SEMANA 3
27/06 – 03/07
Lunes 27: Joseph
Arriba antes que la alarma suene. Limpié y desayune hablando por Skype con
los chicos que estaban reunidos para ver un partido de Argentina. Fue un muy
lindo momento, me quise tomar todos los mates que veía en la pantalla.
Cortamos, ordené el Dojo para que venga la mujer que hace papeleo todos los
lunes y hablé unos 15 minutos con mi papá antes de que llegue. A trabajar, subí
a la casa de Sensei a pedirle la máquina limpiadora a vapor de mano con la idea
de limpiar el extractor de aire de la cocina del Dojo. Pero me pidió su esposa
que empiece por la de ellos. Es mucho más grande, tiene tres filtros de metal
negro. Ella los sacó y los puso en la pileta, me mostró dónde había intentado
limpiarlos con esponja y se veían manchones blancos, habrá sacado la pintura.
Le pedí diarios para cubrir las hornallas y cargué de agua la máquina
vaporizadora.

Llegué a Seibu-shinjuku 20 minutos antes de la hora pactada, revisé los
alrededores a ver por dónde podría aparecer Joseph y subí a comprar snacks
(malvaviscos, galletitas de coco, maní con miel y otra huevada) en la tienda de
todo por 100 yenes del octavo piso. Volví a la entrada de la estación y ahí
estaba Joseph. Nos dimos un abrazo y empezamos a caminar. Qué zona tan ruidosa es
esa. Entre los arreglos de la calle, las pantallas gigantes con música, el
ruido de las casas de juego y el bullicio de la gente, teníamos que gritarnos
para comunicarnos. Nos movimos a una zona un poco más tranquila y entramos a un
restaurante a tomar algo. Yo me pedí un café con el postre más barato, él un
plato de fideos muy rico y una cerveza. Se pidió un café y nos fuimos, me
invitó la comida. No paramos de charlar de nuestras experiencias en Japón y de
nuestros blogs. Él tiene uno en el que publica sobre sus vivencias de budoka
(practicante de artes marciales). Lo llevé a conocer el Hombu Dojo, mañana va a
entrenar en la clase de la madrugada. Nos sacamos una foto en la puerta y lo
llevé a ver la estación de Wakamatsu-kawada para que esté orientado. Nos
quedaba un rato y fuimos a pasear al parque al que yo solía ir a tocarla
ocarina hace 2 años. Lindos recuerdos. Nos sentamos en unos banquitos y
seguimos hablando. Tocamos el tema de la separación del Reino Unido de la Unión
Europea y como eso parece que provocará la separación del Reino Unido. También
hablamos de nuestros futuros, lo que vemos en ellos. Él está construyendo su
Dojo y yo quiero hacer algo similar cuando me instale. Paseamos un poco más y
nos despedimos en la estación. Fue genial volver a verlo. Me dio el mismo
consejo que me dio Fredy, cuida tu cuerpo, no lo sobre exijas y comé bien.
Caminé hasta la estación comiendo los maníes con miel. Bajé en Kokukoen y
fui al Dojo. Cené arroz con menjunje (había hecho mucho). Escribí en el diario,
vi mis series y me tomé un café con malvaviscos. Se me acabó juego de tronos.
Qué buena que estuvo. Ahora a esperar otros 11 meses. Por otro lado, Dragon
Ball Super se está poniendo cada vez mejor.
Martes 28: lesión
Chat con mamá. Desayuné arroz con nato y un café, barrí la vereda rápido y
me fui a la estación. Me la encontré a Hiromi en el tren, ella cambiaba en
Tokorozawa para ir a Hoya, el Dojo de Koyanagi Sensei, yo seguí hasta
Higashi-murayama. Tercera clase de japonés, más fotocopias. De vuelta me tenté
con una dona de chocolate en forma de churro español. Barrí la vereda otra vez.
Almorcé arroz con cebolla y menjunje.
