Dublín 05/12 – sábado – día de cocina
La mañana
comenzó tranquila. El primer cliente se quedó apostado a la barra con una
Guiness, no me hizo laburar. Usé el tiempo para cortar champiñones por las
dudas, guardar el jamón recién cocido y el caldo, poner a hornear el lomo
trozado y dejar todo listo para el desayuno. De la nada llegaron 9 personas,
Alan me pidió 9 desayunos chicos. No fue exageradamente difícil, es sólo acumular
cosas en los platos, pero eran 9 y todavía no sé los tiempos de cocción para
sacarlo todo caliente al mismo tiempo. Me ayudó con algunas cosas y todo salió
bien. Llegó Gary y seguimos por una hora hasta que reconfiguramos la cocina
para el almuerzo. Trabajamos parejo y me mandaron a casa a las 6pm. El lunes
voy a las 12 y me quedo hasta el cierre.
En la casa
charlamos un poco y quedamos con Vinicius que mañana vamos a Bray para ver la montaña.
A dormir a las 12.
Dublín 06/12 – domingo – Bray

Bajamos en la
estación de Bray y desde el puente que cruza de andén a andén vimos una cruz en
lo alto de la colina, ese será nuestro destino final hoy. Caminamos hasta la
costa, playa de piedras de canto rodado, pero con arena bajo el agua. Me saqué
las zapatillas y las medias y me mojé hasta los tobillos. Estaba fría, y hacía
frío, pero he sentido peores. Apuntamos a la colina y le pegamos derecho, no le
preguntamos nada a nadie ni revisamos el GPS. No podía ser muy difícil. El
camino para subir es claro, cuando se acabó el pavimento había una entrada de
madera con un cartel explicando la fauna. La primera mitad del ascenso, 10
minutos, es símil virgen, claro que no lo es aunque parezca, muy bello. Luego
se convierte en un sendero tradicional que por momentos le corre agua por el
centro. Cada paso que nos acercábamos a la cruz estábamos más alto y la vista
se hacía notar más y más hacia abajo. Finalmente llegamos, una hermosura, se ve
el mar, las montañas de Wicklow, el pueblo de Bray y a lo lejos Dublín. Nos
sacamos algunas fotos y nos encaminamos a un sendero que recorre pastizales
rojos.

A la vuelta no
pudimos bajar en Drumcondra porque el tren se desvía justo antes. Caminamos la
media hora y nos pasamos un buen rato en la sala tratando de cantar Tears in
Heaven. Vinicius toca la guitarra y puede entonar pero se le patina la
pronunciación en inglés.
Terminé el día
escribiendo.
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