Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

domingo, 14 de agosto de 2016

138-Tokorozawa 04~10/jul - deciciones y buenos momentos



SEMANA 4:
04/07 – 10/07


Lunes 04: diario
Soba con menjunje
Dormí en serio. Estaba destrozado, el calor me mató. Me desperté a las 7 y empecé a limpiar a las 7:30. Nunca tan tarde. Me duché, me cambié la remera, me afeité y llegó Akiba-san. Se puso a trabajar y yo a desayunar. Me hice un café y arroz con nato, cebolla de verdeo y mayonesa. La última que me terminé tenía un dejo al picante de la mostaza japonesa y fue genial, pero esta no lo tiene, además me hice dos tostadas con mantequilla de maní, aún me queda un poco. Le preparé un té a ella y me puse con el diario. Un buen progreso. Bajó Sensei y me dio una tarea. Arreglar la palita del zapatero. Estaba agarrada a un gancho con una soga que salía de la funda plástica que le recorría el mango. Esta funda se rompió muchas veces. Me dio un taladro y un cordón. Cuando se cargó la batería le hice el agujero, le pasé el cordón y quedo bien. Volví al diario. Escribí hasta que Akiba-san se fue. Almorcé viendo el capítulo semanal de Dragon Ball Super, y volví a escribir. De postre me comí la mini ensalada de frutas, estaba riquísima. Estuve todo el día y lo completé al fin! En el medio me comí todas las galletitas que hice anoche. Seguían gomosas, en algo estoy fallando. Cené arroz con menjunje, gyozas y sopa de miso viendo Relatos Salvajes. Me gustó. Dientes, ducha y futón hasta mañana.

Martes 05: decisión
El jardín podado

El jardín podado
Arriba a las 7, Dojo limpio y a desayunar la mezcla de nato de siempre con un agregado especial, pan con huevo a la sartén, receta que aprendí de Irie-san hace dos años. Después pisé una banana con mantequilla de maní y jarabe de maple, todo con un café con leche. Chatee un poco y me fui a la clase de japonés. Esta vez el salón estaba achicado y no nos pudimos parar alrededor de la mesa para la hora del té, nos sirvieron en cada mesa. Terminé la fotocopia que me habían dado la semana pasada e hice un repaso de cómo describir tu día. Elegí describir el domingo que lo tuve atareado. De ahí me fui directo a la estación y bajé en Tokorozawa que es más movida, busqué un banco y puse en acción mi decisión. Voy a estar sólo 2 semanas de uchi-deshi en Suiza, voy a usar parte de los euros que tenía reservados para comer bien acá. Adelantaré la búsqueda de empleo el mes que viene. Cambié otros 100 euros en el banco. Después pasé por un Seiyu, están por todas partes, y compré de todo un poco para comer.
De vuelta en Tokorozawa puse la compu arriba de la mesada y cociné unos fideos a los que les agregué el menjunje. Repasé la primera semana de uchi-deshi para subirla luego y le mandé un mail a Patrick Cassidy de Suiza para comunicarle mi nueva situación. Se estaba por hacer la hora de la clase. Guardé todo, limpié el Dojo, me cambié y me sobraron unos minutos que use para dormir. Me sentía algo descompuesto, habrá sido el postre que compré en el súper, pancitos rellenos de crema de café, me comí los 6, estaban muy ricos. Es por esto que intento no comprar dulces, no me controlo cuando son tan ricos.
Clase de niños, Kasahara-san de ayudante. Me tocó enseñarles el kata 13 a los niños. Una hora de descanso entre clases. Empezó la de adultos. Llovía bastante, muchos faltaron. Sensei me llamó una vez de uke. Fue una buena práctica. Kako-chan me pidió que la ayude con su examen de 2do kyu, con el jiyuwaza. En el trabajo libre nos pusimos 3 a practicar las técnicas para 2do kyu, uno de ellos rinde a fin de mes. En un momento se lastimó y tomé la batuta, técnicas de segundo dan, elegí contra técnica (kaeshiwaza). Después de la clase ayudé a limpiar, doblé la hakama, acomodé el té y le hice de nage al chico nuevo que está súper entusiasmado, lo tiré 80 veces. Un breve descanso y lo ayudé con armas, le hice repasar golpes básicos de jo. Se fueron todos y me quedé a terminar mi día. Ducha, futón, cena, chat, Skype cortado con Alfredo, diario al día y a dormir.


Miércoles 06: rosa
Tokorozawa Dojo
Arriba medio tarde, limpié todo y me alcanzó para sacar las hojas de la canaleta. La clase se basó en ushiroryotedori, cansadora para la mañana, pero es la segunda de la semana, no fue tan grave. Al terminar doblé la hakama de Sensei, me duché y subimos a desayunar. Esta vez nos tenía preparados arroz, sopa de miso, mini tortilla, tofu con queso y pollo agridulce con vegetales, es una genia. Repetí arroz con nato y sopa. De postre pedí el café con leche francés, está bueno, me gustó más el late machiato italiano. Cuando bajamos al Dojo Sensei nos acompañó y bajamos un montón de cartón para tirar, mañana es el jueves del mes para ese tipo de basura. Me fui a Kodaira, Kasahara-san se me había adelantado. Pero me lo crucé cuando salimos de la estación, él se demoró en el súper comprando bebidas y yo fui a buscar la bici. Limpié el Dojo y empezó su clase, hoy basada en ryotedori, ambas manos sujetan una. Le doblé la hakama, preparé el té, me cambié, colgué el keikogi y mi hakama afuera y salí a asistirlo a Soshihan y a la jardinera en la poda de la rosa. Después empezamos a rebajar el árbol que linda con el vecino pero no terminamos, quedó para otro día. Me fui, pasé por Seiyu e hice las compras para el desayuno del viernes. Tallarines, tomates triturados, cebolla, zanahoria, carne picada, banana y yogurt. De vuelta en Tokorozawa Dojo cociné un almuerzo, gyozas y el cubo blanco. Eso es algo que no sé cómo se llama, o cómo de cocina, pero vi el paquete en un supermercado y el dibujito lo mostraba hervido, eso hice. Se empezó a esparcir por el agua hasta desaparecer tornándola blanca y espesa con olor a arroz, le agregué lechuga, salchicha y huevo. No fue lo más rico del mundo, pero me alimentó. Me dormí una siesta, lavé los platos, cerré el Dojo y me fui a Kodaira otra vez. Mientras esperaba que termine la clase de niños de Kasahara-san llegaron Sato-san y otro alumno de la universidad. Limpiamos el Dojo. Mientras me cambiaba Recep me dijo que Kobayashi Sensei me quiere llevar a cenar antes de que termine mi período de uchideshi y antes de Recep se vaya de viaje el lunes 18. Esa noticia me mejoró el ánimo e hice la clase con más energía. Trabajamos mucha contra-técnica, linda clase. Durante el té me dijeron que el domingo 17 cenamos con Sensei. Para esa fecha tengo muchos eventos. El 18 me voy Nikko con Hiroaki Sensei y el martes 19 a Tokio a verla a Kim, de Corea, que va a estar en la ciudad sólo tres días. Shanny me dijo que el domingo 14 después del examen en Hombu Dojo está la fiesta pos-examen en Tokio, después la segunda fiesta en Tokorozawa y puede que eso siga y siga con tercera y hasta cuarta fiesta cambiando de lugar. También me volvió a decir de cenar en su casa. Le pasé mis días libres y va a organizar con su esposa. Cerré el Dojo, me comí mi postre energético (banana pisada con mantequilla de maní y jarabe de maple) y volví a Tokorozawa. En el Seiyu compré un bento rebajado para comer un poco de carne. Me tengo que alimentar bien, está funcionando. En el tren actualicé el borrador del diario.


