Dublín 27,28/02 – a la playa
Sábado 27: Beatles
Desayuné un
rico porridge calentito (gallas de avena) y mis tostadas con manteca. Había
quedado con Gary que hoy iba al bar a las 12:30 o más tarde, si me avisa. A las
10 salí para el Dojo, Vinny no me acompañó, tenía que limpiar el baño y
estudiar para su examen del lunes. Clase de Ray, como todo buen Sensei, repite
los conceptos en los que se basa su Aikido casi todas las clases. De a poco me
van quedando, los voy recordando e internalizando. Claro que como hace meses
que estoy con él y pienso seguir hasta mi partida, he decidido incorporar su
estilo lo más posible. Me gusta mucho su enfoque y creo que va a enriquecer mi
fluidez. Salí con muchas ideas en la cabeza, para no perderlas las grabé en un
audio.
Tenía un
mensaje de Gary, no me necesitaban hasta las 2pm. Pensé que podría ir a la
biblioteca y seguir con el libro de Rosie, pero elegí el camino largo y volví a
quedarme sin tiempo. Pasee un poco por el mismo centro comercial de la última
vez, el que está en la ribera del Liffey. Después caminé hasta el Spire y me
senté en un banquito a ver las caras de la gente.
De 2 a 4
trabajamos Gary y yo en la cocina. Por momentos estuvo muy tranquilo, charlamos
bastante, cenamos unos buenos sánguches inventados por él y me dejó a cargo.
Hasta las 6 estuve limpiando, organizando haciendo puré de papas y preparando
algunas órdenes. La última hora me llegaron 3 órdenes. La primera fueron 6
platos simultáneos, la segunda fue una sopa de entrada y dos platos para la
misma mesa, entre ellos fui a buscar cambio y a comprar queso crema para el
curri. Volví y me estaba esperando una orden de 7 platos simultáneos, entre
ellos un curri. Preparé todo y quedé agotado, me calmé un poco para bajar los
decibeles, empecé a limpiar otra vez y 10 minutos antes de cerrar llegó otra
orden de 4 platos. Terminé a las 7:20. Pero de limpiar y ordenar terminé a las
9. Estuvo interesante, uno de mis errores constantes es que me sigo olvidando
de los sánguches con queso que dejo en la salamandra, menos de 10 segundos no
es suficiente para que se derrita el queso, más de 15 se queman, hay que estar
atento. Phil me pagó la semana y me dio algunos consejos para ir a hacer
trekking por las montañas de Wicklow. Pensé en planificarlo para el domingo 13,
que Ornella va a estar por acá.
Pasé por Lidl,
compré cereales y chocolates, dos de ellos me los comí en el camino a casa, los
otros dos sobrevivieron en la heladera. Caminé escuchando los Beatles, me dejé
llevar por la música, se sintió muy bien. Entré contento a la casa, me gusta
trabajar y sentirme útil. Vinícius estaba preparando nuestro almuerzo de
mañana. Charlé un poco con Vinny en la pieza y a dormir.
Domingo 28: Skerries
Desayuno con
cereales para terminar la leche más rápido, no quería que se me venza como la anterior.
Vinícius y yo estábamos listos para salir a las 8:45. Llegamos a tiempo a la
parada de la línea 33 que nos lleva a Skerries en la costa del mar irlandés. El
viaje me cuesta 3,30, es sólo con monedas, no lo recordaba, entre lo que tenía
y lo que me prestó mi compañero llegamos a 2,26 y me dejó ir de todas formas.
