Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

martes, 15 de diciembre de 2015

072-Dublín 05~06/dic - de vuelta a la montaña



Dublín 05/12 – sábado – día de cocina

La mañana comenzó tranquila. El primer cliente se quedó apostado a la barra con una Guiness, no me hizo laburar. Usé el tiempo para cortar champiñones por las dudas, guardar el jamón recién cocido y el caldo, poner a hornear el lomo trozado y dejar todo listo para el desayuno. De la nada llegaron 9 personas, Alan me pidió 9 desayunos chicos. No fue exageradamente difícil, es sólo acumular cosas en los platos, pero eran 9 y todavía no sé los tiempos de cocción para sacarlo todo caliente al mismo tiempo. Me ayudó con algunas cosas y todo salió bien. Llegó Gary y seguimos por una hora hasta que reconfiguramos la cocina para el almuerzo. Trabajamos parejo y me mandaron a casa a las 6pm. El lunes voy a las 12 y me quedo hasta el cierre.

En la casa charlamos un poco y quedamos con Vinicius que mañana vamos a Bray para ver la montaña. A dormir a las 12.

Dublín 06/12 – domingo – Bray

Desayuno potente, como siempre, preparé la mochila con algunos sánguches, dos botellas de agua, bufanda y gorro y el equipo de mate. Vinicius y yo caminamos media hora hasta Tara St. Station, pagamos los boletos ida y vuelta y en el andén viendo el mapa de las paradas nos dimos cuenta que podríamos haberlo tomado en Drumcontra Station, que está a 15 minutos de la casa. El viaje duró  casi una hora, mayormente bordeando la costa. Hermosa vista.
Bajamos en la estación de Bray y desde el puente que cruza de andén a andén vimos una cruz en lo alto de la colina, ese será nuestro destino final hoy. Caminamos hasta la costa, playa de piedras de canto rodado, pero con arena bajo el agua. Me saqué las zapatillas y las medias y me mojé hasta los tobillos. Estaba fría, y hacía frío, pero he sentido peores. Apuntamos a la colina y le pegamos derecho, no le preguntamos nada a nadie ni revisamos el GPS. No podía ser muy difícil. El camino para subir es claro, cuando se acabó el pavimento había una entrada de madera con un cartel explicando la fauna. La primera mitad del ascenso, 10 minutos, es símil virgen, claro que no lo es aunque parezca, muy bello. Luego se convierte en un sendero tradicional que por momentos le corre agua por el centro. Cada paso que nos acercábamos a la cruz estábamos más alto y la vista se hacía notar más y más hacia abajo. Finalmente llegamos, una hermosura, se ve el mar, las montañas de Wicklow, el pueblo de Bray y a lo lejos Dublín. Nos sacamos algunas fotos y nos encaminamos a un sendero que recorre pastizales rojos.
Hicimos una parada corta para comer el segundo sánguche, al primero le entramos en el camino, y a preparar un mate, él no tomó, así que fue todo mío. Volvimos sin problemas y fuimos a ver una de las atracciones del lugar, un McDonald’s que funciona dentro de lo que fue un edificio gubernamental. Desde afuera, si no le ponen los arcos icónicos de la empresa no nos damos cuenta que es un restaurante de comida rápida. Por fuera es muy bonito y por dentro da la sensación de iglesia antigua.

A la vuelta no pudimos bajar en Drumcondra porque el tren se desvía justo antes. Caminamos la media hora y nos pasamos un buen rato en la sala tratando de cantar Tears in Heaven. Vinicius toca la guitarra y puede entonar pero se le patina la pronunciación en inglés.
Terminé el día escribiendo.

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