Jueves 07: bolognesa
La salsa bolognesa
Desarrollé una costumbre de dejar una taza de café con leche tapada en la mesada de la cocina. A la mañana de los jueves y sábados, cuando voy a Kodaira y no tengo mucho tiempo, empiezo el día con un café caliente y me voy. Buena clase de Hiroaki Sensei, sin el té volví rápido a Tokorozawa. Estoy acostumbrado a la clase de Soshohan, hice todos los protocolos sin problemas.  Dojo-cho apareció sobre el final de la clase como suele hacerlo con cosas para meter en la oficina, esta vez fueron muchos cinturones de colores. Se vienen los exámenes de niños. Se fueron todos y me quedé solo a las 4:15. Quería descansar, pero había cosas que hacer. Cociné mi almuerzo y lo comí, luego cociné la salsa bolognesa para mañana. La dejé tapada sobre la hornalla y limpié el Dojo. Para mi sorpresa vino Kasahara-san. Me ayudó a limpiar un poco y se vistió. Estuvo de asistente, su hija participó de la clase. Yo hace unos días que me gané el rol de asistente de jo, los niños me piden que les corrija los katas. Se fueron todos y empezó mi hora libre, sólo media hora esta vez. Limpié el Dojo y empezaron a llegar los alumnos. Antes de la clase vi el ritual de ukemi de Hiromi y Saito-san. Después empezó l clase que estuvo buena y bastante movida. Doblé la hakama, preparé el té y le hice de nage a Kawamoto-san (el alumno nuevo), 80 ukemis, lo que es la juventud.
Se fueron todos, cena ya dormir.


Viernes 08: pantalón
La clase fue normal, ni muy agitada ni muy suave, la pude seguir. Cuando me tocó con Hiromi quedé con la lengua afuera, para recordar que estamos vivos y no hay que perrear, como dicen en España (perrear: moverse rezagado, como gateando y por compromiso, como esperando a que termine la técnica). Doblé la hakama, algunos hicieron ukemi y pusimos los escritorios. YO me cambié y me metí en la cocina, puse agua a hervir y cociné 1,2 kg de tallarines. Fue rápido esta vez, preparé el postre (yogurt con banana) antes que se me sume Hiromi, ella puso la mesa y sirvió el té. La comida fue un éxito, gustó mucho. Es de los platos en los que me tengo confianza. Mientras todos trabajaban no hubo tareas para mí, me dediqué a chatear y leer. A las 10 empecé a preparar el café y lo tomamos a las 10:30. Hiroaki Sensei no se quedó, se fue al aeropuerto. Hoy vuela a Nepal para un seminario y vuelve el jueves que viene. Terminado el café se fueron todos menos Kasahara-san. Me senté a escribir y se me rompió el pantalón negro barato que había comprado en Irlanda, el que usaba en la cocina. Me puse le corto, agarré la bici y pedalee hasta Shin-Tokorozawa donde hay una tienda Uniqlo, compré un pantalón ¾ verde semi-elastizado para que no se me rompa cuando me siento en seiza o con las piernas cruzadas.
De vuelta en el Dojo almorcé sobras de la bolognesa y me puse a buscar trabajo en Milan. Una de mis ideas es irme a Italia después de mi estadía de uchideshi en Montreux, Milan suena a una buena opción, está relativamente cerca y es una ciudad grande. Mandé varios mails a ver qué pasa. Me preparé y salí del Dojo, hora de ir a Kodaira. Mientras limpiábamos me dijo Recep que pasamos la cena con Kobayashi Sensei para este domingo así es más fácil para él que vuela el lunes 18. Además le agregamos una visita a las aguas termales. La clase estuvo muy bien. Siempre me gusta practicar con Recep, su buena onda y su sonrisa constante alegra el ejercicio y me da energía.
Volví a Tokorozawa, cené y a dormir.


Sábado 09: nage
Dormí unos minutos de más y me perdí el segundo tren de la mañana. Corrí a la estación, por suerte con la mochila vacía, y me subí al tercer tren. Troté hasta la bici y pedalee rápido. Llegué sólo 5 minutos más tarde de lo normal pero sin desayunar y agitado. Por otro lado, estaba bien despierto. Limpié el Dojo sin fiaca, cuando terminé me vino el cansancio, que luego s eme pasó cuando empezó la clase de Soshihan. Después de preparar el té me duché y me cambié, dejé todo listo para irme lo más pronto posible, no me sumé al Shodo. Ni bien Kobayashi Sensei se despidió algunos alumnos que suelen tener llave me dijeron que ellos cerraban, agradecí y me fui rápido. Los sábados son los días que tengo menos tiempo para moverme entre Dojos. Cometí el error de comprarme un café en el 7/11 para despertarme, eso me retrasó y llegué un poco tarde a limpiar el Dojo. Akiba-san ya había empezado. Descolgué la ropa que tenía en el vestuario (anoche llovió y no quería que se me moje), y barrí la vereda y la calle.
Estuvo linda la clase. En seguida de terminada llegó Inoue-san, que siempre asiste de alumno a la clase de adultos, esta vez fue el Sensei reemplazando a Hiroaki Sensei. Es bueno, se mueve un poco más lento que otros Senseis y tiene buena presencia, sus movimiento explican por sí solos.
Después del té me ayudaron a limpiar y se fueron todos. Me relajé, almorcé y dormí la siesta. Vi un poco de animé, limpié el Dojo y empezó la clase de principiantes. Como ya es costumbre, y me encanta, le hice de nage a Kawamoto-san, otros 80 ukemis. A las 8 me quedé solo. Momento de relajación, varias horas por delante y la tranquilidad de poder levantarme tarde al día siguiente. Cené despacio viendo videos y me dormí después de una ducha caliente.