Después de comer, como habíamos quedado ayer, volvía a subir a terminar de
limpiar el extractor, me dijo la esposa de Sensei que vuelva en media hora, que
me llama. Me tomé otro café mientras escribía el diario. Me puse al día y me
llamó otra vez. Subí, saqué los filtros y los puse en remojo con agua caliente
y anti grasa. Armé la vaporizadora y limpié la campana, después con un trapo
sumergido en agua muy caliente y anti grasa saqué las adherencias hasta que
quedó limpia y casi sin pegote por dentro. Le di otra repasada a los filtros
con la máquina y las esponjas buenas. Quedé satisfecho. Hay más trabajo para
hacer si se quiere, pero ya están blancos otra vez y el aire puede correr libre
después de tanto tiempo. Limpié la cocina y me llevé el equipo al Dojo. Estaba
justo con el tiempo. Lo guardé en el cobertizo de la aspiradora y barrí la
vereda, el Dojo aún estaba limpio de esta mañana. Me vestí y llegó Mizuki.
Mizuki y Yuuma son los dos niños que siempre llegan media hora antes de la
clase, agarran el jo para practicar para el examen y se pasean por el Dojo con
el arma en la mano haciendo chistes y hablando sin practicar. Esta vez Mizuki
llegó primero y me pidió ayuda con el Shomenuchi kotegaeshi (una técnica de
mano vacía), después le corregí el kata 31 de jo a Yuuma y llegó el resto de
los niños. Apareció Hiroaki Sensei, se puso la hakama y empezó la clase. La
llevé bien. Se fueron todos los niños y barrí el Dojo. Faltaba una hora para la
clase de adultos, me relajé pero los alumnos empezaron a llegar 40 minutos
antes en lugar de 30 como lo suelen hacer. Bueno, apuré el trámite, encendí las
luces, preparé el té y me volví a poner la hakama. En esta clase hay un alumno
viejo que siempre me pregunta qué aprendí hoy en mi clase de japonés.
Hubo muchos principiantes, estuve entrenando bastante con ellos, me gusta mostrarles
y mi cuerpo agradece el descanso de la intensidad regular. En el trabajo libre
hicimos entre otras cosas shomenuchi iriminage, una de las técnicas que más me
cuesta ser uke, seguir al nage, lo atacamos al senpai del grupo y me entró muy
bien y cortito, no llegué a seguirlo y sentí como le pegué muy fuerte con la
rodilla al tatami. Algo no estaba bien, pero estaba tan agitado que no sentía
mucho. Terminé la clase y ni pensé en sumarme al trabajo extra esta vez, temía
por mi rodilla. Tomamos el té sin comidita, se había acabado todo. Los alumnos
se empezaron a ir y me quedé solo a las 22. Cociné y cené con miedo. Sentía un
dolor en la rodilla similar al de hace dos años en la otra rodilla, cuando me
esguincé los ligamentos cayendo mal de ikyo ura y estuve un mes sin actividad.
No quería que me pase eso estando de uchi-deshi. Pero no había nada que
hacerle. Lo que pasó, pasó y tenía que afrontarlo como sea. No me quedaban más
ibuprofenos, me los había terminado con el resfrío. Me acosté con pensamientos
cruzados de qué cagada, qué bronca que me
pase esto, y la forma de solucionarlo
es reposo, tendré que ser un uchi-deshi sin clases por unos días.
