Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

sábado, 25 de junio de 2016

133-Hashimoto 30/may~05/jun - último campamento de Igarashi Sensei



SEMANA 5:
30/05 – 05/06


Lunes 30: Meiji
Al Dojo a las 9:30 a la práctica de 4to Dan. Los chicos se fueron temprano y más tarde nos enteramos que andaban por Akihabara comprando electrónica. Hoy fue el tercer festejo de cumpleaños de Sensei, una clase especial en el Dojo del club de Aikido de la Universidad de Meiji. La hora pactada de encuentro en la estación con Sensei e Irie-san para la compra de boletos eran las 16:45, la mayoría llegamos a las 16:35 y Sensei se fue a las 16:40, todos lo seguimos menos Irie-san que se tuvo que quedar a esperar a 4 rezagados. Eso nos puso en una situación de tención hasta que 25 minutos después, Sensei recibió un mensaje de que estaban todos a bordo del tren y en camino a Meidaimae (la estación cercana a la universidad).
AUA en el campo de deportes de Meiji
Llegamos y los alumnos todavía estaban limpiando el Dojo, les dimos unas cuantas manos entre todos para terminar más rápido. Rompimos el orden normal de formación. Siempre los invitados se forman en diagonal en la esquina entre los alumnos de 4to año y los de 3ro. Esta vez éramos tantos que ocupamos dos filas a lo largo del inmenso tatami, los alumnos se las tuvieron que arreglar de otra manera.
Clase en Meiji
La clase fue con bastante kokyunage, haciendo movimientos de corte por el centro del cuerpo; y técnica de tenkan, pensando siempre en el lado de afuera, en los músculos opuestos. Sensei hizo pasar un poco de nervios a una ex-alumna que se recibió de licenciada en lengua inglesa y que trabaja de recepcionista en un hotel para que lo traduzca, después le hizo lo mismo a Irie-san. Finalmente se encargó Recep, un ex-alumno de la universidad que empezó Aikido ahí, es de Turquía y fue uchi-deshi de Kobayashi Dojos 3 años.
Después de la clase hubo un ratito para ducharnos, pero no mucho, y salimos volando al restaurante para la cena. Buena comida, pero lo llenamos y solo había tres empleados. No dieron abasto para alimentarnos. Uno cocinaba, otro servía y el otro hacía las dos. Cuando Igarashi Sensei emprendió la retirada lo seguimos. El resto se quedó ahí comiendo y tomando.
El camino de vuelta es fácil, línea Keio directo a Hashimoto, pero cuando pasamos por Chofu escuchamos por los altavoces que hubo un accidente y que el segundo tramo del servicio estaba demorado de forma indefinida. Nos salimos de la línea Keio e hicimos dos trasbordos por la JR. Nos preguntamos qué habrá hecho Irie-san, que venía detrás de nosotros.
Me despedí de los chicos en el Dojo y me encontré solo en el depto. Me lavé los dientes, me duché, preparé el futón y puse la compu un ratito hasta que llego mi compañero. No se enteró del accidente hasta que ya fue tarde y se tomó el último tren.


Martes 31: ukemi
La rutina no falla, y me gusta. Ir la Dojo a la mañana y encontrarme con Daniel, Ruslan y Paula terminando un mate, preparándose para la clase especial. Llega Sensei y nos ponemos con las armas. Termina la práctica y retomamos el mate o nos preparamos para salir. No recuerdo con detalle lo que pasó este día. Pero se acercaba el momento de entregar los documentos de examen a Igarashi Sensei, el ensayo de Daniel y la plata del hospedaje en el Dojo, la participación en los eventos y el arancel de examen. Seguramente esta fue la tarde en la que estuve todo el día en el depto haciendo cuentas y acomodando documentos. A la tarde fue la clase. Antes que comience me dieron un listado de los pasajeros de los micros para el campamento y un diagrama del bus 1, donde voy a ser uno de los que ponen orden.
Ya que el martes pasado no entrenamos y el viernes estuve ocupado con el té después de clase, hoy volví a hacer ukemi con Yutani-san. Estuvo muy bueno. Cuando terminamos Maxi pidió sumarse la próxima práctica el viernes.
Después de la clase cuando todos se fueron los chicos me invitaron a comer con ellos. Los acompañé un rato, no me lo quería perder. Sánguches de jamón y queso con bocaditos salados que Paula había comprado pensando que eran dulces para el mate. Volví al depto y no cené mis sobras. Quedaron para mañana. A dormir.


Miércoles 01: traducción

Torre de Tokio
Vista desde el edificio alto
Finalmente Daniel Sensei terminó su ensayo. Un resumen de su vida en Aikido. Después de la clase de la mañana me quedé solo con Daniel. Nos tomamos un mate y comimos banana. Volvió Ruslan, apareció Jenny, bajaron Sensei y Machiko-san y empezó la clase especial. Cuando terminó él se fue a pasear con los demás y yo me quedé en el Dojo con Ruslan y Paula. Tomamos mate y tradujimos el ensayo al inglés, Ruslan lo hizo al japonés. Mientras nosotros pasábamos un día tranquilo en el Dojo, haciendo algunas compras y lavando ropa, los chicos fueron a ver la torre de Tokio, el barrio Roppongi y subieron a un edificio muy alto para la apreciar la vista panorámica.
Los miércoles eran los días relajados porque empezaba el momento de la semana sin clases, cuando podían dejar sus cosas en los estantes y la ropa colgada dos días sin tener que acomodar tanto. Esta noche algún paseo hicimos, porque tengo registrado que gasté 1.000 yenes en la cena, algo inusual, y creo recordar que fue en la casa de curry CoCo frente al complejo de la estación.


Jueves 02: Hombu

AUA en Hombu Dojo
Cuarto evento de cumpleaños de Igarashi Sensei. El equipo argentino está con 7 miembros porque dos se fueron a conocer Kyoto. Una visita casi imperdible para los visitantes a Japón. Irie-san y yo teníamos que estar en el Dojo a las 7:40. Mientras él se preparaba yo desayuné rápido las sobras del almuerzo de ayer. Llegamos a las 7:48 y ya se habían ido todos. Se puso muy nervioso. Fuimos a la puerta Keio y estaban todos esperando ahí para salir a Shinjuku. Esta vez le pedí que compre boletos sólo de ida para los argentinos. Llegamos sin problemas al Hombu Dojo, avisaron que íbamos a la clase especial de Waka Sensei y nos dejaron pasar sin registrarnos. Igarashi Sensei pidió que le cedan el Dojo central para que Waka Sensei les dicte una clase a sus alumnos de todo el mundo. Fue una clase bien concurrida. Mucha gente no sabía las reglas de Hombu, a pesar de que habían sido bien detalladas en el boletín informativo que mandó Jenny por mail. Yo estuve atento a ambas puertas para indicarles a los alumnos cómo ingresar y qué no hacer dentro del Dojo. Cuando bajé las escaleras buscando a Irie-san para darle las yudanshas me lo crucé a Waka Sensei, me reconoció y me preguntó si estaba saludable, que en japonés es una pregunta muletilla como el ‘Cómo andás?’ argentino. Durante la clase se metió en mi pareja dos veces para revolearnos un poco. Al final hicimos la foto grupal, que la habíamos ensayado a pedido de Igarashi Sensei para quedar bien. Después hubo fotos por delegaciones y terminamos limpiando los deshis de Igarashi Sensei y quienes residen en Hashimoto Dojo.
National Garden Park
Terminado el asunto nos fuimos a recorrer Shinjuku otra vez. En seguida nos separamos. Ruslan y Paula fueron por su cuenta. Daniel, Jero, Pablo, Maxi y yo fuimos a patear por ahí. Compramos algunas huevadas para picotear hasta que finalmente nos metimos en un Freshness Burger. Una cadena de hamburgueserías como McDonalds pero con carne de verdad, o al menos más realista. Pasamos por un mercado a comprar jugos y dulces y fuimos a comer el postre al National Garden Park. Un parque gigante con variedad de jardines hermosos y algunos claros para tirarse a descansar. La entrada era paga y me invitó Jero. Como estoy en la lona con la plata, los chicos a veces se turnan y me invitan una comida, o una bebida o una entrada.
Ya descansados fuimos a ver unos edificios Yodobashi de tecnología. Ahí nos separamos, yo me quedé con Daniel y Maxi. Compré un cable cargador nuevo para el teléfono y ellos averiguaron precios de perfumes, maquillaje y estéreos. Volvimos a Hashimoto cansados, directo al Dojo y a dormir.