Domingo 10: Soshihan
Levantarse a las 7 es un placer. Dojo limpio y me fui a Kodaira a limpiarlo también. Hoy Kasahara-san no pudo asistir a la clase de niños, participé más. En estas clases siempre me baja la presión. Como bien a la mañana y estoy un poco más descansado ya que duermo dos horas más. Será el calor, que siempre hace mucho los domingos a la mañana, o el hecho que es el último día de la semana y por lo tanto en el que tengo más clases acumuladas.
En la clase de adultos Kasahara-san vilvió. Empecé cansado, con la spiernas débiles y con mucho calor. Lo saludé a Recep un par de veces para despertarme. Cuando hicimos armas practiqué con Kasahara-san, hicimos los kumijo, los katas 13, 22 y 31 y el kentaijo (jo contra ken) del kata 13. Fue su idea porque unos días atrás le había preguntado si en Kobayashi Dojo tienen katas de ese estilo. Me dijo que sí pero como no están en el programa de examen, muy pocos los aprenden.
También asistió Victor, el peruano, a la clase. Durante el té creó otra gran foto para la colección, como la que sacó en Tokorozawa hace dos semanas. Kobayashi Sensei sacó otra caja de alfajores Havanna, mientras comíamos vi que los blancos tenían algo de moho, le dije a Sensei que yo podía revisarlos todos, cortar la parte con moho y poner en la mesa los que estaban sanos, pero me dijo que no, que los tire todos. En mi idioma, “tirar la basura” significa guardarla en la mochila y llevármela a casa, en este caso a la heladera de Tokorozawa. Le pedí que me de los otros dulces argentinos regalo de Manuel para ponerlos en la heladera así no les pasa lo mismo. Lo hice, levantamos la mesa y me fui, lo dejé a Recep cerrando. Quedamos en encontrarnos en la estación de Tokorozawa a las 19:45.
Antes de entrar a la estación pasé por el Seiyu y compré ciruelas y un pancito dulce. Desayune eso en el tren, llegué al Dojo y lo limpié para la última clase de la semana. La dictó el suplente oficial. No recuerdo su nombre es el tranquilo y alto, de piel morena del tono de los japoneses de campo. Hicimos koshinage, me vino bien la práctica, es una técnica que no me sale ni de uke ni de nage. A este Sensei no le doblo la hakama, le ofrecí un par de veces y me dijo que no, que estaba bien. El alumno nuevo que hace dos semanas vino a ver una clase y que la semana pasada se desmayó, volvió. Esta vez terminó la clase sin problemas y sin descansar. Estaba tan apenado que se disculpó con todos por lo que le pasó la semana pasada y trajo bocadillos para el té. Terminamos todas las ceremonias y me quedé solo a las 6. Lavé la ropa y me puse a trabajar. Ayer me hice soco de AppCoiner, una empresa online que ofrece un trabajo de revisor de aplicaciones. Uno elije una de la lista, la descarga en el celular o tablet, la usa y escribe un reseña en la página. Te pagan por reseña. Claro que no fue lo que me dijeron, les creí, pagué la membrecía única que no era tan cara y probé una aplicación antes de irme. Resulta que para que te paguen la gente tiene que entrar en tu página (te la crean ellos), descargar la aplicación desde tu link, usar la aplicación y comprar lo que vendan dentro de la aplicación. Son gratis para descargar y todas tienen ítems o que se pueden pagar con tarjeta o paypal. O sea que es muy difícil que uno como revisor genere alguna ganancia.
Cena con Kobayashi Sensei
Se hizo la hora y fui a la estación. En Tokorozawa mientras lo esperábamos a Kobayashi Sensei le conté un poco de este trabajo a Rece. Está interesado en algo así para tener un ingreso extra. No sabía mucho al respecto aún, pero lo contaré lo que averigüe. Llegó Sensei y nos fuimos al SPA. Buenísimo, estábamos casi solos. 4 piletones de agua caliente, uno de agua tibia, dos saunas y duchas con banco en las que no proveían de pasta de afeitar y navajas descartables. Lo seguimos a él, cuando nos duchamos le lavé la espalda, después fuimos al barcito del SPA a tomar cerveza y picar. Me dieron un chop grande. Brindé e hice un esfuerzo por tomarlo. Terminé la espuma, casi luchando tragué un tercio de la cerveza, ellos ya estaban por la mitad del segundo chop. Le cedí el resto del mío a Recep. Se lo terminó y nos fuimos a cenar. Entramos en un restaurante de ramen que le gusta mucho a Sensei. Es sencillo, ruidoso y muy sabroso. Les diej que me sentía como Naruto, siendo invitado un ramen por Sensei. No lo conocían. Aproveché la oportunidad para preguntarle sobre el entrenamiento en su escuela.
YO- Mi duda era cómo es que si nunca explican técnica ni detalle, y cuando se meten en las parejas no corrigen, dejan pasar los errores, se tiran aún cuando está mal hecha, cómo es que hay tantos alumnos tan buenos?
Kobayashi Sensei- Son buenos porque no explico dijo, O’Sensei no explicaba, continuó.
Mi deducción, que le gustó a Sensei, fue que ellos muestran la técnica bien hecha siempre como lo buenos practicantes que son, con su onda y energía motivan mucho a los alumnos creando en ellos una pasión por el arte. A los que les pica le bichito se ponen a estudiar por su cuenta. Cuando uno hace eso, nota que los Sensei de Kobayashi Dojo tienen mucho para mostrar y lo hacen todo el tiempo, aprenden. Motivan el estudio.
Volví al Dojo bien lleno. Terminé de testear la aplicación, empecé a escribir la reseña y me quedé dormido. Mañana será el gran día de trabajo.