Miércoles 29: médico
Qué feo, esta mañana rengueé por todo el Dojo limpiando, fue interesante
ver los movimientos raros que hice con la cadera y la pierna derecha para
levantarme del suelo sin flexionar la izquierda, que me dolía horrores. El
primero en llegar fue Kasahara-san, acomodó cosas como suele hacer, cosas que
se me escapan, y sacó la basura de la casa de Sensei, gracias a eso no tuve que
subir a hacerlo yo. Le dije que no participaría de las clases hasta
recuperarme, y que dado mi estado prefería no ir a Kodaira hoy. Cuando llegó
Sensei se lo dije también y me sentó en un banquito en la oficina a ver la
clase. Saqué mi libreta celeste de España y escribí. Durante la clase tomé nota
de la misma y escribí borradores del diario. Al final doblé la hakama de
Hiroaki Sensei y cerré el Dojo. Ya solos y con todo ordenado, Kasahara-san y yo
subimos para el desayuno de los miércoles. Qué rico concina esa mujer. Arroz,
pescado, sopa de miso, ensalada caliente, ensalada fría. De postre un latte
machiato, la próxima probaré el café con leche francés. Pedí permiso para
faltar a Kodaira hoy. No puedo caminar media hora y mucho menos usar la bici
con la flexión de piernas que implica. Me dijo que está bien, pero que mañana
vaya a la mañana. Me dio tareas para
hacer hoy en el Dojo. También me dijo que acá cerca hay un masajista, pero no
puedo ir hasta que se desinflame. Bajé al Dojo y apareció Sensei con un montón
de papeles. Sacó una trituradora del closet del futón y me mostró como usarla.
Cuando se llena la caja se detiene sola y hay que vaciarla, cada 20 minutos de
detiene sola para enfriarse. Dadas estas condiciones y el volumen de papeles a
triturar, me iba a tomar un buen rato. Aparte de esto tenía que ir a la
farmacia de la estación a comprar ibuprofeno o algo similar. Trituré hasta que
se estuvo, tomé té con galletitas de coco, más papeles, bajó Sensei con otra
tarea. Cortar hojas A4 con la guillotina, sellarlas y abrocharlas. Fue todo muy
rápido. Se fue y volví a mis papeles, se detuvo la máquina, limpié y guardé
todo y me fui a la estación. Rengo como estaba no iba a ir hasta el Seiyu en
Kodaira. Compré una droga similar al ibuprofeno y algo de comida (huevos, un
dulce, galletitas de chocolate y medio zapallo). Volví al Dojo y de vuelta con
los papeles, chat con Recep. Hay un médico acá cerca, iré también. Almorcé
arroz con menjunje y seguí con los papeles. Me tomé un café con las galles de
chocolate.
Seguí con los papeles y limpié el extractor de aire de la cocina. Fue más
fácil que el de arriba, bastante más fácil. Casi no usé la vaporizadora. Son 4
partes plásticas, las limpié en la pileta, la campana cuadrada la limpié con un
trapo húmedo, quedó bastante bien, estoy contento. Más papeles y guardé todo
otra vez. Fui al médico. Me atendieron muy bien me cobraron 5000 yenes por una
ecografía y un tratamiento. Los huesos y ligamentos están bien, el problema es
del músculo, hay que dejarlo descansar. Me aplicaron frío, calor y electro
durante 20 minutos. Me dijo que había comprado el medicamento correcto. De
vuelta al Dojo a darle a los papeles. En el corte preparé la cena. Arroz con
menjunje más hongos y apio salteados en aceite, había que comerlos, se estaban
poniendo viejos. Trituré papeles hasta que se volvió a parar y la guardé. Me
quedó poco para terminarlo mañana. Ducha y a dormir.
Jueves 30: cuadernito
![]() |
Que la paz prevalezca en la tierra |
Me levanté mejor, menos dolor, aún rengueando un poco. Directo a la
estación para ir a Kodaira, en el camino compré un desayuno en el 7/11. Caminé al
Dojo para no usar la bici. Legué antes de lo previsto. Limpié el baño y después
el Dojo. Llegó Koyanagi Sensei, pobre siempre llega cuando estoy terminando de
barrer y entra al Dojo esquivando la mugre juntada. Llegó Kasahara-san y se
puso a hacer papeleo, me autorizó a hacer las compras para el desayuno del
viernes y de unas esponjas nuevas. Empezó la case de Hiroaki Sensei y me quedé
sentado en la oficina escribiendo y viendo, tomé varias notas. Al final de la
clase doblé la hakama y como no hay té me fui rápido, a las 7:47. Los chicos
estaban intercambiando los lugares de los ken con los jo, empieza el mes de
trabajo con bastón. El mercado de verduras frente al Seiyu estaba cerrado, eso
me modificó los planes, va a ser más cara la comida de mañana, compré la mitad
de lo que necesitaba y algunas cosas para mí.