Viernes 03: Preparativos
Anu, de Finlandia, quien será la uke de Jenny en el examen y con quién compartí el seminario de Rusia en septiembre, llegó ayer al Dojo. Esta mañana se sumó a la práctica para 4to Dan matutina. El resto del día lo pasamos de paseo por la zona. Los llevé a visitar un shopping al otro lado de la estación, al Ario. A las 5:30 empezó la clase de niños, los ayudantes fuimos Anu, Piotr y yo. Muy pocos alumnos, sólo 4, una nena llegó tarde y en seguida se puso a llorar en el baño, no supimos qué hacer. Anu se quedó con ella parte de la clase con la puerta cerrada, pero no hablan el mismo idioma. A Irie-san no le respondía. Al final volvió la madre y a ella tampoco le respondió. Se fue sin saludar porque le daba vergüenza. Es un misterio aún. Clase de adultos. Muy concurrida también. Poco espacio para movernos y terminamos con kokyunages otra vez. No hubo práctica después de clase y el té fue muy corto. Maxi perdió su oportunidad de practicar con Yutani-san.
Cuando se fueron todos levantamos los tatamis del lado de las armas para poner las valijas que fueran a traer los extranjeros que paran en hotel y no pueden dejarlas ahí por el fin de semana. Mañana empieza el último gran evento, el último campamento de Igarashi Sensei. Bien, se fueron todos, quedamos los deshis y los que duermen en el Dojo. Comimos todos juntos, brindamos con cervezas y nos despedimos hasta mañana.


Sábado 04, Domingo 05: Yamanakako
Empieza el asunto. Temprano al Dojo a ayudar a subir paquetes a los autos. Llenaron 4 baúles de cosas para el campamento y se empezaron a ir de a poco. Sobre el final, aún quedaban cosas por hacer pero Sensei me mandó a que vaya ya al micro con el resto de los argentinos y lleve su equipaje. Lo esperamos ahí y arrancamos a las 8:35. La coordinadora de mi micro era Anu. A mitad de camino paramos en el mismo parador de la otra vez a tomar café con helado. Qué buenos que están esos helados. Jero me invitó el combo. Seguimos viaje y me pidieron juntar 20 personas para que me ayuden a armar el tatami del Dojo 2. Hablé por el parlante del micro y junté unas 15 manos. Cuando lleguemos me tendría que adelantar con ellos mientras el resto se acomoda en las habitaciones.
Cuando llegamos me informaron que el Dojo 2 ya estaba armado. Una cosa menos que hacer. Fuimos a la habitación y nos acomodamos. Rápido volvimos al hall central y entramos al comedor. El almuerzo fue arroz con curry que servimos a todas las mesas unos pocos. Después se pudo repetir autoservicio. Acá informaron que deberíamos estar en el Dojo 1 cambiados a las 12:30 para la introducción del campamento. Nos vestimos en la habitación y llegamos para la charla de Igarashi Sensei.


Bienvenidos al último campamento de Igarashi Sensei! Como siempre, son tres clases el sábado y los tres Dojos funcionan simultáneamente, así que a elegir bien con quién entrenan. La configuración que elegimos en grupo, si bien hubo variaciones, fue Igarashi, Shirakawa, Arai.
En la clase de Igarashi Sensei repasamos los conceptos que veníamos viendo en sus clases en el Dojo. En la de Shirakawa Sensei hicimos un trabajo más fluido y con más contra-técnica y más ukemi, además dio una charla sobre el balance y como no hay dos cosas de igual valor. Finalmente Arai Sensei, a él no le tocó traductor, así que no pudo expresarse mucho. Su trabajo es aún con más contra-técnica (kaeshiwaza), es difícil de entender lo que muestra y lo que hace, pero resulta muy interesante de todas formas.
AUA luciendo la remera
Terminó la última clase e Igarashi Sensei los sacó a todos del Dojo. Empezó el examen ahí mismo. Primero armas, pasaron Jenny y Daniel con sus respectivos ukes. Hicimos algunos kumtachi y algunas variaciones. Después el kata 36 y finalmente ataque de dos estático y tres dinámico. Terminaron ellos y empezó Machiko-san. Lo mismo pero más corto. Cuando hicimos el kata 36 había cierto temor de ante mano a equivocarnos, pero lo supimos resolver y no nos quedamos quietos en ningún momento. En el ataque dinámico supimos acoplarnos y no hubo lesiones.
Igarashi Sensei le pidió opinión a Kinoshita Sensei, una de las espectadoras del examen, dijo que estuvo muy interesante. Los felicitaron a los 3 y nos mandaron a las duchas, 18:30 debíamos estar en el comedor formal. El formal es uno de tatami tradicional con mesas ratonas y almohadones para sentarnos en el suelo. Nos duchamos y bañamos en las aguas termales del hotel y llegamos frescos y bien vestidos a la cena. Ya estaba casi todo servido. Los alumnos de Meiji distribuyeron cervezas y empezaron los discursos. El director de ceremonia fueron Irie-san en japonés y Lui en inglés. Discurso de Igarashi Sensei, Arai Sensei, Shirakawa Sensei, Urban Sensei, Sakurai Sensei y Suwa Sensei para dar información. Empezamos a comer, había mucha hambre. La mayoría no había probado bocado desde el curry del almuerzo y tuvimos 3 clases seguidas. Antes de terminar la comida ambos Senseis agasajados por sus cumpleaños, Arai Sensei (80) e Igarashi Sensei (70) subieron al escenario a recibir sus regalos de las distintas delegaciones. En nombre de AUA a Arai Sensei le dimos un whiskey irlandés que compré yo; a Igarashi Sensei en nombre de AUA le dimos una placa que hizo Ariel y un buzo, yo le di a modo personal un adorno para la pared comprado en Irlanda. La comida siguió un poco más. Sacaron más cerveza, abrimos las cajitas de comida extra y empezaron a servir sake para otro brindis. Al terminar hicimos los aplausos tradicionales de fin de la comida y entre todos levantamos las mesas y las limpiamos.
Entrega de regalos
Hubo un buen rato de no hacer nada. Los chicos estaban algo tomados ya. Charlamos en el hall de entrada con Many y Javi. Los alumnos de Meiji estaban juntando la plata para la segunda fiesta. Que consiste en más alcohol y más comida, básicamente las sobras no abiertas de la cena y papitas. Sólo asistimos Daniel y yo de nuestro grupo. La pasamos bien. Yo charlé con Sensei, con Rob de Bristol, con Cris y Andrew de Canadá, con un Sensei japonés que no recuerdo el nombre, con una de las Sensei de Suecia y con Randy de Nebraska. Irie-san dio por terminada la segunda fiesta y todos juntos levantamos las mesas otra vez. A dormir previa charla con Daniel Sensei en la habitación.

