Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

lunes, 7 de diciembre de 2015

069-Dublín 26~29/nov - conociendo mejor a la gente



Dublín 26/11 – jueves – conociendo a mi compañera

Desayuno, diario y al trabajo. Arrancamos tranquilos, Gary tenía ya casi todo listo para el almuerzo, poco para limpiar y nada para cocinar. Aclaro acá, lo que se cocina y se guarda en tuppers para tener siempre a mano es puré de papas (mashed potatoes), la sopa del día (soup of the day), estofado (stew), salsa para carne (gravy), chili, caldo (stock), arroz, salsa barbacoa, pollo, cerdo, panceta, papa al horno en papel aluminio (jacket potatoes), mermelada de cebolla (onion jam), alguna cosa más habrá.
Desayunamos huevo con salchicha, tostada y café. Lavé lo de la mañana y limpié una de las paredes y la puerta. A las 12:30 empezó el infierno. Me mandó al subsuelo a buscar algunas cosas que hacían falta y cuando volví éramos tres, se había sumado Alan, trabajando a cuatro manos en la cocinita. Fue una hora y media sin parar. Las órdenes de los clientes se acumulaban en la pared, despachábamos dos y llegaban tres. En el medio de la vorágine agarré con la mano desnuda una de las bandejitas de metal en las que les damos el último toque a la panceta y las hamburguesas. Siempre uso una repasador o pinzas de metal, me quemé, mucho, dolió, ardió, siguió doliendo dos horas. Cosas que pasan en este trabajo, viendo las cicatrices de Gary noto lo normal que es que pasen estas cosas, especialmente en la hora pico.
A las 2:45 estábamos tranquilos y había terminado de lavar todo, me puse a preparar puré de papas. Llegó Giovana pero de todas formas me pidieron que me quede hasta que termine el puré. Se tomaron su tiempo para ablandarse las papas, me terminé yendo a las 4.

En la casa me hice un café y escribí mientras se lavaba la ropa. Esta vez puse el programa en frío con la esperanza de que sea más corto, pero dos horas después me fui al Dojo y seguía lavando, es una exageración.
Segunda clase de Jujitsu, no la dio Ray, aunque estaba por ahí, no me acuerdo el nombre del instructor. La entrada en calor fue mucho más corta que el martes, no hicimos ejercicios de desplazamiento de cadera en el suelo. Pero sí algunas caídas, luego directo a las técnicas, empezando de entrada en el suelo. Practicamos 4 variantes de estrangulamiento. Luego nos dio dos minutos para intentar el ejercicio pero con resistencia real. Yo estaba en pareja otra vez con el mismo principiante, además de mí, del martes. Ninguno de los pudimos someter al que se resistía. Después nos mandaron a estirar y los alumnos avanzados hicieron lo mismo pero libre y 3 minutos, varias rondas con cambio de parejas. Nosotros nos fuimos a cambiar, yo me quise duchar pero el agua estaba apagada (es eléctrica). Volví a la casa escuchando música aleatoria, empecé por La balada del diablo y la muerte.
Me preparé una tostada con queso y un café, colgué la ropa en el galpón y me senté a escribir y a catalogar fotos de Hawaii, ya terminé con Japón.
No hay internet, quisieron cambiar el modem pero el cable es distinto, mañana se arregla. Esta noche usé datos y le convidé un poco a Vinicius para que le escriba a su familia.
A dormir a las 11:30.


Dublín 27/11 – viernes – charla nocturna 1

Durante el desayuno lo ayudé a Vinicius con su tarea de inglés. Toda la semana que viene tiene exámenes en la escuela. Apareció Tomo, le fue bien en Barcelona, aunque se resfrió. La semana que viene también tiene exámenes de inglés.
Me quedé sólo y almorcé, esta vez me atreví un poco más y tosté cubitos de pan con sal, pimienta negra y ajo en polvo. Me quedó rico. Seguí escribiendo antes de ir al trabajo. En la cocina de 3 a 8, la relevé a Giovana cuando llegué. Tengo que encontrar la forma de lavar y limpiar más rápido, me estoy quedando una hora después de que cierra la cocina y nunca llego al Dojo.
De vuelta en la casa estaban los Vinicius en la sala común. Nos quedamos charlando un buen rato, mañana no se trabaja, yo sí pero a la tarde, y estaban distendidos. A raíz de criticar la ideología capitalista estadounidense y su influencia global, pasamos a elogiar la administración escandinava y nos fuimos por las ramas entrando en uno de esos debates filosóficos de entrecasa. De esos a los que me acostumbré a tener con Patricio en La Plata. En mis viajes siempre tuve una o dos personas con las que pude mantener este tipo de charlas. En La Plata Patricio, Leandro y Lautaro, en Japón Igarashi Sensei y Fredy, en Hawaii Marc, en Madrid Fernando y Javier, en Londres Geoff, Ali y Bogdan, en Limerick Gerry y Kaye, y ahora en Dublin Vinicius y Tomo. Lo que hace posible este tipo de charlas es que todos ellos saben escuchar y tienen una mirada analítica, en mayor o menor medida, hacia la vida. Sin esas dos cualidades las conversaciones de este tipo no son interesantes ni entretenidas. Pero con ambas se puede aprende mucho. Ahora recuerdo una frase de Kaye: todos los días son un día de escuela. Uno no sabe lo que o cuánto sabe hasta que se pone a hablar y le salen respuestas que no se esperaba.

Dublín 28/11 – sábado – charla nocturna 2

Me pidieron que hoy vaya al bar a las 3pm, así que muy felizmente me acerqué al Dojo a las 10:30, en el papelito con los horarios que me había dado Maeve el primer día decía que era una clase de 3 horas de armas. Pero Ray no estaba y la entrada en calor la dirigió James. Ray apareció pero no se vistió, la clase la dio James, no hubo armas y fue de una hora y media. Estuvo muy bien. Es una persona muy calma y paciente, y no duda al mostrar o corregir. Éramos pocos, así que practiqué con todos. Al final se estaban alistando los chicos de Jujitsu y me di cuenta lo que había pasado. En el papelito estaba detallado el cronograma del seminario de Sensei Casidy, las clases regulares de los sábados son hasta las 12.
Volví a la casa y compartí un rato con Vinicius, el plan de ir mañana a Bray se pinchó por ambas partes, él tiene que estudiar y yo me voy a hacer un curso de primeros auxilios orientado a deportes de contacto en el Dojo.
A las 2:30 salí para el bar. Había tantas cacerolas, cucharones y tuppers sucios apilados al lado de la pileta que no se veía el piso, esa fue la bienvenida con la que me recibió Gary. Al pobre lo dejaron trabajando solo en la hora pico. Lavé todo y me sumé a la cocina. Él se fue a las 7:50 y yo me quedé limpiando, tremendo día hoy, 96 platos se prepararon. Terminé a las 9pm. Phil me pagó la semana y me fui. Hacía 4 días que la billetera estaba vacía.
Me cambié de ropa y me instalé en la sala, estaba Tomo solo. Los Vinicius habían salido. Nos pusimos a charlar y nos colgamos casi 3 horas. Muy interesante. Principalmente hablamos del Budo y el Bushido trasladado a la vida moderna. Analizando los orígenes con los hechos históricos que recordábamos de Japón. Yo me focalicé en el punto de vista del Aikido y el Karate y Tomo desde el fútbol, su entrenamiento y la actitud en la cancha.


Dublín 29/11 – domingo – curso de primeros auxilios

Lo primero que hice al despertarme fue ir a Tesco a comprar comida. En el bar siempre almuerzo o ceno, pero los desayunos son en casa. Fui al supermercado con la idea de llevarme una panzada de comida, pero en el camino recordé con lo poco que estuve comiendo la última semana y el poco espacio que tengo para almacenar. Me contuve bastante en las góndolas y no compré mucho de más. Me hice un súper desayuno, lo de siempre, pero le agregué a las gallas de avena miel, banana y canela. Se me hizo la hora y salí casi al trote al Dojo. Llegué sobre la hora, eran las 12, la clase de Jujitsu para niños estaba terminando y el instructor del curso estaba llegando. Fuimos a ayudarlo a llevar bultos del auto. Tenía muchos y muy grandes. Desplegó un proyector conectado a su laptop y 4 muñecos para practicar primeros auxilios. Se presentó, Ray Stears es Sensei de Judo desde hace 30 años y está capacitado para otorgar diplomas y certificados de primeros auxilios, así que con este curso nos llevamos un aval válido por dos años para dictar clases de deportes de contacto. Nos dio un resumen del curso y vimos la primera parte del video. Es una presentación de la American Heart Asossiation, y nos pusimos a practicar reanimación cardiopulmonar con los muñecos. Después vimos el final del video. A continuación nos enseñó cómo tratar las lesiones de los alumnos, distenciones, roturas, contusiones, cortes, quebraduras. También como equipar un kit de primeros auxilios. Terminado el curso nos llevamos un librito con toda la información y datos de contacto. Nos recomendó repetir cursos similares una vez al año y hacer uno oficial, como este, cada dos años para mantener la vigencia.

De vuelta en la casa cancelamos el plan de arreglar el jardín porque llovía. Nos quedamos charlando en la sala y me preparé un sánguche con las sobras del bar. Vinicus se hizo un pollo al horno comprado en el súper, muy bueno, lo compartimos. Al final del día ya en la pieza me puse a ver El cuento de la princesa Kaguya, una película de animación japonesa de estudios Ghibli que no fue dirigida por Miyazaki. Lo primero que me llamó la atención fue el dibujo, está enteramente dibujada, sin computadora, o eso me pareció. Dura dos horas y es impresionante lo que transmiten esas líneas. La empecé a ver en italiano, la había bajado en ese idioma, pero no venían subtítulos en español o inglés, intenté verla igual pero tuve que buscarlos. Al final la vi como me gusta a mí, audio original y subtítulos en español. Me acosté tarde.

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