Llegué temprano a Tokorozawa. Barrí el tatami y la calle, preparé los
vestuarios y la oficina para Soshihan. Agha llegó primero, un alumno que suele
venir a estas clases y las de los sábados. Es del sur de Rusia, charlamos un rato,
estudió medicina en la India, quedamos que algún día que esté libre vamos a
comer a su casa que está en las montañas. Ahí vive con su esposa japonesa.
Preparé el té de Soshihan y lo dejé en la ventana, dejé listo el de después de
la clase y fui a esperarlo en la oficina para darle su hakama. La mujer que
habla fuerte y no sé su nombre llegó un poco tarde y trajo bocadillos de regalo
para Soshihan, papitas para la hora del té del Dojo y apio para ensalada para
el desayuno de mañana. Durante la clase me puse al día con el diario a través de borradores en mi cuadernito; un
hombre llegó al Dojo, dejó un sobre con plata y se llevó 4 keikogis; cuando
terminaron las técnicas y empezó el momento del trabajo libre de armas, Sensei
entró a la oficina y lo ayudé a cambiarse el keikogi, él siempre usa dos por
clase porque los transpira mucho. Después llegó Dojo-cho (Hiroaki Sensei), con
bolsas de cinturones de colores para el examen de niños y una caja, dejé todo
en la oficina, él subió a su casa. En la hora del té, la mujer que habla fuerte
sacó media sandía que había traído antes, fue una sensación, todos contentos
con eso, todos comiendo, después alguien puso chocolatines en la mesa. Se
fueron todos. Sensei me dijo que hoy no hay clase de niños. Podré descansar un
poco más y prepararme para el desayuno de mañana.
Almorcé gyozas y zapallo frito con arroz, me descompuse, pero se me pasó
para la noche. Me dormí una siesta y terminé de triturar los papeles, vacié la
mochila y me fui al médico con ella. Me hicieron el mismo tratamiento de ayer,
ilusamente creí que ya estaba pago, pero no, y ahí se me fueron otros 2,500
yenes. Hace unos días decidí dejar de sufrir hambre en tiempos de uchideshi
para guardarme los euros para mi futuro uchideshi. Lo que por un lado es lógico
y por el otro me preocupa qué voy a hacer en Suiza y con el mes que les dije
que iba a ir, tal vez haga sólo dos semanas. Del médico fui a la estación, pero
antes compré un paquetito de 100 yenes de chocolates esponjosos, me encantan.
Bajé en Kodaira, con la esperanza de encontrar el mercado de verduras abierto.
No tuve suerte, tuve que ingeniármelas con la verdura del súper que es más
cara. Finalmente no hubo problemas, hasta compré carne para saltearla con
cebolla y zanahoria. Quise variar el postre, así que compré una tortita húmeda
barata y le voy a agregar crema batida por mí. Además me llevé un postre para
el camino, un pancito relleno de chocolate blanco. En la estación me compré un
pancito con crema y volví al Dojo. Guardé las compras en la heladera y limpié.
Me puse a cortar la zanahoria, la cebolla y la cebolla de verdeo, al menos eso
estaría listo mañana. Llegaron Sato, el estudiante de universidad y otro del
mismo club. El primero quiso preparar el té mientras yo estaba cortando
cebolla, le pedí que lo haga más tarde. El otro se puso a practicar con Hiromi
que hace poco había llegado con dos tortas que puso en la heladera. Parece que
hoy hay cumpleaños, Sensei trajo cervezas, me llenaron la heladera.
Qué manera de entrenar! Ukemi tras ukemi, dos máquinas, ella lo dejó con la
lengua afuera. Guardé la verdura cortada en la heladera y preparé el té. A las
19:30 empezó a clase. Se me acercó Shany y me dijo que lo dibuje, no me pareció
una mala propuesta, lo hice. El primer intento daba miedo, los demás fueron más
raros, después quise cambiar el enfoque y empezar por el ojo, por la boca, no
hubo caso, el segundo fue el que más zafó, el de perfil.
Antes de la clase yo había esparcido el spray anti bichos por todo el Dojo,
3 veces hubo que sacar las escobas y barrer los bichos muertos fuera. Sensei me
pidió que tire aerosol insecticida en todas las ventanas para que no entren
más. Sobre el final de la clase preparé los trapos para apurar el trámite, le
doblé la hakama a Sensei como siempre en el primer par de tatamis limpio que
suelen ser los de Jonny. Preparé el té y sacamos las cervezas, Hiromi sacó las
tortas y las presentó en la mesita. Una de frutilla para John, un alumno inglés
que hace rato vive acá y otra de mango para Kaho, la hija de Hiroaki Sensei.
Cantamos el feliz cumpleaños para ambos y comimos torta. Yo charlé un ratito
con Jonny. Sensei me preguntó si conocía Nikko, parece que me van a llevar,
pero no sé cuándo o por qué, sé que será en auto. Le di el fuenton de la
arrocera a Sensei y se fueron todos. Me quedé solo otra vez. Puse a hervir un
tercio del zapallo y separé 5 claras de huevo, le agregué azúcar y saqué la
batidora, en ese momento me enteré que no tenía las puntas, sólo la máquina.
Empecé a batir a mano con un tenedor. Estuve un buen rato, transpiré ucho, mucho calor en la cocina con el horno
encendido. Cuando el agua del zapallo se tornó naranja agregué fideos y seguí
batiendo. Me comí los fideos con zapallo mientras batía, lavé mientras batía y
dejé de batir a las 11:30. Basta, mañana le pido a Sensei una batidora. Guardé
la semi crema en la heladera y saqué el masajeador eléctrico que había
encontrado hace uno días. Es buenísimo, lo usé un poco en la espalda, me duché
y a dormir.
Viernes 01: mejorando
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Gran desayuno japonés completo |
Me levanté mucho mejor. Limpié el Dojo, saqué la basura, llegó Kasahara-san
y cambiamos los jo por boken como en Kodaira. Saqué la basura de Sensei, le
pedía su esposa una batidora, me dio una
manual y Sensei me dio el fuentón lleno de arroz, lo puse a hacer enseguida. Me
senté en la oficina y empezó la clase, escribí unas buenas páginas y doblé la
hakama de Sensei. En seguida me metí en la cocina y saqué l mantelito para que
Hiromi sepa que ya estaba listo para que prepare los platos. Empieza la cocina!
Puse a rehogar la cebolla y la mitad de la cebolla de verdeo en una
cacerola, mientras se ablandaba abrí todos los paquetes de sopa instantánea y
los vacié en otra cacerola con la mitad del agua necesaria. Cuando la cebolla
estuvo blanda puse la mitad en un bowl y agregué la zanahoria cortada en
tiritas a la cacerola. Mientras seguía abriendo y vaciando paquetitos de sopa
salteé los hongos y los agregué al mismo bowl de la cebolla separada, en esa
hornalla puse a hervir la sopa con más agua. Estaba muy fuerte y le seguí
agregando agua. Cuando la zanahoria se ablandó un poco le agregué la carne de
cerdo, cuando estuvo la saqué y puse la sartén grande con un poco de aceite. En
el bowl donde tenía la cebolla y los hongos rompí 12 huevos, lo revolví bien
con un poco de leche y sal y lo vertí en la sartén aceitada caliente, revolví
constante hasta que se hizo el huevo revuelto. Hiromi había preparado ya la