Foto en el Dojo 1
El domingo a las 5:15 había un trote por el lago, pero llovía fuerte y nos quedamos adentro. Lo seguimos a Shirakawa Sensei en ejercicios shintoistas de activación del ki. Después volvimos al mismo salón de la cena para desayunar. Ahí mismo nos informaron del siguiente cronograma. Hubo una clase de una hora y media, volvimos a elegirlo a Igarashi Sensei. Después sacamos unas fotos y empezó la exhibición. Pasaron todas las delegaciones por países y todos los Senseis menos Igarashi Sensei. Nos volvimos a duchar, algunos y nos cambiamos de ropa en el salón comedor formal donde dejamos las mochilas y equipajes, se había convertido en vestuario de hombres.
Nos sentamos todos en el comedor donde almorzamos ayer y empezaron a llevar la barbacoa a las mesas. El asunto venía lento. Fui a ver qué pasaba y traté de apurar un poco el trámite. Lo reemplacé a Jero que lo habían enganchado en una de las planchas y cocinamos hasta que nos cortaron. Todos a los micros, nos vamos a los baños termales.  Están buenísimos. Entramos Daniel, Jero, Ruslan, Pablo y yo, el resto de los chicos se quedaron paseando y comprando en el complejo. Pasada la hora nos apuramos a entrar de vuelta a los micros ya para volver a Hashimoto. Acá fue una despedida con los grupos que se volvían en auto. La mayoría de los extranjeros se iban hoy mismo o mañana. Volvimos a parar en el parador para más helado y café, esta vez me invitó Chris de Canadá. Bajamos en Hashimoto y nos volvimos a despedir de otra buena manada de gente. Sensei me dio dos bolsas para llevar al Dojo, él se fue a despedir a Shirakawa Sensei en la estación. Nosotros nos quedamos charlando con Many y Javi y nos volvimos al Dojo, pero Maxi no estaba con nosotros, se había ido con ellos a un karaoke. Ya reinstalados los chicos que se  van mañana acomodaron todo lo mejor que pudieron y algunos fueron al súper a comprar cerveza para un último brindis. Parecía mentira que Maxi apareció en el momento justo con más cervezas y más comidita. Se nos sumaron Chris y Adam, el griego, el otro griego estaba descompuesto y Andrew dormía. Un brindis para celebrar la aventura japonesa. Finito y a dormir.

domingo, 19 de junio de 2016

132-Hashimoto - 23~29/may - Argentina en Japón



SEMANA 4:
23/05 – 29/05

Lunes 23: Jero
Bienvenido Jero! (el fotógrafo)
Empieza la semana y con ella las primeras prácticas especiales. El sábado 4 de junio en el último campamento de Igarashi Sensei se realizará el examen de 4to Dan para Machiko-san, Jenny y Daniel Sensei. Ya que los tres examinados están residiendo en Hashimoto Dojo, los tres reciben entrenamiento especial y extracurricular junto a sus ukes.
Ayer llegó Fredy, esta mañana fue al Dojo a saludar y lo conoció a Daniel. Cuando llegué charlamos un ratito todos juntos y empezó la práctica. Entrenamos de 9:30 a 11. En ese ratito Pablo, Gero y Rolo se fueron a pasear y volvieron después de las 12. El programa de estas clases está pactado. Kumitachi, ken no ri, tai no ri, 36 no jo ken awase, futaridori y randori.
Salimos tarde del Dojo, comimos algo en la estación y fuimos a Hachioji a comprar yenes, el banco estaba cerrado ya, los llevé hasta a Machida para que hagan compras y me despedí, fui rápido a la puerta Keio de Hahsimoto a esperar a Sensei y Jenny para ir a Meiji. Quedamos en cenar en el restaurante rico a la vuelta con todos. La clase tuvo otra vez muchas explicaciones por parte de Sensei, esta vez también corrigió el ikyoundo y el kiai. Al final Jenny sólo tuvo 10 minutos para hacer su entrenamiento especial. Volvimos y nos encontramos con los chicos en el restaurante. Ahí estaba Jero, otro lindo reencuentro. Recién llegado a Hashimoto después de las muchas horas, aviones y trenes se sentó a cenar. Incluso antes de ir al Dojo a dejar su equipaje. No tuvimos suerte con la comida. Sensei pidió la especialidad de la casa, variedad de pinchos de diferentes cortes de pollo. Sólo dos están buenos, el resto se dejan comer. Cuando vinimos con Jenny y Atro pedimos platos de arroz que estaban buenísimos. Sensei se fue temprano. El resto nos quedamos a terminar las cervezas y nos fuimos directo al Dojo. Ahí charlamos un poco más y nos despedimos.


Martes 24: Kamakura

Un puente en Kamakura
A la mañana entrenamos para 4to Dan. Está hilando muy fino, es una constante lucha entre corregir detalles e incorporar los movimientos. Le contamos a Sensei de nuestro plan de ir a Kamakura, una ciudad muy linda y antigua, que hace siglos fue la capital del Japón. Nos dijo que aprovechemos el día y que nos salteemos la práctica de la noche. A las 12 nos fuimos del Dojo y sin almorzar nos tomamos el tren. Al bajar en la estación recorrimos una calle comercial muy pintoresca. Los chicos no paraban de sacar fotos. En eso nos entró hambre, mucha, pero no queríamos comer en cualquier lado, queríamos sushi japonés. Volvimos al  inicio de la calle y entramos en un kaiten sushi, un tipo de restaurante en los que pasa una cinta transportadora por todas las mesas, los clientes sacan platitos de colores con diferentes sushis y al final les cobran por la acumulación de platos. Riquísimo todo, qué buen sushi y qué fresco que estaba.
El gran Buda de Kamakura
De ahí nos fuimos al templo donde todos los años hace un seminario y exhibición Doshu. Sacaron montones de fotos más y volvimos a la estación. Ahí nos tomamos un tren hasta el gran Buda, una escultura de bronce de un Buda gigante en honor al que vivió antaño en esas montañas. Impresionante y muy lindo lugar con mucho bosque. A la vuelta pasamos por la playa, no era muy linda la que encontramos, pero era agua, que era lo importante. Jero y yo nos mojamos las patas, estaba casi tibia. Intercambiamos fotos con dos brasileras que estaban de turismo. Emprendimos el regreso sin más pausa que una tienda de todo por 100 yenes donde compramos boludeces y bocadillos. Llegamos a Hashimoto y fuimos directo al Dojo. Los chicos no cenaron nada, yo los acompañé a Ruslan y Paula que acababan de llegar y fuimos a cenar los tres. Nos metimos en el restaurante chino donde se come rico, barato y abundante. De postre un café con Pocky (palitos con chocolate) e Internet en el Lawson, una tienda tipo kiosco. Volvimos al Dojo, pasé a saludar y me fui a dormir.


Miércoles 25: Kodaira

El Torii del Meiji-jingu
AUA con Kobayashi Soshihan
A las 6 estábamos en el Dojo, los chicos ya habían limpiado todo. Clase hasta las 7:30, un poco de práctica extra con el té y a desayunar mate con galletitas. A las 10 práctica de 4to Dan. Nos fuimos a pasear por Shinjuku con la idea de hacer algunas compras y ver el gran parque donde está el Meiji Jingu, un templo elevado en honor al emperador y emperatriz Meiji. Antes del parque tuvimos una de las mejores experiencias gastronómicas del viaje. Un restaurante de ramen, uno de esos en los que le pagás a una máquina y esta te da un papelito con tu orden. Los cocineros y mozos tenían la mejor onda y la comida estaba exquisita, las giozas fueron todo un éxito. De ahí nos fuimos y nos tomamos un cafecito y seguimos directo al parque, en el que estuvimos poco tiempo porque se nos hacía tarde para una clase importante esta noche. Una visita al Dojo de Kodaira donde dicta clases Kobayashi Yasuo Soshihan. Uno de los reencuentros de Daniel Sensei. Cuando llegamos, Sensei y Kasahara-san nos saludaron desde el balcón de la casa. Abajo estrecharon manos y nos dieron la bienvenida. La clase fue mucho más activa que las de Hashimoto. Terminamos y empezó la hora del té pero con un mantel gigante y cerveza para todos. Me lo encontré a Paul, el inglés que conocí en Bristol. Es un personaje, tiene los mejores discursos. Es costumbre presentarse en el Dojo cuando vas por primera vez o de visita. Él, Odd de Noruega y nosotros, lo hicimos. Nos quedamos un buen rato, muchas risas esta noche, no nos queríamos ir, pero lo hicimos. En Hahsimoto nos conectamos rápido en el Starbucks y al Dojo.


