Dublín 25,26/02 – se pone movida la cosa
Anoche apagué
el teléfono. Siempre lo dejo encendido con el volumen alto y sin internet, por
si me llaman del bar. Esta vez decidí dormir tranquilo hasta despertarme solo,
ya que trabajo desde las 12. A las 9:15 me desperté, lo encendí y a los 30
segundos me llegó una llamada de un número local desconocido, era Alan. Gary llegaría
tarde y quería que vaya lo más rápido posible, que me tome un taxi. A las 9:35
estaba en la calle, me subí al taxi y el conductor me dio charla. Hablamos de
la situación de Gary, que vive a dos horas de Dublín y trabaja 10 horas por
día, o sea que se sale de su casa a las 7:10 y vuelve a las 22 muy cansado. A
cambio de eso paga una renta 4 veces más barata que en la ciudad, puede ahorrar
y darse algunos gustos; mientras que si estuviera viviendo acá llegaría con lo
justo para pagar el alquiler de un departamento para dos personas, tendría
tiempo para él pero no tendría plata para gastar en ese tiempo. Ahí está la
balanza: dinero/tiempo. ¿Qué pesa más? El dinero y se genera, el tiempo se
gasta. A las 9:50 entré al bar, todavía medio dormido, sin desayunar y sin mi
café. Acomodé la vajilla seca, bajé la carne recién llegada y subí el pan y las
papas para el desayuno. Empecé a sazonar los pollos que también habían llegado
esta mañana y me detuve a la mitad de cortar el ajo para preparar 3 desayunos.
Después del quinto entré el encargo de verduras de la semana. Después del séptimo
desayuno bajé la mayoría de los vegetales, terminé de cortar el ajo y bajé dos
bandejas grandes con pollos y el resto del encargo. Subí las papas fritas, los
panes y demás para el almuerzo y preparé el octavo y último desayuno. Llegó
Gary, mientras yo terminaba de ordenar el sótano el organizó la cocina para el
almuerzo y se puso a preparar la sopa. Durante el servicio también cocinó la
salsa de cebolla, la ensalada de repollo, preparó lo pepinillos y cocinó un
chilli. A las 4:20 me fui a comprar un repuesto para la trituradora de papas
que usamos para el puré, se le había roto el centro a la navaja circular. En 10
minutos llegué a la tienda siguiendo las indicaciones de Alan. Había llamado
antes para cerciorarse que tenían repuestos. En efecto tenían, para una trituradora más
grande y más cara. La nuestra cuesta 80 euros y la otra 180, claro que me
recomendaron comprar la más cara porque es mejor, y claro que no lo hice. De
casualidad tenían una de las nuestras rota y la navaja les sobraba, me la llevé
gratis. Salí y me olvidé de doblar en la esquina, caminé 10 minutos en la
dirección equivocada antes de darme cuenta del error. Volví a mi camino, me
pasé del bar y entré a SuperValu, el súper de siempre. Compré leche, crema,
limones y limas. Ya había llegado Phil. Le conté a Alan lo de la navaja y
estaba contento. Lavé un poco, organicé un poco y a las 5:30 me mandaron a
casa.
Pasé por una
tienda de campamento. Pregunté por carpas, bolsas de dormir, mochilas,
linternas y hornallas portátiles. El tipo es un gran vendedor, me quiso
convencer de todo concentrándose en los productos. Pero yo iba con la idea de
informarme un poco más y comprar por internet que es más barato. Además la
carpa es para Vinícius, yo puede que me compre una bolsa de dormir. Caminando a
la casa le mandé unos audios a mi compañero de planes aventureros con la info
de los precios y algunas ideas. Queremos ir a acampar a Howth, pero yo salgo
del bar a las 8 el sábado y estaríamos armando la carpa a las 10 de la noche en
el bosque, no es tan grave, las noches últimamente estuvieron despejadas. Por
mi parte sigo con la esperanza de que antes de irme va a llegar mi potencial
reemplazo o el segundo chef que tanto ansían y voy a tener libres sábado y
domingo. En la casa me encontré con un paquete para mí en la mesa de la sala.
Eran mis auriculares, los probé y funcionan de maravilla. Preparé la mochila
para Jujitsu y volví a salir. La clase la dio uno de los alumnos más avanzados.
