems o que se pueden
pagar con tarjeta o paypal. O sea que es muy difícil que uno como revisor
genere alguna ganancia.
Cena con Kobayashi Sensei |
Se hizo la hora y fui a la estación. En Tokorozawa mientras lo esperábamos
a Kobayashi Sensei le conté un poco de este trabajo a Rece. Está interesado en
algo así para tener un ingreso extra. No sabía mucho al respecto aún, pero lo
contaré lo que averigüe. Llegó Sensei y nos fuimos al SPA. Buenísimo, estábamos
casi solos. 4 piletones de agua caliente, uno de agua tibia, dos saunas y
duchas con banco en las que no proveían de pasta de afeitar y navajas
descartables. Lo seguimos a él, cuando nos duchamos le lavé la espalda, después
fuimos al barcito del SPA a tomar cerveza y picar. Me dieron un chop grande.
Brindé e hice un esfuerzo por tomarlo. Terminé la espuma, casi luchando tragué
un tercio de la cerveza, ellos ya estaban por la mitad del segundo chop. Le
cedí el resto del mío a Recep. Se lo terminó y nos fuimos a cenar. Entramos en
un restaurante de ramen que le gusta mucho a Sensei. Es sencillo, ruidoso y muy
sabroso. Les diej que me sentía como Naruto, siendo invitado un ramen por
Sensei. No lo conocían. Aproveché la oportunidad para preguntarle sobre el
entrenamiento en su escuela.
YO- Mi duda era cómo es que si
nunca explican técnica ni detalle, y cuando se meten en las parejas no
corrigen, dejan pasar los errores, se tiran aún cuando está mal hecha, cómo es
que hay tantos alumnos tan buenos?
Kobayashi Sensei- Son buenos
porque no explico dijo, O’Sensei no explicaba, continuó.
Mi deducción, que le gustó a Sensei, fue que ellos muestran la técnica bien
hecha siempre como lo buenos practicantes que son, con su onda y energía
motivan mucho a los alumnos creando en ellos una pasión por el arte. A los que
les pica le bichito se ponen a estudiar por su cuenta. Cuando uno hace eso,
nota que los Sensei de Kobayashi Dojo tienen mucho para mostrar y lo hacen todo
el tiempo, aprenden. Motivan el estudio.
Volví al Dojo bien lleno. Terminé de testear la aplicación, empecé a
escribir la reseña y me quedé dormido. Mañana será el gran día de trabajo.