ensalada y la había servido, al igual que el arroz y tenía la crema casi lista,
le pedí que bata por mí. Yo serví la sopa y el huevo, batí un poco más la crema
y no nos dio más el tiempo, corté la torta en 6 porciones y le puse crema arriba, quedó muy dulce y con
mucho sabor a vainilla. Lista la mesa, 6 personas, cada una con 6 bowls y una
taza de té. Arroz, ensalada, huevos revueltos, salteado de cerdo y vegetales,
sopa de miso y torta con crema. Quedaron satisfechos. Nos tomó un buen rato
limpiar, muchos platos. Cuando tuve todo limpio y la basura afuera sólo
faltaban 15 minutos para la hora del té. Pregunté si tomábamos café caliente o
cosas frías. Votaron por lo segundo, después entre los 5 hicieron piedra papel
o tijeras a ver quién pagaba, perdió Akiba-san, la mujer que siempre hace
papeleo los lunes. ME dio 1000 yenes y fui al 7/11 a comprar. Me llevé una
coca, un jugo de naranja y otro de manzana y un té verde. Además de una dona
para mí, esa fue aparte, claro. Nos sentamos a la mesa con los dulces sobrantes
de ayer. Uno de ellos fue un regalo que le hicieron a Soshihan y que dejó acá,
unos cubitos de azúcar muy dulces. Cuando los probaron dijeron que eran ideales
para café. Nos acabamos los chocolatines. A mí me gustan esos cubos de azúcar.
Levantamos todo y limpiamos. Siguió el papeleo. Sin nada que hacer me senté a
leer. Se me cerraban los ojos. Miré un poco el teléfono pero no había Internet,
mucha gente conectada saturó el router. Leí un poco más y Mikio Sensei me dijo
que la ayude a Akiba-san. La tarea era pegar papeles en una carpeta. Tenía un
aparatito con el mismo sistema de aquellos correctores de tinta que dejaban
pegada una cinta blanca en la hoja, solo que en lugar de eso dejaba pegada una
cinta adhesiva de ambos lados convirtiendo al papel en un sticker de fácil
aplicación, es genial. Se hizo la hora y se empezaron a ir.
Almorcé arroz con zapallo y té, preparé té nuevo para la heladera, del
verde. Antes de irme volví a barrer la vereda, habían caído muchas hojas nuevas
y no se veía nada bien. Me fui a Kodaira
con la hakama en la mochila. Mañana vuelvo a entrenar y la dejé colgada allá
para cargar menos. Con el Dojo limpio llegó Koyanagi Senseia encontrarse con la barrida final en la
puerta. Mientras barría la calle lo vi a Recep plantando flores en las macetas
nuevas, me sumé y entre los dos plantamos un montón de flores en las 3 macetas.
Empezó la clase de Soshihan y yo me mantuve en la oficina viendo la clase y
escribiendo. Durante la clase me llamó y me aplicó dos puntos de presión, a los
lados del codo, uno para ikyo y el otro para sankyo, muy interesante. Cuando
hicieron jo Sensei entró a su cuartito y lo ayudé a cambiarse el keikogi. Acá
lo deja al lado de la puerta para llevárselo arriba. En Tokorozawa lo lavo yo.
Terminó la clase. Recep se encargó del té. Servimos unas galletitas dulces
griegas que estaban en la heladera. Eran de almendra y manteca, riquísimas. Nos
fuimos todos. Kasahara-san estaba arreglando las bicis así que me fui caminando
a la estación, Recep me acompañó. Hablamos un montón, le pregunté cómo decidió
ser uchi-deshi por tres años, me gustó, no lo contaré acá. Llegando a la
estación lo vimos a Kasahara-san entrando a un cajero, salió con varios sobres
de dinero y me los dio para que los lleve al Dojo mañana a la mañana. Se fue
corriendo para alcanzar el tren. Con Recep nos despedimos en las escaleras para
los andenes. Volví a mi Dojo. Compré una cena en el súper de Kokukoen, esperaba
llevarme un lindo bento con descuento pero erra muy tarde, ya casi no quedaban.