martes, 9 de agosto de 2016

137-Tokorozawa 27/jun~3/jul - un reencuentro, una lesión



SEMANA 3
27/06 – 03/07

Lunes 27: Joseph
Arriba antes que la alarma suene. Limpié y desayune hablando por Skype con los chicos que estaban reunidos para ver un partido de Argentina. Fue un muy lindo momento, me quise tomar todos los mates que veía en la pantalla. Cortamos, ordené el Dojo para que venga la mujer que hace papeleo todos los lunes y hablé unos 15 minutos con mi papá antes de que llegue. A trabajar, subí a la casa de Sensei a pedirle la máquina limpiadora a vapor de mano con la idea de limpiar el extractor de aire de la cocina del Dojo. Pero me pidió su esposa que empiece por la de ellos. Es mucho más grande, tiene tres filtros de metal negro. Ella los sacó y los puso en la pileta, me mostró dónde había intentado limpiarlos con esponja y se veían manchones blancos, habrá sacado la pintura. Le pedí diarios para cubrir las hornallas y cargué de agua la máquina vaporizadora. 

Usé primero la cabeza a presión de la máquina, resulta que los filtros son blancos, estaban  muy, pero muy sucios y grasosos. No es suficiente esa cabeza, usé la cabeza con escobilla, fantástica, pero tenían mucha grasa, se empastó antes de terminar la primera parte del primer filtro. La dejé en remojo y puse la otra cabeza con escobilla. La puse en remojo también y puse los tres filtros en agua caliente con quita grasa. Usé la cabeza cilíndrica con toalla para el extractor, no funcionó, es para mugre ligera. Le di con la cabeza con escobilla sucia, aflojó pero ensucié también. Le di con la cabeza a presión, no fue suficiente. Volví a los filtros en la pileta, como no tenía soporte necesitaba ambas manos, y el gatillo de la máquina no se queda apretado, con mis manos grasosas la ensucié bastante. Hice un enchastre tal que calculé cortar la limpieza a las 11 para empezar a limpiar e irme a las 12. Dejé los tres filtros blancos con manchas de grasa, mucho mejor, y el extractor  a medio limpiar. Además limpié bien con agua hirviendo y quita grasa las cabezas con escobilla. Limpié la cocina, guardé el equipo y le dejé el resto a la esposa de Sensei. Bajé al Dojo, me duché, me preparé para salir y me fui. La dejé sola a la mujer que hace papeleo. Le dije que me iba a encontrar con un amigo y me dijo que sonaba divertido.

Llegué a Seibu-shinjuku 20 minutos antes de la hora pactada, revisé los alrededores a ver por dónde podría aparecer Joseph y subí a comprar snacks (malvaviscos, galletitas de coco, maní con miel y otra huevada) en la tienda de todo por 100 yenes del octavo piso. Volví a la entrada de la estación y ahí estaba Joseph. Nos dimos un abrazo y empezamos a caminar. Qué zona tan ruidosa es esa. Entre los arreglos de la calle, las pantallas gigantes con música, el ruido de las casas de juego y el bullicio de la gente, teníamos que gritarnos para comunicarnos. Nos movimos a una zona un poco más tranquila y entramos a un restaurante a tomar algo. Yo me pedí un café con el postre más barato, él un plato de fideos muy rico y una cerveza. Se pidió un café y nos fuimos, me invitó la comida. No paramos de charlar de nuestras experiencias en Japón y de nuestros blogs. Él tiene uno en el que publica sobre sus vivencias de budoka (practicante de artes marciales). Lo llevé a conocer el Hombu Dojo, mañana va a entrenar en la clase de la madrugada. Nos sacamos una foto en la puerta y lo llevé a ver la estación de Wakamatsu-kawada para que esté orientado. Nos quedaba un rato y fuimos a pasear al parque al que yo solía ir a tocarla ocarina hace 2 años. Lindos recuerdos. Nos sentamos en unos banquitos y seguimos hablando. Tocamos el tema de la separación del Reino Unido de la Unión Europea y como eso parece que provocará la separación del Reino Unido. También hablamos de nuestros futuros, lo que vemos en ellos. Él está construyendo su Dojo y yo quiero hacer algo similar cuando me instale. Paseamos un poco más y nos despedimos en la estación. Fue genial volver a verlo. Me dio el mismo consejo que me dio Fredy, cuida tu cuerpo, no lo sobre exijas y comé bien.
Caminé hasta la estación comiendo los maníes con miel. Bajé en Kokukoen y fui al Dojo. Cené arroz con menjunje (había hecho mucho). Escribí en el diario, vi mis series y me tomé un café con malvaviscos. Se me acabó juego de tronos. Qué buena que estuvo. Ahora a esperar otros 11 meses. Por otro lado, Dragon Ball Super se está poniendo cada vez mejor.