Jueves 26: Tokorozawa

Unos mates
Lago Tama
Práctica para 4to dan a las 9:30. Desayunamos en el Aeon como ya se hizo costumbre y nos fuimos a Tokorozawa. Ayer para ir desde el parque hasta Kodaira nos tuvimos que meter en los subtes y fue un infierno que nadie quiso recrear. Me fijé en la mapa y tenemos dos lagos y un templo a pocas estaciones del Dojo, ahí fuimos. Esta vez antes de salir entramos a comer en un restaurante barato, estuvo rico. El viaje fue largo y con muchos trasbordos. El templo fue lo primero que vimos, hermoso, éramos los únicos visitándolo. Nos sacamos muchas fotos. De ahí fuimos a tomar mate en el lago Tama, pero estaba totalmente cercado, nos sentamos en un claro del bosque, pero no pudimos tomar mucho, el termo estaba hasta la mitad de agua nomás y no lo suficientemente caliente. Fue un lindo momento, hablamos de temas varios, entre ellos AUA. Se hizo la hora de ir al Dojo, teníamos hambre, y para no hacer la clase así entramos a un restaurante frente a la estación de Koku-koen. Otra vez pinchos de pollo. Estaban más ricos esta vuelta.
AUA con Kobayashi Tokorozawa Dojo
Lo dejamos a Daniel que nos guíe hasta el Dojo, a ver si se acordaba el camino después de 17 años. Se lo acordó. Un gran reencuentro con Hiroaki Sensei. La clase estuvo incluso más movida que la de Kodaira, y la fiesta de recibida también. Pusieron una de las mesas grandes y desplegaron sushi y cerveza. Nos reímos mucho dos horas seguidas. Hiroaki Sensei me dijo que necesitaba mi aplicación de uchi-deshi antes de mi mudanza. En la All Japan Aikido Demonstration, por ejemplo.
Nadie se quería ir, pero nosotros tuvimos que hacerlo. Mañana hay que despertarse en el Dojo y no nos podemos perder los últimos trenes. Llegamos a Hashimoto esta noche a pesar de las cervezas y el sake con el que terminó la fiesta. Nos fuimos directo a dormir.


Viernes 27: Maxi

Hoy no sabíamos si habría clase de 4to Dan o no. Fui a las 8:30 a entrenar con Daniel Sensei para salir de paseo antes. Cuando llegué él estaba solo. Charlamos un poco y en eso llegó Ruslan. Se emocionó al verme ya listo para la práctica. Hicimos ukemi juntos y pasamos a iriminage. Daniel se alistó, cortamos y nos pusimos con el 36 no jo. Cortamos y él se duchó para salir. Esta vez no los acompañé al paseo. A la noche llegaba Maxi, todos temíamos que no llegue a tiempo. Antes de la clase arreglamos que Jero lo iba a recibir en la estación. Pero mágicamente apareció en el Dojo antes que termine la clase. Maxi!! Qué alegría verlo. Se sumó al té y le dio el regalo a Sensei. Después lo acomodamos y fuimos a comer algo para la bienvenida.


Sábado 28: Embu

Equipo de Igarashi Sensei
Con todo hoy. 6:30 clase regular hasta las 7:30. Preparé el té pero Sensei no se sumó. Satou Sensei tomó una taza y Jero me hizo el aguante. Me fui a cambiar al depto y me los encontré a los chicos en la estación. Irie-san compró boletos grupales para evitar perder tiempo con todos en las máquinas. Fuimos los 9 al evento más grande del año, la All Japan Aikido Demonstration. Seguimos a la manada. En la gran cola para entrar me dieron las revistas y toallas de recuerdo para el grupo de Igarashi Dojo. Las repartí y entramos, nos ubicamos y empezamos a revisar el cronograma de exhibidores y el personal nuestro. Una cosa se adelantó, el encuentro con la embajada argentina. Irie-san nos llamó para que vayamos rápido a cambiarnos porque venían. Los esperamos en la entrada principal y nos mandaron a otra entrada, pasamos por entre las gradas y nos metimos detrás del telón al otro lado de las mesas del jurado. Los vimos de traje a Waka Sensei, Osawa Sensei y varios representantes de Hombu Dojo, entre ellos Sebastián. Llegaron dos mujeres, una representando a la embajada argentina en Japón y la otra que parecía ser su asistente. Fue muy protocolar, un estrechón de manos, fotos, agradecimientos por recibirnos y que nos iban a ver cuando nos toque. Volvimos a las gradas y yo me comí mi bento de sushi que me había comprado antes que nos llamen de apuro. No prestamos mucha atención a las exhibiciones hasta nuestro turno, estábamos muy pendientes de los horarios. Cuando fue el momento fuimos todos a la entrada para la foto con Sensei, arreglamos las parejas y lo seguimos a Irie-san hasta nuestra puerta en el subsuelo. Nos equivocamos dos veces. Hubo un cambio de planes. En lugar de demostrar Irie-san con migo y que el resto hagan la técnica, lo dejaron en 90 segundos de jiyuwaza. Ese ratito pasó volando, a mí me tocó con Fredy. Volvimos a las gradas a esperar las siguientes exhibiciones de la lista. Los chicos ya estaban liberados y se propusieron a ver las exhibiciones con el panfleto en la mano. Yo les seguí el ritmo un rato hasta que se hizo la hora de que demuestre Igarashi Sensei y lo acompañé a Daniel Sensei a su puerta. Resulta que había que esperar en la entrada para otra foto. Les saqué la foto y los acompañé hasta la escalera, volví a las gradas y me puse a sacar fotos, no muchas. Una vez terminada me dijeron que le grupo de Kobayashi Dojos ya había pasado, saqué mi aplicación de uchi-deshi y fui a buscar a Hiroaki Sensei para entregársela. Estaba a fuera con sus alumnos.
AUA con la embajada argentina
Después de la exhibición de Doshu nos fuimos todos a reunirnos en la entrada, juntos de vuelta a Hashimoto. Cenamos en un restaurante en el 5to piso del Aeon, un terreno desconocido para varios de nosotros. Comida semi-gourmet, o sea poco abundante y algo cara. Los rusos se quedaron con hambre y cuando nos fuimos ellos fueron a cenar otra vez. En esta comida, como éramos muchos, nos separamos. Sensei con Machiko, una amiga, Irie-san y Jenny en una mesa chica, el resto de los extranjeros en una mesa grande. De a ratos se nos acercaban a brindar. Terminado el asunto volvimos al Dojo previa compra en el súper y un poco de Internet. Así se dio por terminado el primero de los 5 grandes eventos de cumpleaños de Igarashi Sensei. Irie-san me acompañó y me mostró donde tenemos que ir a buscar la cerveza y el sushi mañana para la fiesta. Después volví al Aeon para prestarle mi teléfono a Daniel Sensei para que hable por Skype a su casa en Argentina. Nos cerraron y volvimos al Dojo y yo al depto.