Me llevé un roll chino, dos piezas de vegetales fritos, dos bollos de poroto
dulce y una pancito con crema. Me comí todo caminando menos los bollos que
estaban muy pegajosos. Me los comí con palillos sentado en el tatami y me
dormí. Me desperté a la media hora pegajoso, acalorado y con los platos sucios.
Puse todo en orden, me duché y a dormir en el futón.
Sábado 02: regreso
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Mesa lista para Shodo (caligrafía japonesa) |
Con todo listo para irme me fui bien temprano en el tren de las 4:57.
Caminé hasta el Dojo desde la estación de Kodaira. Limpié el Dojo y con Recep
barrimos afuera. Me cambié y me puse la banda para la rodilla que me dio el
médico. Todavía duele un poco, por las dudas no haré suwariwaza. Pero resulta
que el maeukemi y a veces el ushiro me duelen más que caminar con las rodillas.
Pasa que el problema surge en la rotación, que es más común al levantarme que
la pivotear sobre la rodilla. En la clase de Soshihan hubo mucha práctica de
examen. Terminada la clase preparamos el té y Sachie, una de las alumnas de
Shodo (caligrafía japonesa) preparó la mesa en la oficina, la ayudé, lo dejé a
Recep encargado del té y me senté on un pincel. Sachie se sumó y después
Soshihan nos corrigió. No fue mucho. Terminamos a los 20 minutos. Limpiamos
todo y me fui lo más rápido posible. Seguía a pata, compré un café y dos
pancitos en el 7/11 cerca del Dojo y rapicaminé hasta la estación. Desayuné en
el tren y me apuré al Dojo, sólo tenía 15 minutos para limpiar. Pero lo
encontré abierto. Akiba-san estaba sacudiendo el polvo. Bueno, fuimos dos para
la tarea. Preparé la hakama de Sensei, barí afuera y encendimos las luces.
Sensei no llegaba. ME enteré que él no dictaría la clase de niños, sino que lo
haría Akiba-san. Me dio a dos alumnos para que les enseñe el examen y me dejó
solo, fue la Sensei que más libertad me dio, estuvo bueno. LA siguiente clase,
la de adultos, tampoco la dictó Sensei, el encargado fue Inoue Sensei. Este es
bueno, siempre asiste y siempre destaca por su técnica. Me gustó verlo al
frente. En la hora del té volvió Hiroaki Sensei. Había ido a la boda de un
amigo. Se fueron todos y quedamos en la mesita del té Hiromi, Jonny, Janny (un
francés que vvie acá, su nena va a las clase de niños y él hace de ayudante) y
yo. Janny se fue y yo empecé mis tareas mientras Jonny y Hiromi seguían
practicando. Limpié las tazas, lavé la ropa descolgué la ropa seca, me duché,
ahí se fueron. Almorcé y me dormí una siesta. Volví a limpiar el Dojo a las
5:30. La clase de principiantes la dictó in instructor que no conocía. No me
convence su estilo de armas. Postura muy alta, medio tambaleante. Aún así no se
puede negar su técnica, pero de afuera se ve desprolija. La clase estuvo tranquila,
en comparación con las regulares, como suele ser. Me dejaron solo a las 8.
Tiempo de sobra para limpiar, cocinar y escribir, sólo que casi no escribí, me
la pasé viendo videos en Internet.
Domingo 03: calor
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Cuando querés galletitas pero no te da el presupuesto. |
Impresionante la temperatura de este día. Arriba a las 7. Limpié el Dojo,
desayuné, chatee un poco y me fui a Kodaira. Recep me dijo por mensaje de
Facebook que va a llegar justo para la clase porque va a comprar flores para el
cantero, pedido de Soshihan. Esta vez pasé por el estacionamiento de bicicletas
y ahí estaba la mía. Pedalee hasta el Dojo. Hacía calor pero la brisa de la
bici me refrescaba lindo. Limpié el Dojo y apareció Recep con las flores. No
llegamos a plantarlas antes de la clase de niños, tuvimos que seguir con el
plan de hacerlo después de la de adultos. En ambas clases estuvo encargado
Kasahara-san. Soshihan está en Kyoto por eventos de Aikido. No me gustan las
clases de niños de los domingos. Estoy toda la hora parado, siempre hay
ayudantes de sobra, no tengo nada que hacer. Preferiría estar haciendo tareas
para el Dojo afuera o en la oficina, o algo más productivo. La clase de adultos
estuvo buena. Practiqué con gente de todos los niveles, una rica experiencia.