En el viaje revisamos el mapa y preparamos la cámara GoPro. Nos bajamos lo más
cerca del mar posible y fuimos directamente a la playa. Mi intención era
caminar hasta una isla durante la marea baja, como no teníamos opción de
horario para ir no me fijé el cronograma de mareas. Nos tocó una bastante baja,
pero no lo suficiente para despejar casi un kilómetro de mar. Será la próxima. Pero
llegamos a ver mucha, pero mucha arena. Después de decir la frase “Es un crimen no caminar en patas en la
arena”, me saqué las zapatillas, puse las medias en la mochila y caminamos
por la playa más de una hora. Me metí en el agua hasta 40 centímetros de profundidad,
estaba tan fría que se me congeló el cerebro. Lo bueno fue que al salir tenía
los pies tan fríos que la temperatura exterior me los calentó, fue como ponerme
medias de aire. Estábamos con la GoPro, así que nos detuvimos varias veces para
ajustar la cámara, sacar fotos y filmar. La extensión de la playa y la falta de
gente le daban al momento ese toque que tanto me gusta. Desde la costa se veían
4 islas, una es una reserva natural, es a la que se puede ir caminando con
marea baja, otra, también cerca pero a la que sólo se llega por mar, es la más
chica y la que tiene la mejor vista de la isla de San Patricio, que es, del
grupito de tres, la más lejana; la cuarta isla está mucho, más lejos, a pesar
de ello se ve muy nítida, tiene un faro rojo y blanco. La busqué en el mapa del
teléfono y no figura, active la vista desde satélite, que muestra el mapa en
fotos y esa isla está cortada y cuando agrando la imagen desaparece.

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Mi torrecita de piedras |
pequeñas olas. 3) averiguar si teníamos la posibilidad de caminar a la isla Shenick hoy, no se pudo, la marea va a estar en su punto más bajo mañana a la mañana. Esta torre Martello está en una península muy chica llamada Isla Roja, antes era un isla, pero el nivel del mar bajó y cambió de categoría. Desde la orilla vimos que hay un molino de viento antiguo en el pueblo. Fuimos a verlo, en el camino vimos un poco del centro comercial, es minúsculo, y al ser domingo estaba muerto. Nos perdimos y preguntamos en una oficina de turismo, la mujer parecía realmente sorprendida de vernos. No irá mucha gente por ahí. Nos dio un mapa y llegamos rápidamente a los molinos. Hay un tour guiado, pero no lo tomamos, nos limitamos a verlos y a pasear por los estanques. Estos me recordaron a Pedro y el Lobo. Patos, pasto, agua y esos arbustos anfibios color trigo con una cabeza marrón cilíndrica. Claro que también había muchos cisnes y gaviotas.
No era muy
tarde, pero estábamos cansados, el aire de mar nos hace consumir energía.
Encontramos la parada del micro y recordamos que yo seguía sin monedas.
Entramos a una panadería, compré una porción de torta de chocolate rellena de
mouse de chocolate, bañada en chocolate y con una barrita de chocolate en rama
de adorno. También le pedí cambio. En el viaje de vuelta me dormí una siestita.
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Vista de las islas desde la costa |
Siempre
charlamos mucho con Vinísius y esta vez no fue la excepción. Uno de los últimos
temas, ya menos profundos, fue que extrañábamos el asado. Entramos a Tesco a
comprar dos buenos pedazos de carne, el plan era comer unos tacos de entrada.
Compramos queso también. Ni bien llegamos a la casa nos comimos los dos sánguches
que nos quedaban, pusimos a hervir legumbres y a esperar. Cuando estaban listos
Vinícius los mezcló en una sartén con cebolla, maneca y carne picada, yo
preparé los panqueques para recibir el relleno y nos comimos tres cada uno.
Estábamos llenos, dejamos la carne para otra noche. Hoy es el anteúltimo día de
Tomo en la casa. El 1 de marzo se va a vivir un mes a la casa de su jefe, va a
pasar los primeros 11 días cuidando a las hijas de 4 y 5 años, les dará de
comer y las llevará a la escuela.
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Los tacos |
Ojalá tengas éxito llevando a Orni a hacer trekking, jaja.
ResponderEliminarExcelente el relato del paseo. Me dan ganas de conocer todos esos lugares.
Abraaaaazo