Domingo 29: Party

Instructores en la fiesta
Hashimoto Party
Hoy fue el segundo evento, uno doble. La clase y fiesta de bienvenida a todos los alumnos extranjeros. Los chicos se fueron del Dojo temprano después de limpiar. Con Irie-san al frente hicimos la clase de niños y ninguno de nosotros se quedó a la gran clase de bienvenida, ya había mucha gente. Además teníamos la tarea de ir a buscar la cerveza que había encargado Sensei. El sushi no porque lo llevaron desde el local. Salimos 8 a buscar el alcohol. A los chicos les pedimos que estén en el Dojo de vuelta a las 12:30. Yo me quedé un rato durante el inicio de la clase para indicarle a cada uno de los 65 extranjeros cómo entrar al Dojo y qué hacer con sus calzados. Terminada la clase y cuando todos se fueron, los argentinos y los canadienses lo seguimos a Irie-san hasta el HAC, ahí repartimos 5 cajas de cerveza y los otros 3 fuimos al Aeon a buscar otras 3. Acomodamos todo en la mesa y en la heladera y me mandaron afuera a explicar las reglas a los comensales. Pasar de a uno, tomar una lata o botella por persona y ubicarse donde quieran. A mí me tenían un lugar designado frente a Igarashi Sensei y Daniel Sensei. Qué lleno que estaba, comimos rico y todas las delegaciones dijeron algunas palabras.
Cuando se terminó entre todos limpiamos y se vació el Dojo.
Segunda fiesta
En ese momento fue cuando lo llamamos a Sensei y en una reunión formal le dijimos que dos de los argentinos se irían del Dojo a un hotel. Lo aceptó bien y seguimos con el día. Fue entonces cuando esperábamos tranquilidad, tal vez unos mates. Pero Sensei volvió, sacó la mesita y puso cerveza para la segunda fiesta. Más bocadillos salados, más cerveza y pidió pizza, invitación de Machiko. Se descontroló, todos se reían, nos sacamos fotos con gorros, hasta bajaron el casco samurái. Dos se desmayaron y se derramó un poco de cerveza. Sensei se fue a dormir, nosotros limpiamos y los que no dormíamos ahí mismo nos fuimos.

domingo, 12 de junio de 2016

131-Hashimoto 16~22/may - llega la delegación argentina!



SEMANA 3:
16/05 – 22/05

Lunes 16: Hombu
Primera clase a Hombu
A pesar de haber dormido menos de 5 horas me desperté más o menos fresco a las 4am con la alarma. La mochila estaba lista, doblé el futón y salí de la pieza. Me puse el pantalón largo, me comí el nigiri que había comprado anoche y metí el bento chico y una bolsita de pancitos en la mochila. Caminé hasta la estación, le cargué 5000 yenes a la tarjeta Suica que me prestó Igarashi Sensei y tomé el primer tren a Shinjuku a las 4:38. Casi una hora de tren, llegué y era aún temprano, pasé al baño y pensé si ir caminando al Dojo o en subte. Cuando vi las escaleras para salir de la estación recordé el camino que solía hacer hace dos años. Esta es mi primera vez en Tokio esta vuelta. A medida que avanzaba iba recordando la siguiente calle. Llegué a Hombu Dojo (el Dojo central) sin perderme y sin usar el gps. Dejé mi credencial en recepción, pagué un día de clases y compré una toalla para el sudor. Doshu (el líder de la Iternational Aikido Federation – Aikikai Japón) estaba sentado en la oficina detrás del mostrador de la recepción. Me saqué las zapatillas, las dejé en el zapatero y subí al segundo piso, donde se dictan las clases regulares. Mientas me cambiaba nos saludamos con uno de los alumnos de Meiji. También me lo encontré a Sebastián, un argentino que trabaja en el departamento de relaciones internacionales de Hombu Dojo y entrena regularmente. Con él compartí el viaje a Korea junto a Waka Sensei (futuro Doshu) e Igarashi Sensei en el 2014. Entré al Dojo 5 minutos antes que Doshu, quien dicta las clases de los lunes a la mañana, la vi a Hiromi formada pero no había tiempo para sociales, me senté en el primer lugar libre que encontré y a esperar a Sensei.
Clase de Doshu, muy concurrida como siempre saludé a un japonés fortachón. Empezamos suaves y acompañando la técnica, cuando tomamos confianza empezamos a poner resistencia, a ayudarnos a buscar por dónde pasa la técnica. En las clases de Hombu, si bien el Sensei es una gran influencia, el compañero que te toca es muy importante para el desarrollo de tu clase, ya que será el mismo durante toda la hora. Doshu mostró lo básico, como suele hacer, empezó con shomenuchi y rápidamente cambió al ataque que mantuvo toda la clase, morotedori o katateryotedori. Las técnicas fueron iriminage, kokyuho, ikyo, nikyo, kotegaeshi y kokyunage, siempre cortando por debajo. Terminada la clase limpiamos el tatami, me refresqué en el baño, me reacomodé la hakama, charlamos un poco con Hiromi y empezó la siguiente clase. Tanazawa Sensei, petiso y simpático. La clase fue curiosamente similar a la anterior, pero con menos gente y más espacio para caer tranquilos. Saludé a un Sensei que vi practicando boken en el descanso. Es un hombre mayor, no puede caer mucho, pero me apuntaló por dónde ir en el tenkan. Estuve toda la clase pensando de dónde sería. Es alto, de piel morena, habla japonés fluido y un inglés roto, su nombre en el keikogi está en kanji, los extranjeros lo tenemos en katakana. Después de la clase no le pregunté. Limpiamos y charlé un rato con Hiromi, yo me vuelvo a Hashimoto a escribir para Igarashi Sensei y ella se va a un festival de comida con los amigos en Tachinobe. En el vestuario lo vi a mi compañero hablando en francés, misterio resuelto. Mientras me iba vi como se movilizaban los empleados y alumnos regulares de hombu para cambiar los tatamis del Dojo.
Caminé hasta el caminito lindo y serpenteante y me senté a comer mi bento. En eso apareció Hiromi. Tardó en salir del Dojo. Le convidé de mis panes dulces y caminamos hasta la estación de Shinjuku donde nos separamos, distintas líneas de tren. Igual que en el viaje de ida, me dormí una siesta hasta la última parada. Pero antes, y gracias a estar escuchando a David Owens en los auriculares, escribí un texto corto en inglés, se lo mandé a Vinícius y a Gary. De la estación de Hashimoto fui directo al departamento. Me acomodé, colgué el keikogi y la hakama, me saqué los pantalones incómodos y me puse con la compu. Vi mis series de los lunes, almorcé, merendé, puse el diario y las cuentas al día y a las 4:30 salí para el Dojo en busca de Sensei y Jenny, nos vamos a Meiji.
Nos encontramos en el Dojo más temprano que la semana pasada. Entramos al centro comercial mewe y Sensei reservó una mesa en un restaurante del segundo piso, no sé para cuándo o quién. Llegamos a Meidaimae (la estación) sin problemas, nos estaba esperando un chico, creímos que era un estudiante Meiji. Pero cuando nos cambiamos y formamos vimos que es un ex alumno que estaba de visita, igual que Recep, que también se nos sumó a la práctica. Antes de la clase Sensei les dio un sermón a los alumnos. Fue el primer día de clases para los alumnos nuevos de primer año, hay 16 de ellos. Estaban barriendo mal el tatami, les dio una lección de cómo barrer. Formamos, saludamos y corrigió el saludo, cómo inclinarse para saludar, qué mano bajar primero, cómo pararse, cómo sentarse, lo practicamos un buen rato, otra vez con la escoba, hizo pasar a cada uno de los nuevos a barrer una hilera de tatamis. Empezó la entrada en calor, la detuvo y explicó cómo estirar, dónde poner el peso y la atención en cada ejercicio, cómo hacer los ejercicios básicos de Aikido como ikyoundo. Todo esto demoró tanto que se fue la clase. Ya que Sensei sólo los ve una vez por semana, usa esa clase para macar protocolo y fundamentos. Los últimos 20 minutos los dictó Jenny, estuvo más leve que la semana pasada. Esta vez pudimos hacer el árbol, yo me planté firme y abrí los brazos, ella se me colgó en la espalda y dio una vuelta completa alrededor mío hasta volver a mi espalda por el otro lado. Difícil. Ella fue a corregir y pasé a ser el árbol del ex alumno. Cuando me tocó a mí no pude hacerme ligero y al pasar por delante nos caímos. Terminó la clase, empecé a doblar mi hakama y uno de los alumnos se ofreció a doblarla por mí así me cambio más rápido. Fuimos a cenar Sensei, los ex alumnos, el capitán del club, Jenny y yo a un restaurante italiano. Las mesas son altas y hay sillas, no es como el típico restaurante japonés que las piernas caen en un pozo y la mesa es baja. La comida era receta italiana, pizza y pasta. Pero la entrada eran las típicas chauchas que sirven acá, y la salsa boloñesa tenía salsa de soja. Comimos rico, pagamos y nos fuimos, despedida en la estación. Tomamos un tren hasta Choufu y cambiamos a otro hasta Hashimoto. Llegué al depto y estaban las luces apagadas. Creí que Irie-san ya estaba durmiendo, pero no, aún no había vuelto. Me duché, colgué la ropa, me preparé para dormir y usé un ratito la compu. Llegó Irie-san, me dormí antes que él.