Martes 28: lesión
Chat con mamá. Desayuné arroz con nato y un café, barrí la vereda rápido y me fui a la estación. Me la encontré a Hiromi en el tren, ella cambiaba en Tokorozawa para ir a Hoya, el Dojo de Koyanagi Sensei, yo seguí hasta Higashi-murayama. Tercera clase de japonés, más fotocopias. De vuelta me tenté con una dona de chocolate en forma de churro español. Barrí la vereda otra vez. Almorcé arroz con cebolla y menjunje.
Después de comer, como habíamos quedado ayer, volvía a subir a terminar de limpiar el extractor, me dijo la esposa de Sensei que vuelva en media hora, que me llama. Me tomé otro café mientras escribía el diario. Me puse al día y me llamó otra vez. Subí, saqué los filtros y los puse en remojo con agua caliente y anti grasa. Armé la vaporizadora y limpié la campana, después con un trapo sumergido en agua muy caliente y anti grasa saqué las adherencias hasta que quedó limpia y casi sin pegote por dentro. Le di otra repasada a los filtros con la máquina y las esponjas buenas. Quedé satisfecho. Hay más trabajo para hacer si se quiere, pero ya están blancos otra vez y el aire puede correr libre después de tanto tiempo. Limpié la cocina y me llevé el equipo al Dojo. Estaba justo con el tiempo. Lo guardé en el cobertizo de la aspiradora y barrí la vereda, el Dojo aún estaba limpio de esta mañana. Me vestí y llegó Mizuki.
Mizuki y Yuuma son los dos niños que siempre llegan media hora antes de la clase, agarran el jo para practicar para el examen y se pasean por el Dojo con el arma en la mano haciendo chistes y hablando sin practicar. Esta vez Mizuki llegó primero y me pidió ayuda con el Shomenuchi kotegaeshi (una técnica de mano vacía), después le corregí el kata 31 de jo a Yuuma y llegó el resto de los niños. Apareció Hiroaki Sensei, se puso la hakama y empezó la clase. La llevé bien. Se fueron todos los niños y barrí el Dojo. Faltaba una hora para la clase de adultos, me relajé pero los alumnos empezaron a llegar 40 minutos antes en lugar de 30 como lo suelen hacer. Bueno, apuré el trámite, encendí las luces, preparé el té y me volví a poner la hakama. En esta clase hay un alumno viejo que siempre me pregunta qué aprendí hoy en mi clase de japonés.
Hubo muchos principiantes, estuve entrenando bastante con ellos, me gusta mostrarles y mi cuerpo agradece el descanso de la intensidad regular. En el trabajo libre hicimos entre otras cosas shomenuchi iriminage, una de las técnicas que más me cuesta ser uke, seguir al nage, lo atacamos al senpai del grupo y me entró muy bien y cortito, no llegué a seguirlo y sentí como le pegué muy fuerte con la rodilla al tatami. Algo no estaba bien, pero estaba tan agitado que no sentía mucho. Terminé la clase y ni pensé en sumarme al trabajo extra esta vez, temía por mi rodilla. Tomamos el té sin comidita, se había acabado todo. Los alumnos se empezaron a ir y me quedé solo a las 22. Cociné y cené con miedo. Sentía un dolor en la rodilla similar al de hace dos años en la otra rodilla, cuando me esguincé los ligamentos cayendo mal de ikyo ura y estuve un mes sin actividad. No quería que me pase eso estando de uchi-deshi. Pero no había nada que hacerle. Lo que pasó, pasó y tenía que afrontarlo como sea. No me quedaban más ibuprofenos, me los había terminado con el resfrío. Me acosté con pensamientos cruzados de qué cagada, qué bronca que me pase esto, y la forma de solucionarlo es reposo, tendré que ser un uchi-deshi sin clases por unos días.


Miércoles 29: médico
Qué feo, esta mañana rengueé por todo el Dojo limpiando, fue interesante ver los movimientos raros que hice con la cadera y la pierna derecha para levantarme del suelo sin flexionar la izquierda, que me dolía horrores. El primero en llegar fue Kasahara-san, acomodó cosas como suele hacer, cosas que se me escapan, y sacó la basura de la casa de Sensei, gracias a eso no tuve que subir a hacerlo yo. Le dije que no participaría de las clases hasta recuperarme, y que dado mi estado prefería no ir a Kodaira hoy. Cuando llegó Sensei se lo dije también y me sentó en un banquito en la oficina a ver la clase. Saqué mi libreta celeste de España y escribí. Durante la clase tomé nota de la misma y escribí borradores del diario. Al final doblé la hakama de Hiroaki Sensei y cerré el Dojo. Ya solos y con todo ordenado, Kasahara-san y yo subimos para el desayuno de los miércoles. Qué rico concina esa mujer. Arroz, pescado, sopa de miso, ensalada caliente, ensalada fría. De postre un latte machiato, la próxima probaré el café con leche francés. Pedí permiso para faltar a Kodaira hoy. No puedo caminar media hora y mucho menos usar la bici con la flexión de piernas que implica. Me dijo que está bien, pero que mañana vaya  a la mañana. Me dio tareas para hacer hoy en el Dojo. También me dijo que acá cerca hay un masajista, pero no puedo ir hasta que se desinflame. Bajé al Dojo y apareció Sensei con un montón de papeles. Sacó una trituradora del closet del futón y me mostró como usarla. Cuando se llena la caja se detiene sola y hay que vaciarla, cada 20 minutos de detiene sola para enfriarse. Dadas estas condiciones y el volumen de papeles a triturar, me iba a tomar un buen rato. Aparte de esto tenía que ir a la farmacia de la estación a comprar ibuprofeno o algo similar. Trituré hasta que se estuvo, tomé té con galletitas de coco, más papeles, bajó Sensei con otra tarea. Cortar hojas A4 con la guillotina, sellarlas y abrocharlas. Fue todo muy rápido. Se fue y volví a mis papeles, se detuvo la máquina, limpié y guardé todo y me fui a la estación. Rengo como estaba no iba a ir hasta el Seiyu en Kodaira. Compré una droga similar al ibuprofeno y algo de comida (huevos, un dulce, galletitas de chocolate y medio zapallo). Volví al Dojo y de vuelta con los papeles, chat con Recep. Hay un médico acá cerca, iré también. Almorcé arroz con menjunje y seguí con los papeles. Me tomé un café con las galles de chocolate.
Seguí con los papeles y limpié el extractor de aire de la cocina. Fue más fácil que el de arriba, bastante más fácil. Casi no usé la vaporizadora. Son 4 partes plásticas, las limpié en la pileta, la campana cuadrada la limpié con un trapo húmedo, quedó bastante bien, estoy contento. Más papeles y guardé todo otra vez. Fui al médico. Me atendieron muy bien me cobraron 5000 yenes por una ecografía y un tratamiento. Los huesos y ligamentos están bien, el problema es del músculo, hay que dejarlo descansar. Me aplicaron frío, calor y electro durante 20 minutos. Me dijo que había comprado el medicamento correcto. De vuelta al Dojo a darle a los papeles. En el corte preparé la cena. Arroz con menjunje más hongos y apio salteados en aceite, había que comerlos, se estaban poniendo viejos. Trituré papeles hasta que se volvió a parar y la guardé. Me quedó poco para terminarlo mañana. Ducha y a dormir.


Jueves 30: cuadernito
Que la paz prevalezca en la tierra
Me levanté mejor, menos dolor, aún rengueando un poco. Directo a la estación para ir a Kodaira, en el camino compré un desayuno en el 7/11. Caminé al Dojo para no usar la bici. Legué antes de lo previsto. Limpié el baño y después el Dojo. Llegó Koyanagi Sensei, pobre siempre llega cuando estoy terminando de barrer y entra al Dojo esquivando la mugre juntada. Llegó Kasahara-san y se puso a hacer papeleo, me autorizó a hacer las compras para el desayuno del viernes y de unas esponjas nuevas. Empezó la case de Hiroaki Sensei y me quedé sentado en la oficina escribiendo y viendo, tomé varias notas. Al final de la clase doblé la hakama y como no hay té me fui rápido, a las 7:47. Los chicos estaban intercambiando los lugares de los ken con los jo, empieza el mes de trabajo con bastón. El mercado de verduras frente al Seiyu estaba cerrado, eso me modificó los planes, va a ser más cara la comida de mañana, compré la mitad de lo que necesitaba y algunas cosas para mí.
Llegué temprano a Tokorozawa. Barrí el tatami y la calle, preparé los vestuarios y la oficina para Soshihan. Agha llegó primero, un alumno que suele venir a estas clases y las de los sábados. Es del sur de Rusia, charlamos un rato, estudió medicina en la India, quedamos que algún día que esté libre vamos a comer a su casa que está en las montañas. Ahí vive con su esposa japonesa. Preparé el té de Soshihan y lo dejé en la ventana, dejé listo el de después de la clase y fui a esperarlo en la oficina para darle su hakama. La mujer que habla fuerte y no sé su nombre llegó un poco tarde y trajo bocadillos de regalo para Soshihan, papitas para la hora del té del Dojo y apio para ensalada para el desayuno de mañana. Durante la clase me puse al día con el diario a  través de borradores en mi cuadernito; un hombre llegó al Dojo, dejó un sobre con plata y se llevó 4 keikogis; cuando terminaron las técnicas y empezó el momento del trabajo libre de armas, Sensei entró a la oficina y lo ayudé a cambiarse el keikogi, él siempre usa dos por clase porque los transpira mucho. Después llegó Dojo-cho (Hiroaki Sensei), con bolsas de cinturones de colores para el examen de niños y una caja, dejé todo en la oficina, él subió a su casa. En la hora del té, la mujer que habla fuerte sacó media sandía que había traído antes, fue una sensación, todos contentos con eso, todos comiendo, después alguien puso chocolatines en la mesa. Se fueron todos. Sensei me dijo que hoy no hay clase de niños. Podré descansar un poco más y prepararme para el desayuno de mañana.
Almorcé gyozas y zapallo frito con arroz, me descompuse, pero se me pasó para la noche. Me dormí una siesta y terminé de triturar los papeles, vacié la mochila y me fui al médico con ella. Me hicieron el mismo tratamiento de ayer, ilusamente creí que ya estaba pago, pero no, y ahí se me fueron otros 2,500 yenes. Hace unos días decidí dejar de sufrir hambre en tiempos de uchideshi para guardarme los euros para mi futuro uchideshi. Lo que por un lado es lógico y por el otro me preocupa qué voy a hacer en Suiza y con el mes que les dije que iba a ir, tal vez haga sólo dos semanas. Del médico fui a la estación, pero antes compré un paquetito de 100 yenes de chocolates esponjosos, me encantan. Bajé en Kodaira, con la esperanza de encontrar el mercado de verduras abierto. No tuve suerte, tuve que ingeniármelas con la verdura del súper que es más cara. Finalmente no hubo problemas, hasta compré carne para saltearla con cebolla y zanahoria. Quise variar el postre, así que compré una tortita húmeda barata y le voy a agregar crema batida por mí. Además me llevé un postre para el camino, un pancito relleno de chocolate blanco. En la estación me compré un pancito con crema y volví al Dojo. Guardé las compras en la heladera y limpié. Me puse a cortar la zanahoria, la cebolla y la cebolla de verdeo, al menos eso estaría listo mañana. Llegaron Sato, el estudiante de universidad y otro del mismo club. El primero quiso preparar el té mientras yo estaba cortando cebolla, le pedí que lo haga más tarde. El otro se puso a practicar con Hiromi que hace poco había llegado con dos tortas que puso en la heladera. Parece que hoy hay cumpleaños, Sensei trajo cervezas, me llenaron la heladera.
Qué manera de entrenar! Ukemi tras ukemi, dos máquinas, ella lo dejó con la lengua afuera. Guardé la verdura cortada en la heladera y preparé el té. A las 19:30 empezó a clase. Se me acercó Shany y me dijo que lo dibuje, no me pareció una mala propuesta, lo hice. El primer intento daba miedo, los demás fueron más raros, después quise cambiar el enfoque y empezar por el ojo, por la boca, no hubo caso, el segundo fue el que más zafó, el de perfil.
Antes de la clase yo había esparcido el spray anti bichos por todo el Dojo, 3 veces hubo que sacar las escobas y barrer los bichos muertos fuera. Sensei me pidió que tire aerosol insecticida en todas las ventanas para que no entren más. Sobre el final de la clase preparé los trapos para apurar el trámite, le doblé la hakama a Sensei como siempre en el primer par de tatamis limpio que suelen ser los de Jonny. Preparé el té y sacamos las cervezas, Hiromi sacó las tortas y las presentó en la mesita. Una de frutilla para John, un alumno inglés que hace rato vive acá y otra de mango para Kaho, la hija de Hiroaki Sensei. Cantamos el feliz cumpleaños para ambos y comimos torta. Yo charlé un ratito con Jonny. Sensei me preguntó si conocía Nikko, parece que me van a llevar, pero no sé cuándo o por qué, sé que será en auto. Le di el fuenton de la arrocera a Sensei y se fueron todos. Me quedé solo otra vez. Puse a hervir un tercio del zapallo y separé 5 claras de huevo, le agregué azúcar y saqué la batidora, en ese momento me enteré que no tenía las puntas, sólo la máquina. Empecé a batir a mano con un tenedor. Estuve un buen rato, transpiré  ucho, mucho calor en la cocina con el horno encendido. Cuando el agua del zapallo se tornó naranja agregué fideos y seguí batiendo. Me comí los fideos con zapallo mientras batía, lavé mientras batía y dejé de batir a las 11:30. Basta, mañana le pido a Sensei una batidora. Guardé la semi crema en la heladera y saqué el masajeador eléctrico que había encontrado hace uno días. Es buenísimo, lo usé un poco en la espalda, me duché y a dormir.


Viernes 01: mejorando
Gran desayuno japonés completo
Me levanté mucho mejor. Limpié el Dojo, saqué la basura, llegó Kasahara-san y cambiamos los jo por boken como en Kodaira. Saqué la basura de Sensei, le pedía  su esposa una batidora, me dio una manual y Sensei me dio el fuentón lleno de arroz, lo puse a hacer enseguida. Me senté en la oficina y empezó la clase, escribí unas buenas páginas y doblé la hakama de Sensei. En seguida me metí en la cocina y saqué l mantelito para que Hiromi sepa que ya estaba listo para que prepare los platos. Empieza la cocina!
Puse a rehogar la cebolla y la mitad de la cebolla de verdeo en una cacerola, mientras se ablandaba abrí todos los paquetes de sopa instantánea y los vacié en otra cacerola con la mitad del agua necesaria. Cuando la cebolla estuvo blanda puse la mitad en un bowl y agregué la zanahoria cortada en tiritas a la cacerola. Mientras seguía abriendo y vaciando paquetitos de sopa salteé los hongos y los agregué al mismo bowl de la cebolla separada, en esa hornalla puse a hervir la sopa con más agua. Estaba muy fuerte y le seguí agregando agua. Cuando la zanahoria se ablandó un poco le agregué la carne de cerdo, cuando estuvo la saqué y puse la sartén grande con un poco de aceite. En el bowl donde tenía la cebolla y los hongos rompí 12 huevos, lo revolví bien con un poco de leche y sal y lo vertí en la sartén aceitada caliente, revolví constante hasta que se hizo el huevo revuelto. Hiromi había preparado ya la ensalada y la había servido, al igual que el arroz y tenía la crema casi lista, le pedí que bata por mí. Yo serví la sopa y el huevo, batí un poco más la crema y no nos dio más el tiempo, corté la torta en 6 porciones  y le puse crema arriba, quedó muy dulce y con mucho sabor a vainilla. Lista la mesa, 6 personas, cada una con 6 bowls y una taza de té. Arroz, ensalada, huevos revueltos, salteado de cerdo y vegetales, sopa de miso y torta con crema. Quedaron satisfechos. Nos tomó un buen rato limpiar, muchos platos. Cuando tuve todo limpio y la basura afuera sólo faltaban 15 minutos para la hora del té. Pregunté si tomábamos café caliente o cosas frías. Votaron por lo segundo, después entre los 5 hicieron piedra papel o tijeras a ver quién pagaba, perdió Akiba-san, la mujer que siempre hace papeleo los lunes. ME dio 1000 yenes y fui al 7/11 a comprar. Me llevé una coca, un jugo de naranja y otro de manzana y un té verde. Además de una dona para mí, esa fue aparte, claro. Nos sentamos a la mesa con los dulces sobrantes de ayer. Uno de ellos fue un regalo que le hicieron a Soshihan y que dejó acá, unos cubitos de azúcar muy dulces. Cuando los probaron dijeron que eran ideales para café. Nos acabamos los chocolatines. A mí me gustan esos cubos de azúcar. Levantamos todo y limpiamos. Siguió el papeleo. Sin nada que hacer me senté a leer. Se me cerraban los ojos. Miré un poco el teléfono pero no había Internet, mucha gente conectada saturó el router. Leí un poco más y Mikio Sensei me dijo que la ayude a Akiba-san. La tarea era pegar papeles en una carpeta. Tenía un aparatito con el mismo sistema de aquellos correctores de tinta que dejaban pegada una cinta blanca en la hoja, solo que en lugar de eso dejaba pegada una cinta adhesiva de ambos lados convirtiendo al papel en un sticker de fácil aplicación, es genial. Se hizo la hora y se empezaron a ir.
Almorcé arroz con zapallo y té, preparé té nuevo para la heladera, del verde. Antes de irme volví a barrer la vereda, habían caído muchas hojas nuevas y no se veía nada bien. Me fui a  Kodaira con la hakama en la mochila. Mañana vuelvo a entrenar y la dejé colgada allá para cargar menos. Con el Dojo limpio llegó Koyanagi Senseia  encontrarse con la barrida final en la puerta. Mientras barría la calle lo vi a Recep plantando flores en las macetas nuevas, me sumé y entre los dos plantamos un montón de flores en las 3 macetas. Empezó la clase de Soshihan y yo me mantuve en la oficina viendo la clase y escribiendo. Durante la clase me llamó y me aplicó dos puntos de presión, a los lados del codo, uno para ikyo y el otro para sankyo, muy interesante. Cuando hicieron jo Sensei entró a su cuartito y lo ayudé a cambiarse el keikogi. Acá lo deja al lado de la puerta para llevárselo arriba. En Tokorozawa lo lavo yo. Terminó la clase. Recep se encargó del té. Servimos unas galletitas dulces griegas que estaban en la heladera. Eran de almendra y manteca, riquísimas. Nos fuimos todos. Kasahara-san estaba arreglando las bicis así que me fui caminando a la estación, Recep me acompañó. Hablamos un montón, le pregunté cómo decidió ser uchi-deshi por tres años, me gustó, no lo contaré acá. Llegando a la estación lo vimos a Kasahara-san entrando a un cajero, salió con varios sobres de dinero y me los dio para que los lleve al Dojo mañana a la mañana. Se fue corriendo para alcanzar el tren. Con Recep nos despedimos en las escaleras para los andenes. Volví a mi Dojo. Compré una cena en el súper de Kokukoen, esperaba llevarme un lindo bento con descuento pero erra muy tarde, ya casi no quedaban. Me llevé un roll chino, dos piezas de vegetales fritos, dos bollos de poroto dulce y una pancito con crema. Me comí todo caminando menos los bollos que estaban muy pegajosos. Me los comí con palillos sentado en el tatami y me dormí. Me desperté a la media hora pegajoso, acalorado y con los platos sucios. Puse todo en orden, me duché y a dormir en el futón.


