Dublín 14/12 – lunes – poca gente
Apenas llegué
a tomar un tazón de cereales y salí al bar. Pude cocinar todo, a las 12 llegó
Gary, el desayuno fue triste, sólo tres personas. El almuerzo, apenas unas 10,
limpié a fondo nuestra área en el subsuelo. A las 5 me quedé solo otra vez,
unas 3 personas pidieron cena más un plato para John. Terminé de limpiar a las
8 y fui al Dojo. La clase no la dio Ray, creo que se llama Peter quien estuvo a
cargo. Habla mucho al explicar y se va un poco de tema, pero introdujo varios
conceptos interesantes para ushiro-ryotedori desde como inicia y como se forma.
Practicando con Bran y su costumbre de rodar pude encontrar su centro para
entrar un buen ikyo omote.
En la casa
lavé ambos keikogis y compartimos un rato en la sala con Tommo que estaba
cenando y Vinicius que estaba leyendo un libro en inglés en voz alta para
practicar, le corregí la pronunciación.
A dormir a la
una.
Dublín 15/12 – martes – nueva perspectiva
Arriba casi a
las 9. No pude soportar ver tantos platos sucios y lavé todo, dejé la pileta
limpia y me llevé unas gallas de avena y manteca a la sala. Escribí y me puse
al día mientras desayunaba.
A las 11 salí
para el bar. En el camino me llamó Phil, Gary me estaba esperando, quería que
vaya más temprano pero anoche Alan me dijo que a las 11:30. Bueno, llegué y no
había mucha gente. Me mandaron a comprar cosas al súper para el especial del
día. La hora pico no fue gran cosa, la pileta para lavar nunca llegó a
llenarse, despachamos todos los pedidos sin problemas y le hicimos unas
muestras miniatura de algunos sánguches a los invitados de la esposa de Alan.
Como tarea extra acomodé las cajas de cartón en cuatro bultos y las saqué a la
calle. Lloviznaba, espero que pasen a recogerlas hoy. Me fui a las 7, troté
hasta la casa, preparé la mochila para Jujitsu y directo al Dojo.
Llegué a
tiempo, la clase la dio Ray. Esta vez no fue tan claro como otras veces la
división entre principiantes y regulares. Cuando me quise acordar Ala estaba en
un apartado con Tony, uno de los avanzados que se encarga de los principiantes,
y yo estaba con un compañero en la clase regular. Seguí como venía. Estuvo
interesante, vimos técnicas de escape desde la perspectiva de la defensa
personal.
Cuando
terminamos participé de tres rounds libres, el primero fue con John, el que abrió
el Dojo el domingo. No lo pude someter, usé fuerza de más y no supe girar la
cadera correctamente para escaparme. Los otros dos fueron con un portugués que
hace un tiempo ya que entrena, el encuentro estuvo más reñido pero de todas
formas él encontró mi cuello antes que yo el suyo.
Volví a la
casa escuchando audios de los grupos de WhatsApp. Me preparé un té y me puse a escribir.
En el proceso repasé la naturaleza de mi blog, lo que cuento, cómo lo cuento,
desde qué ángulo lo cuento y por qué lo cuento. Este análisis lo empecé hace
varios días pero a raíz de unas conversaciones recientes me adentré más en el
tema. Estoy siendo monótono, primero pensé que era porque tengo una rutina y de
esta manera los días no difieren tanto uno del otro. Caminar, trabajo, caminar,
Dojo, escribir; algún fin de semana me hago un viaje corto. En un segundo
análisis la monotonía no se debe a eso, sino al eje del relato, yo. Siempre soy
yo, hablo en detalle, mayor o menor, de lo que hago todos los días. Para un
diario está bien, para un registro de viajes es útil, uno puede volver a
cualquier día y saber qué estaba haciendo. Pero quiero cambiar el enfoque. Las
publicaciones sobre España son algo distintas a las del blog regular, pero
siguen siendo lo mismo, aunque con menos precisión temporal. Entonces, ¿cómo
puedo cambiar? ¿qué experimento puedo hacer?
Una opción es
no intentar cambiar lo que escribo sino pararme desde otro lado, pasar a ser yo
un componente más de la historia y darle protagonismo a otra cosa. Hoy me
dijeron que para hablar del Aikido no es necesario hablar de tal o cual Sensei,
para hablar de lo linda que es la vida, no es necesario detallar lo que hago en
la mía. Me siento en la maraña de la definición negativa, lo que quiero
escribir no es A, no es B, tampoco es C y seguro que no es D, pero qué sí es?
Hoy martes se
cumple mi quinta semana en Dublín, mañana empieza la sexta y me propongo este
día como el último en el que publico en modo de diario.
A ver qué
pasa.