Martes 17: ukemi
Irie-san se fue a las 5:15, yo dormí hasta las 7:30. Me desperté, desayuné, actualicé el diario y leí un artículo sobre cómo hacer plata en Internet. Charlé con mi papá por skype. Abrí un archivo de Word y copié la entrevista a Igarashi Sensei que está colgada en su página. Esta traducida del japonés y suena raro. La acomodé a un inglés un poco más fácil de entender y empecé a resumirla en una mini biografía para poner en la página de Facebook. Me dio hambre y me hice las últimas dos tostadas del paquete viejo. Antes de terminar la biografía salí a hacer compras. Pasee un poco a ver si encontraba el restaurante kaiten (los que tienen una cinta transportadora que pasa por todas las mesas con pequeños platos para autoservirse). No lo encontré, entré al MeWe y me lo crucé a Irie-san. Compré vegetales, galletitas, pancitos y un bento que me comí sentado en el piso al lado del Aeon. Volví al depto y me llamó Jenny por WhatsApp, ya está listo el pdf, está escribiendo el mail y lo va a mandar esta tarde antes de la clase. Abrí la compu, actualicé el diario y me puse con la biografía. La terminé minutos antes de salir para el Dojo, se la envié a Igarashi Sensei y nos fuimos. Cuando llegamos me dijo Jenny que encontró información extra y que la tiene que agregar al pdf, lo mandará esta semana.
Paseo por Shinjuku
Estábamos todos listos para la clase y, como siempre, apareció Igarashi Sensei por la puerta que da a su casa con el keikogi y una sonrisa. Me vio y me preguntó qué talle tengo de keikogi. Tenía dos que le sobranban talle 6 y en descuento porque ya no los producen más. Me vendió uno a 2000 yenes, un regalo. Ahora tengo dos keikogis bien blancos y uno buenísimo español que perdió su blancura para siempre. La clase estuvo buena, trabajamos sobre lo mismo de siempre, quee s bastante complicado, hoy pude ver algunas cosas. Estaba Piotr y me ayudó a ver otra forma de pasar el tenkan. Después de la clase Yutani estaba de nage como de costumbre, me sumé y recordé lo mal que me sale ser uke de iriminage (de las demás técnicas también, pero a esta se la tengo jurada). Irie-san también está practicando nage, así que entre los dos me fueron aplicando iriminages. No me salió ni un poco. Kaoru, que me tradujo algunas de las correcciones de su marido, me dijo que tengo que entregarle mi peso a nage en el momento nidicado, que estoy haciendo el ukemi solo, sin conectarme con mi compañero. Me acordé de Ray y Patrick Sensei en Irlanda. Se nos acabó el tiempo, guardamos todo y antes de irnos Jenny y Atro, su amigo finés que está de visita, me invitaron air a cenar con ellos. Fuimos hasta la estación y comimos en un restaurante tradicional. Muy rico y muy lindo, los empleados se visten con ropa antigua, es genial. Comimos y nos fuimos. Atro se fue directamente al hotel y Jenny y yo caminamos hasta el Dojo, yo seguí hasta el departamento. Irie-san seguía despierto, pero ya listo para dormir. Me lavé los dientes, colgué los keikogis y la hakama y a dormir.


Miércoles 18: cobertizo
Qué temprana es la mañana. A las 5:10 estaba sentado en el futón mirando un punto fijo juntando ánimos para despertarme. Esta vez no desayuné, pero tomé un vaso de leche. Clase de las 6:30. Personalmente trabajé sobre la postura del kata 36 no jo en cámara lenta. Fin, nos fuimos sabiendo que hay que volver a las 10 para acomodar el cobertizo. Desayunamos en el depto, yo un arroz con nato e Irie-san un sánguche de palta y un yogurt. Él lavó la ropa primero y yo me arriesgué a lavarla antes de salir, con lo justo llegué a colgarla. Llegamos al Dojo a las 10:01, no había nadie, tocamos timbr arriba y se asomó Machiko-san por la ventana del primer piso. Es abajo, esperemos a Sensei. Aparecieron los tres juntons en el Dojo unos minutos después. Charlamos un poco y surgió el tema de la clase de Meiji. A modo de diversión y explicación, Sensei le pidió a Jenny que vuelva  ahacer el ejercicio del árbol conmigo. Después lo intentó Irie-san. Listo, a trabajar. Abrimos el cobertizo y sacamos todo a la vereda. Sensei y Machiko-ssn revisaron todo y decidieroj qué se queda, qué se regala y qué se tira. Nosotros lo limpiamos por dentro y le volvimosa meter todo adentro otra vez. Pero con mucho más espacio, nos tomó dos horas, pero ahora hay espacio para meter 12 valijas, además ligué una remera de Aikido de Vietnam.
Sensei dijo que entremos al Dojo a entrenar 20 minutos, una hora después terminamos. Hicimos la práctica del examen para 4to dan, es un clásico. Esta vez no había comida preparada arriba, fuimos los 5 al restaurante al que me llevaron la primera noche que llegué hace dos años. Yo estaba muerto de hambre y Jenny también, llegamos al restaurante después de una larga caminata, íbamos muy despacio. Lo estaban remodelando, mi estómago se sintió decepcionado. Entramos a uno tradicional también muy lindo y con comida excelente. No invitó Sensei como agradecimiento por la mano en el orden del cobertizo. Nos separamos y volvimos al depto, sólo por 40 minutos, apenas llegué a corregir la introducción para la página de Igarashi Dojo. Sólo teníamos 45 minutos. Escribí mientras me tomaba un té con chocolatitos, mandé el mail con la biografía modificada y nos fuimos a Tokaichiba, al Dojo de Irire-san. Sabíamos de antemano que hoy irían dos alumnos, uno a cada clase. En el viaje de 20 minutos dormimos una siestita. Nos confirmaron que el alumno de la clase de niños tiene 9 años y el de la de adultos 66. Armamos el tatami, nos cambiamos y a esperar. Llegó sobre la hora, un nena de 9 años con el padre. Irie-san les habló un rato y empezó la clase. Parece que tiene un esquema de clase inicial. [Taiso, tai sabaki, tai sabaki con boken de goma, tenkan kotegaeshi, kaiten iriminage, irimi ikyo, ukemi, boken y jo.]. Me pareció mucho para la nena que acababa de empezar. Pero ella tenía experiencia en actividad física, es muy elástica y coordinada. El padre nos siguió en la entrada en calor desde un costado. Se fue y a nos visitó la recepcionista del salón, no entendí mucho de lo que hablaron, pero alcancé a notar que Irie-san le estaba tratando de explicar que en Aikido no hay competencia, era muy difícil de creer para ella. Llegó la alumna de la clase de adultos, una señora de 66 años. Otra sorpresa, es bailarina de tap, más elástica que nosotros y también muy coordinada. Con ella hubo más diálogo que con la nena, a los 66 años ya no hay pudor. Terminamos, guardamos el tatami, nos cambiamos y adiós. En el tren hablamos de Hombu Dojo. Yo tenía ganas de verlo a Waka Sensei antes del seminario del 2 de junio y me dijo Irie-san que mañana la segunda clase la dará Osawa Sensei. Con él tomé algunas clases hace dos años, pero lo quiero ver porque en Madrid les gusta mucho a los Sánchez. Decidido, empecé a hacer el plan mental para prepararme esta noche. En Hashimoto mi compañero de cuarto se quedó a hacer compras en el súper, yo aproveché los minutos extra y fui a la casa, descolgué la ropa, colgué el keikogi y la hakama, me duché y empecé a cocinar doble ración. Cuando volvió yo ya estaba a mitad de camino de la cocción. Me serví la mitad en un tazón y la otra mitad la metí en un tupper, lo dejé enfriar mientras cenaba. Lavé la vajilla, guardé el tupper en la heladera, metí el keikogi limpio, la hakama, dos toallas y la bolsita con pancitos en la mochila. Me senté en el futón con la compu y un té a terminar los chocolatitos. A dormir a las 10:30.