Sábado 02: regreso
Mesa lista para Shodo (caligrafía japonesa)
Con todo listo para irme me fui bien temprano en el tren de las 4:57. Caminé hasta el Dojo desde la estación de Kodaira. Limpié el Dojo y con Recep barrimos afuera. Me cambié y me puse la banda para la rodilla que me dio el médico. Todavía duele un poco, por las dudas no haré suwariwaza. Pero resulta que el maeukemi y a veces el ushiro me duelen más que caminar con las rodillas. Pasa que el problema surge en la rotación, que es más común al levantarme que la pivotear sobre la rodilla. En la clase de Soshihan hubo mucha práctica de examen. Terminada la clase preparamos el té y Sachie, una de las alumnas de Shodo (caligrafía japonesa) preparó la mesa en la oficina, la ayudé, lo dejé a Recep encargado del té y me senté on un pincel. Sachie se sumó y después Soshihan nos corrigió. No fue mucho. Terminamos a los 20 minutos. Limpiamos todo y me fui lo más rápido posible. Seguía a pata, compré un café y dos pancitos en el 7/11 cerca del Dojo y rapicaminé hasta la estación. Desayuné en el tren y me apuré al Dojo, sólo tenía 15 minutos para limpiar. Pero lo encontré abierto. Akiba-san estaba sacudiendo el polvo. Bueno, fuimos dos para la tarea. Preparé la hakama de Sensei, barí afuera y encendimos las luces. Sensei no llegaba. ME enteré que él no dictaría la clase de niños, sino que lo haría Akiba-san. Me dio a dos alumnos para que les enseñe el examen y me dejó solo, fue la Sensei que más libertad me dio, estuvo bueno. LA siguiente clase, la de adultos, tampoco la dictó Sensei, el encargado fue Inoue Sensei. Este es bueno, siempre asiste y siempre destaca por su técnica. Me gustó verlo al frente. En la hora del té volvió Hiroaki Sensei. Había ido a la boda de un amigo. Se fueron todos y quedamos en la mesita del té Hiromi, Jonny, Janny (un francés que vvie acá, su nena va a las clase de niños y él hace de ayudante) y yo. Janny se fue y yo empecé mis tareas mientras Jonny y Hiromi seguían practicando. Limpié las tazas, lavé la ropa descolgué la ropa seca, me duché, ahí se fueron. Almorcé y me dormí una siesta. Volví a limpiar el Dojo a las 5:30. La clase de principiantes la dictó in instructor que no conocía. No me convence su estilo de armas. Postura muy alta, medio tambaleante. Aún así no se puede negar su técnica, pero de afuera se ve desprolija. La clase estuvo tranquila, en comparación con las regulares, como suele ser. Me dejaron solo a las 8. Tiempo de sobra para limpiar, cocinar y escribir, sólo que casi no escribí, me la pasé viendo videos en Internet.


Domingo 03: calor
Cuando querés galletitas pero no te da el presupuesto.
Impresionante la temperatura de este día. Arriba a las 7. Limpié el Dojo, desayuné, chatee un poco y me fui a Kodaira. Recep me dijo por mensaje de Facebook que va a llegar justo para la clase porque va a comprar flores para el cantero, pedido de Soshihan. Esta vez pasé por el estacionamiento de bicicletas y ahí estaba la mía. Pedalee hasta el Dojo. Hacía calor pero la brisa de la bici me refrescaba lindo. Limpié el Dojo y apareció Recep con las flores. No llegamos a plantarlas antes de la clase de niños, tuvimos que seguir con el plan de hacerlo después de la de adultos. En ambas clases estuvo encargado Kasahara-san. Soshihan está en Kyoto por eventos de Aikido. No me gustan las clases de niños de los domingos. Estoy toda la hora parado, siempre hay ayudantes de sobra, no tengo nada que hacer. Preferiría estar haciendo tareas para el Dojo afuera o en la oficina, o algo más productivo. La clase de adultos estuvo buena. Practiqué con gente de todos los niveles, una rica experiencia. Al final preparé el té, doblé la hakama y me cambié. Rápido salía  ayudarlo a Recep a plantar las flores. Uno de los alumnos, un no regular, fue hasta el súper y nos trajo dos gaseosas para refrescarnos. Le gente tiene buena y eso es genial! Por suerte la gaseosa tenía muy poco gas y buen sabor, no me costó mucho tomarla frente a él. Además sí que me refrescó. Vino bien. El cantero quedó mucho más lindo. Apliqué algunas de las cosas que aprendí con Geoff en Londres cuando fui asistente de jardinero. Me estaba yendo y Recep me pidió ayuda para una última cosa. Sacarle la tuerca al brazo que sujeta la canasta delantera de una de las bicis. La estaba cambiando y esta tuerca estaba trabada y oxidada. La saqué y me fui rápido a la estación. Vi que tenía unos minutos extra y pasee por el mercado de verduras. Me dejé llevar y compré de todo muy barato. Me subí con tres bolsas al tren. En Kokukoen me apuré al Dojo y otra vez lo encontré abierto. La esposa de Sensei estaba charlando con el instructor que dictaría la clase en reemplazo del reemplazo de Yamawaki Sensei. El mismo que lo reemplazó a Hiroaki Sensei anoche. Guardé toda la compra en la heladera y barrí afuera.
Esta vez el hombre que había visto la clase el domingo pasado vino con keikogi y se sumó. Se lo notaba agotado, el calor lo estaba venciendo. Hacía mucho calor. Unos 30 minutos antes que termine la clase lo vimos desmayado en la oficina. Lo asistimos, le pusimos hielo por todos lados, cuando se reincorporó le dimos de tomar jugo de naranja frío. Cuando lo vimos consciente retomamos la práctica, una alumna se quedó a su cuidado. En la práctica libre la saludé a Hiromi, qué manera de rodar. Habremos pasado por 8 técnicas (4 repeticiones cada uno) en los primeros 5 minutos. Sensei llegó para el té. El alumno nuevo estaba muy apenado. Se duchó y se fue. El resto me dejó solo a las 6. Pensé que iba a cocinar, preparar todas las verduras y frutas que había comprado tan baratas, lavar la ropa y tanto más. Pero el calor era tal y el cansancio más el temor por la rodilla tan abrumadores que me tiré al suelo. Junté fuerzas para sacar el cartón de jugo de manzana y me lo tomé mirando el teléfono. Me volví a tirar al suelo. Junté fuerzas y me duché para sacarme el pegote, separé la ropa y lavé todo lo blanco. Mientras me metí en la cocina con el ventilador grande dándome de lleno y limpié la fruta. Tenía un montón de ciruelas y duraznos. La mayoría malos, lo poco que rescaté lo metí cortado en un tupper con azúcar y a la heladera. Los tomares que estaban en las últimas los corté y los herví el jugo era tanto que lo usé para hervir la zanahoria, y después le agregué dos de los tubérculos blancos que no sé cómo se llaman. Ese menjunje me alimentará toda la semana. Metí lo que entró en el tupper grande y el resto me lo comí con fideos hervidos ahí mismo. También hice uso de la crema que me había sobras y de las yemas que había separado y preparé un montón de masa para galletitas. La separé en tres bolas envueltas en papel film y a la heladera. A la noche saqué una de las bolsitas de masa y puse 4 bolitas aplastadas en la sartén con papel para hornear. Quedaron ricas pero gomosas. Me senté a ver videos hasta dormirme.