Al final preparé el té, doblé la hakama y me cambié. Rápido salía ayudarlo a Recep a plantar las flores. Uno de
los alumnos, un no regular, fue hasta el súper y nos trajo dos gaseosas para
refrescarnos. Le gente tiene buena y eso es genial! Por suerte la gaseosa tenía
muy poco gas y buen sabor, no me costó mucho tomarla frente a él. Además sí que
me refrescó. Vino bien. El cantero quedó mucho más lindo. Apliqué algunas de
las cosas que aprendí con Geoff en Londres cuando fui asistente de jardinero.
Me estaba yendo y Recep me pidió ayuda para una última cosa. Sacarle la tuerca
al brazo que sujeta la canasta delantera de una de las bicis. La estaba
cambiando y esta tuerca estaba trabada y oxidada. La saqué y me fui rápido a la
estación. Vi que tenía unos minutos extra y pasee por el mercado de verduras.
Me dejé llevar y compré de todo muy barato. Me subí con tres bolsas al tren. En
Kokukoen me apuré al Dojo y otra vez lo encontré abierto. La esposa de Sensei
estaba charlando con el instructor que dictaría la clase en reemplazo del
reemplazo de Yamawaki Sensei. El mismo que lo reemplazó a Hiroaki Sensei
anoche. Guardé toda la compra en la heladera y barrí afuera.
Esta vez el hombre que había visto la clase el domingo pasado vino con
keikogi y se sumó. Se lo notaba agotado, el calor lo estaba venciendo. Hacía
mucho calor. Unos 30 minutos antes que termine la clase lo vimos desmayado en
la oficina. Lo asistimos, le pusimos hielo por todos lados, cuando se
reincorporó le dimos de tomar jugo de naranja frío. Cuando lo vimos consciente
retomamos la práctica, una alumna se quedó a su cuidado. En la práctica libre
la saludé a Hiromi, qué manera de rodar. Habremos pasado por 8 técnicas (4
repeticiones cada uno) en los primeros 5 minutos. Sensei llegó para el té. El
alumno nuevo estaba muy apenado. Se duchó y se fue. El resto me dejó solo a las
6. Pensé que iba a cocinar, preparar todas las verduras y frutas que había
comprado tan baratas, lavar la ropa y tanto más. Pero el calor era tal y el
cansancio más el temor por la rodilla tan abrumadores que me tiré al suelo.
Junté fuerzas para sacar el cartón de jugo de manzana y me lo tomé mirando el
teléfono. Me volví a tirar al suelo. Junté fuerzas y me duché para sacarme el
pegote, separé la ropa y lavé todo lo blanco. Mientras me metí en la cocina con
el ventilador grande dándome de lleno y limpié la fruta. Tenía un montón de
ciruelas y duraznos. La mayoría malos, lo poco que rescaté lo metí cortado en
un tupper con azúcar y a la heladera. Los tomares que estaban en las últimas
los corté y los herví el jugo era tanto que lo usé para hervir la zanahoria, y
después le agregué dos de los tubérculos blancos que no sé cómo se llaman. Ese
menjunje me alimentará toda la semana. Metí lo que entró en el tupper grande y
el resto me lo comí con fideos hervidos ahí mismo. También hice uso de la crema
que me había sobras y de las yemas que había separado y preparé un montón de
masa para galletitas. La separé en tres bolas envueltas en papel film y a la
heladera. A la noche saqué una de las bolsitas de masa y puse 4 bolitas
aplastadas en la sartén con papel para hornear. Quedaron ricas pero gomosas. Me
senté a ver videos hasta dormirme.
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