Jueves 19: argentinos
Despierto a las 4, 4:05 estaba en la cocina con la mochila, el futón doblado y tomando un vaso de leche, comprobé la temperatura, frío. Me puse el pantalón largo y un buzo, metí el tupper del almuerzo en la mochila y salí. El tren de las 4:38 salió en horario. Antes de la siesta leí tres poemas que me había mandado Gary y se los respondí. Caminé hasta Hombu, dejé mi carnet de socio y pagué le día. Me vestí y al tatami, clase de Waka Sensei. Antes del comienzo charlé un poco con Kaoru que participó de la clase por visitar a su amiga alemana que estaba unos días en Japón. Empezó la clase y tuve la suerte de practicar con Sebastián, el argentino que trabaja en el departamento de relaciones internacionales de Hombu Dojo, con quién compartí el viaje a Korea del Sur hace dos años. Es muy fuerte y tienen un buen nivel de Aikdio, lo suelen llamar de uke. Me apuntó varias cosas. Después de la clase me lo presentó a Guillermo, otro argentino que vive acá desde hace 25 años, un día vino a dedicarse al Aikido, otro día decidió vivir en Japón y su vida cambió. Me despedí de Kaoru que se iba a la oficina, quedamos en que tenemos que juntarnos a tomar mate otra vez. Mientras estiraba lo saludé a Gabriel, el uruguayo que conocí hace dos años en una clase de Endo sensei, no estaba seguro si era yo por el cambio de pelo.
Me compré una toalla
Segunda clase, Osawa Sensei, después del taiso nos saludamos con un hombre de unos cuarenta y largos que hablaba español argentino. Buena clase, me gusta Osawa sensei, es muy claro al moverse y se le nota el control constante de la técnica. Después de la clase charlamos un largo rato con Alfredo, un Sensei de San Martín de los Andes, estaba ahí con su esposa y un alumno, también de Takeda Sensei en Argentina, pero de Usuaia, Matías. Alfredo Sensei dictó un seminario al que Patricio casi va, se acordaba de él por los mails, le mandó saludos. Terminamos yendo a desayunar los 4 a un bar simpático, yo me pedí un café y ellos un desayuno con café. Charlamos casi una hora ahí dentro. Del Aikido en Argentina, en Japón, en Hombu, de Takeda Sensei, de Endo Sensei, de Igarashi Sensei, Doshu, Yasuno Sensei, de Iwama, de viajes. Estuvo bueno. Nos separamos en la esquina y yo seguí viaje con Matías, íbamos para el mismo lado, antes de separarnos me pasó su Facebook para mantenernos en contacto. Me detuve en el caminito y almorcé mi desayuno del tupper, fui hasta Shinjuku y directo a Hashimoto. En el depto descansé un ratito, escribí un poco y preparé la mochila para ir a Tokorozawa, el Dojo de Kobayashi Hiroaki Sensei. Merendé dos paquetes de galletitas con té.
Jenny no me pudo acompañar al Dojo, será la próxima. Fui a la estación a tiempo y llegué muy temprano esta vez, me confundí y creí que eran 45 minutos antes de la clase, pero era una hora y cuarto. Hiroaki Sensei todavía estaba en el Dojo después de la clase de niños. Me dio la bienvenida al kaiko (práctica) de hoy y me dijo que hablamos después. Me cambié y vi actuar un poco a los uchi-deshis. Dos de ellos estaban limpiando, una estaba descansando y la otra estaba ordenando, tienen las tareas distribuidas. Practiqué todos los katas de jo que sé. En este Dojo practican las versiones cortas de los que hacemos en Hashimoto (los primeros que aprendí en La Plata). Sensei volvió y le di la plata de la clase y un regalo de Rusia, lo que quedó gracioso porque él acaba de volver de ahí. Empezó la clase. El método es que llama a un alumno y le aplica una técnica dos veces, una omote y otra ura, después el alumno repite la acción y la hacemos todos. Después se pasea por todas las parejas y se suma a cada una. El programa es técnicas, saho kokyuho, armas, trabajo libre, fin. Limpiamos y mientras los uchi-deshi preparaban el té yo fuia  la oficina a hablar de my estadía. Está todo bien, me puedo mudar cuando quiera. Fijamos las fechas del 11 de junio al 23 de julio, seis semanas. Me dio el reglamento de uchi-deshi, el cronograma de clases a las que debo asistir y el formulario, me tengo que buscar un garante que me firme.
Me sumé a la práctica libre extra hasta que a una de las chicas se le abrió la piel el dedo gordo del pie, fue algo raro, no sabemos cómo pasó. La vendé y nos sentamos a tomar el té. Me fui con el alumno húngaro hasta la estación. Él fue el uke de Kobayashi Yasuo hace dos años en el 40 aniversario de Arai Sensei, también fue uchi-deshi acá 7 semanas en el 2010. Ahora está casado con una japonesa y vive en Japón.
Para ir de Kokukoen, la estación más cercana al Dojo, a Hashimoto, hay que cambiar de trenes en Higashi-Murayama, Kokubunji y Hachioji. Cuando llegué Kokubunji entré por la puerta equivocada y no pude pasar a mi línea, una señora me vio confundido y me ayudó, fuimos juntos a la oficina de informes, me anularon la última acción de la tarjeta y me mandaron a la puerta correcta. Le agradecí y seguí mi camino. Un tren estaba por salir de mi andén y no estaba seguro de si iba a Hachioji o no, por el apuro y el temor de perder el último (ya era tarde) le pregunté a un pasajero y me dijo que sí iba a mi destino. Me subí y arrancamos. Nos estoy del todo familiarizado con las estaciones de este trayecto, aún así no me cerraban. Me fijé en el mapa de Google y busqué la última estación que pasamos y deduje el recorrido (no tenía internet), efectivamente, no era el tren correcto y mi consejero se había bajado hace rato. Me bajé también y fui al andén correcto a esperar el tren correcto. Me estaba molestando el gemelo derecho, será la corrida con mochila que hice del departamento a la estación esta tarde? El tren que me estaba a punto de tomar era el último de esa estación y llegaría a Hachioji a las 11:42, temía llegar después de la salida del último y quedarme varado ahí. Antes de salir cargué la tarjeta de transporte con 5000 yenes, no me quedaba efectivo para taxi ni para hotel, pensé que pasaría la noche en la estación, no sería el único (recuerdo hace dos años haber visto oficinistas que salen tan tarde del trabajo que pierden el último tren y se duermen 5 horas en las escaleras para tomar el primero del día siguiente). En Hachioji la mayoría de los pasajeros salieron corriendo, qué felicidad, eso significa que saben que un tren está por salir y podría ser el mío. Llegué y estaba casi seguro que era el mío, por las dudas le pregunté un operario, con una sonrisa me respondió en inglés sí y me dio dos pulgares arriba, me dejó una sonrisa un buen rato. En los varios viajes escribí muchos mensaje por WhatsApp para que se manden cuando me conecte a Internet. Uno de ellos era al grupo de los viajeros a Japón a ver si alguno me firmaba de garante para uchi-deshi. En Hashimoto me detuve unos momentos frente a Starbucks para que se manden los mensajes y se carguen todos lo no leídos. Los leí caminando al depto, eran pasadas las 12 y supuse que Irie-san ya estaría durmiendo. Tendría que escabullirme en la habitación, sacar ropa limpia, toalla, jabón, la pava eléctrica y un ramen instantáneo para ducharme y cenar en la cocina. Uno de los mensajes en el grupo era de Jero, me va a firmar el documento, genial!
Irie-san estaba despiero viendo baseball, pero se le notaba que no daba más de sueño. Me duché, cené me metí en el futón, leí y respondí los mensajes y me dormí antes que él.

Viernes 20: siesta
Arriba a las 7:45. Irie-san está agotado, trabaja mucho y estos días que no hay clases más todavía. Desayuné galletitas con leche caliente, no me queda más pan, creí que sí. Irie-san se fue atrabajar, yo abrí la compu, pero aún me sentía cansado y agitado. Será el frío, la caminata y las prácticas, ayer hice mucho. Me llegó un mail de Jenny con el pdf, lo leí y se lo reenvié a los chicos por mail y WhatsApp. Me dormí una siesta de dos horas. A las 12:45 cociné un montón de comida, almorcé y guardé el resto en un tupper para después. Escribí el detalle de cómo llegar de Narita a Hashimoto y lo mandé al grupo de Facebook, le mandé el diario hasta la semana pasada a mi abuelo y lo actualicé. Completé el formulario para uchi-deshi en Kobayashi Dojo y escribí el pago en el sobre, además de efectivamente poner los yenes dentro. Llegó Irie-san, sigue cansado. La mochila estaba lista, a las 4:50 nos fuimos al Dojo.
Llegaron 5 niños en total a la clase de las 5:30. Franek, Ren, Yui, Nagi, y Ko. Yui es la más atlética y concentrada. EN uno de los ejercicios corrimos en zigzag entre dos naginata y dos yari. Jenny se torció el tobillo. Esperemos que no sea nada grave. Después de la clase Irie-san dirigió la entrada en calor taiso de la clase de adultos, no sin antes haber sido reprendido por Igarashi Sensei por haber lastimado a un ayudante durante su clase.
Sensei empezó con ushiro ryotedori, estaba difícil, pasamos casi una hora dándole vueltas a cómo levantar las manos cuando te sujetan ambas por detrás con fuerza. Depsués un poco de kokyunage y jo. Estaba Yutani, así que después de la clase practicamos ukemi. Hoy tocó ikyo omote. Jenny está dolorida y con el tobillo hinchado, aún así practicó kata de jo. Nos fuimos todos y la dejamos en su hogar dulce hogar.
En el depto calenté en la cacerola las sobras del mediodía y le gragué agua para hacer más caldo y un huevo. Escribí un poco y nos dormimos.

Sábado 21: reencuentro!
6:00 am estábamos en el Dojo. Jenny no va a entrenar, está lesionada. Se quedó toda la clase trabajando en la oficina. Tenkan, tenkai, kokyunage y boken. De postre entrené para segundo dan con Asano, le hice de uke. Hicimos renzokuwaza, kaeshiwazatairen, y tanto dori desde tsuki, shomen, katadorishomen y yokomen. Se la compliqué, a cada momento que perdía el contacto lo volvía a cortar. Nos fuimos. Irie-san tiene que volver al Dojo a las 10 a ayudarla a Machiko-san para su examen. Yo salí a desayunar y hacer compras. En el camino de vuelta pasé por el HAC y compré una bolsita con gel congelante para el pie de Jenny. Se lo dejé en el Dojo, estaba por empezar la práctica. Sensei me mostró los 30 DVDs que le encargamos. Volví al depto, comí una bollería con un té y completé el calendario de actividades, lo imprimí y volvió Irie-san. Se fue a hacer compras y yo me fui al ratito a la estación, rumbo al aeropuerto de Narita al encuentro de Sensei y el primer grupo argentino.
Me apuré para llegar al tren que me recomendó Google Maps, pero no llegué. Me tomé el de las 12:06. Espero llegar antes que ellos. Según Internet aterrizan a las 2:01, y según mi experiencia les tomará al menos media hora salir. Me senté en el tren, saqué la laptop y terminé de traducir el pdf y de actualizar el diario antes de cambiar de trenes.

Primera cena
Me subí al tren correcto sin fijarme en la velocidad. Me tocó uno lento. El recorrido hasta el primer trasbordo en Motoyawata que sería de una hora, me tomó una hora y 40 minutos. El segundo estuvo bien, fue el más rápido posible. Cuando llegué a Narita vi que había dos salones de arribos. Revisé la info en Internet y no decía nada, arriesgué al salón Norte, no estaban. En informes me mandaron al Sur. Al primero que vi fue a Pablo, qué alegría! Nos dimos un abrazo fuerte y nos vieron los demás. Otro abrazo fuerte con Dani Sensei. Un abrazo con Rolo que no lo veía desde mis últimos días en la Vucetich y lo conocí a Gerónimo con G, un nuevo integrante de Aikido Unión Argentina. Antes de ir a la estación compraron yenes ahí mismo. Mientras viajábamos en tren les fui explicando cómo ubicarse con las conexiones y las distintas líneas. Hablamos un poco de Aikido y de los planes, pero estaban muertos. Les di los nigiris y los tés que les compré, un bienvenida japonesa a Japón. Llegamos algo tarde. En lugar de ir al Dojo cenamos en un restaurante cerca de la estación, nos conectamos a Internet en Starbucks y fuimos al Dojo. Jenny nos estaba esperando mientras trabajaba con la compu. Nos dejó algunas indicaciones de cómo acomodarnos y se fue a cenar. Como no se puede apoyar la valija en el tatami dimos vuelta un tatami suelto y apoyamos de a dos valijas a la vez una hora y media más tarde estaban acomodados y duchados listos para dormir. Ya que el espacio es reducido tuvieron que dejar en el ropero pocas cosas y el resto guardarlas en la valija en el cobertizo externo. Volvió Jenny, charlamos un poco más y los dejé. En el depto charlé un poco con Irie-san y a dormir yo también.


Domingo 22: Umegaoka
En la clase de niños mandamos a los chicos afuera. Irie-san la dictó, Asano-kun, Piotr y yo fuimos asistentes. Linda clase. Me tocó el enseñarle el kata 36 los nenes más avanzados. Clase adultos, taiso de Irie-san hasta que llegó Sensei. Los chicos llegaron un poco tarde, pero a tiempo para la clase. Se basó en Kokyunage, ushirowaza. Tespués, y antes del té, hicieron entrega de regalos a Sensei y a Machiko-san. Rolo encargó un keikogi, se probó el de Asano-san para comprobar el talle. Ahí los chicos se volvieron a ir, esta vez no me quedé para a ver Katori, lo dejé solo a Irie-san y fui a almorzar y descansar al depo. A la tarde fui al Dojo y junto con Sensei y Jenny fuimos a Umegaoka. Hicimos el ritual como lo recordaba. Un tecito antes de la clase y a empezar. Poca gente, las niñas no estaban esta vez. Hicimos un poco del kihon de siempre y terminamos con el kata 36 con boken. Primero lo hicimos con los alumnos locales y después los deshis solos. Después de la clase le doblé la hakama a Sensei mientras él hacía papeleo y cuentas. Fuimos a cenar todos juntos, como siempre me llené de más por las dudas y pagamos lindo, 2000 yenes por cabeza, otra de las comidas extracurriculares.
De vuelta entré al Dojo un ratito a charlar con los chicos y seguí viaje al depto, a dormir.