Otra vez no participé de las luchas del final. Tal vez la semana que viene o a
la vuelta de Madrid lo haga otra vez. Caminé hasta la casa escuchando música,
hacía un buen rato que no lo hacía. Me metí en la pieza y, como ya me había duchado
en el Dojo y no tenía que ir al baño, me quedé tapado viendo Zoolander 2 en
mala calidad descargada de Internet. Me prometí ver Batman v Superman en I-max
en abril. Apagué la compu y a dormir.
Viernes 26: horas
Arriba sin alarma
pero con el teléfono encendido, por las dudas. Desayuné y me puse al día con el
diario. Hablamos un poco con Vinícius de ir a un hostel en un pueblo cercano
mañana a la noche y dejar el campamento para marzo. Publiqué el diario, colgué
la ropa que pude lavar anoche gracias a que Vinny me cedió su día, y salí de
casa a las 11:30. Cuando crucé la puerta principal del bar, una chica alta,
rubia y carismática, me dio la bienvenida desde detrás de la barra, y con una
sonrisa amable me preguntó si quería una mesa. Le conteste que no gracias
mientras con toda la naturalidad del mundo pasé a su lado para saludarla. Es la
segunda chica esta semana que prueban como mesera, el lunes proaron a una rusa,
hoy una estadounidense. No es que la nacionalidad sea particularmente
relevante, pero cuando me cruzo con una persona sólo por algunas horas, ese es
uno de los datos que tiendo a recordar.
El día en el
bar empezó tranquilo. Unos 15 desayunos, empecé a lavar y rápidamente
interrumpí el proceso para ayudar en la cocina. Se puso peluda la cosa, plato
tras plato tras plato. Al primer momento libre quise volver a mi pileta, pero
me mandaron al sótano a buscar provisiones y luego a la barra a lavar. Se puso
peludo otra vez y volví con Gary. Un nuevo momento de paz y me mandaron a enseñarle
a Chase, la mesera que está a prueba, como lavamos los cubiertos. No pude terminar
de mostrarle porque nos habíamos quedado sin papas, tuve que bajar a mandar más
por el ascensor y cuando volví me metí directamente en la cocina. Alrededor de
las 5:30 Chase se fue y llegó Alan, estábamos los 4 de siempre. Gary iba
contando las órdenes, a ver si llegábamos a las 100. Pude organizar mi pileta,
más o menos, porque tenía cosas sucias por todos lados. En mi última lavada en
la barra el bar estaba lleno de gente. Frente a mí, 4 turistas de Estados
Unidos empezaban su receso de primavera. Me dieron charla unos 15 minutos, lo
que tardé en lavar un buen número de trastos. Yo creía que la primavera llegaba
en marzo. A las 6:55 y con 98 órdenes entregadas, Gary se fue a casa. Antes de
cerrar saqué 5 más y superamos el récord. 103 en un día. Le mandé un mensajito.
Limpiar la cocina y lavar toda la vajilla y ordenar el sótano me tomó dos
horas, me fui a las 9 habiendo trabajado esa misma cantidad de horas.
Caminando a
casa me sentía agotado, necesitando un descanso, pero a la vez realizado,
feliz. Trabajé mucho y se sentía bien. Me tiré en el living a charlar hasta que
se hizo tarde, todos se fueron adormir y se ducharon. Con Vinícius decidimos
que la mejor opción va a ser ir el domingo a primera hora en tren o micro a
Skerries, un pueblo 4 km al norte de Howth, ya que el hostel más barato y más o
menos cerca, cuesta 20 euros y el tren hasta el pueblo unos 25 cada uno ida y
vuelta. Ya que estábamos embalados, seguimos viendo el mapa de Sudamérica imaginando
un viaje que queremos hacer. Algo así como empezar en Brasil y terminar en el
noroeste de Méjico. Se fue a dormir y yo por vicio nomás teclee montañas en
Google seguido de un país. Cuando busqué las de China me quedé maravillado.
Tengo que ir ahí.
Me quedé solo
esperando el agua, me duché y me quedé viendo videos de Ray William Johnson en
YouTube hasta casi las 2. El sueño me venció y a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario