Dublín 18,19,20/03 – el estudio del Aikido
Lunes 18: Casa
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Y así volví a Irlanda |
Martes 19: Sabático
Toda la mañana
escribiendo hasta que me puse al día. Desayuno porridge completo pero sin tostadas.
Nos mensajeamos con Gary, nos vamos a extrañar. Me dio hambre y fui a Tesco a
comprar el almuerzo. Inspirado por Stephanie compré udon, salsa de tomate y
champiñones, cometí nuevamente el error de comprar Nutella. En la casa ya me
quedaba poco tiempo, no quise cocinar y quería seguir escribiendo y armando el
cronograma de Japón. Me senté con el Nutella y un té verde. A las 2:40 me fui
directamente a la comiquería The Forbidden Kingdom. Me habían llamado el
viernes para avisarme que ya estaba mi encargo. Compré Nimona, una novela
gráfica que leímos con Martín en Internet. Ahora que está en papel la bajaron
de la red. Fui al bar y ahí estaba Isabela, mañana es su último día me dijo. En
la cocina no había nadie, como en el bar. Me cambié y me puse a limpiar.
Aparecieron los chicos, Ismael se fue a hablar con Phil y Gary me preparó un
shepard’s pie, es un pastel de carne que por alguna razón le dicen tarta. Muy
rico le salió. Ismael se fue y me mandaron a comprar cosas. Entre ellas, y
extraoficiales, bananas y galletitas. Bajo la supervisión de Phil, Gary cocinó
un postre que quedó muy bueno. Me lo comí en el sótano mientras ordenaba todo.
Creí que me quedaría hasta tarde, pero me mandaron a casa a las 7. Sólo 3 horas
de trabajo hoy. Hablando de mis horas, parece que no voy a tener muchas. A fin
de mes quieren darle 4 días libres seguidos a Gary y entre Ismael y yo nos las
ingeniaremos. Ahí nomás me voy y se quedan ellos encargados del show.
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El postre de Gary y Phil |
Miércoles 20: ahora
Arriba a las
8:20. Preparé mi porridge y me quedé en el living charlando con Iris, el belga
que está de año sabático volviendo a casa. Los Vinnies desayunaron con nosotros
también. Fue una linda mañana. Esta vez comí dos tostadas con manteca, me traje
panes del bar. A nuestro invitado se le caían los pantalones, así que le regalé
uno de mis cinturones. Estuvimos un rato viendo el mapa porque va a ir a dedo
hasta su nueva casa. Está bastante lejos. Tiene que pararse en la ruta N7,
después tomar la M7 y de ahí elegir si va por Limerick o por Cork. La segunda
opción es mejor porque gran parte del trayecto es sobre la M8 lo que disminuye
la posibilidad de desvíos. Le di una caja de cartón, la abrió y le escribió con
mi fibrón negro las ciudades a las que quiere ir. Para hacer dedo. Se fue a las
10:30.
Volví a la
cama a escribir y planear. Hoy no trabajo a menos que me avisen, que no creo.
Leí Nimona completo de un tirón, almorcé uno de los udon y volví a la compu.
Tres horas antes de ir al Dojo entré la valija y la preparé junto con la
mochila azul como si me fuera hoy mismo a Japón. Entró todo lo que tenía que
entrar, me quedó la mochila negra vacía y quedó claro lo que tengo que tirar, y
vender o regalar. Volví a acomodar lo que voy a usar estos últimos 13 días, me
puse el pantalón del keikogi y el impermeable negro, el resto de la ropa de
práctica en la mochila y salí para el Dojo.
Antes de
empezar la clase y en el camino también, sentía escalofríos y pequeños
temblores combinados con un muy ligero malestar estomacal. Nada que me impida
hacer mis cosas. Primero se lo atribuí a haber estado todo el día sentado o
recostado tomando infusiones y comiendo harinas. Es la razón por la que más me
inclino. Pero también pensé en otra. Hace muchos años mi Sensei de Karate,
Ariel, nos dio una charla sobre entrenamiento en su casa para la cual dispuso
de parte de la clase regular. Lo que me quedó de esa noche fue que cuando
entrenamos regularmente nuestro cuerpo se acostumbra y se prepara. Si trabajamos
fuertemente loa abdominales los lunes, los brazos los miércoles y las piernas
los viernes, el cuerpo va a hacer los preparativos necesarios para afrontar
esos desafíos el día anterior. Si le damos ese desafío se preparará mejor para la
semana próxima, si no se lo damos tendremos un exceso de energía que, como el
brazo del tenista que se lesiona cuando le erra a la pelota, nos puede
perjudicar, pero no tan grave. Aún así, lo que sentí hoy se lo atribuyo a las
galletitas.
Clase de Ray, volvimos al tema del miércoles
pasado. Aflojar con presencia, aceptar sin resistencia, no hacer, estar. Esto
me pareció interesante. Una vez que iniciamos una conexión con el compañero y
recibimos lo que nos da, en este caso un empujón, habremos creado una relación.
Si en esta relación intentamos hacer unilateralmente algo que tenemos en la
cabeza, como una técnica que conocemos o guiarlo hacia un punto específico
porque creemos que es lo lógico, estaremos rompiendo esa relación, surgirá el
forcejeo y se perderá el Aikido. Por eso Sensei Ray dijo no hagan, estén. Si
nos limitamos a sentir hacia donde quiere ir el otro, el desenlace natural se
ve con claridad, seguir ese desenlace es la esencia del Aikido. Una imagen que
ayuda a estudiar esto es nuestra posición temporal. El contacto inicial quedó
en el pasado, no nos sirve más una vez que estamos desarrollando la técnica, el
abanico de posibles resoluciones que nos vienen a la mente por haberlas
entrenado antes, o haberlas visto en un video, o incluso la que Sensei acaba de
pedirnos que hagamos, son parte del mundo imaginario del futuro al que no
tenemos acceso. Por eso todo lo que tenemos es esa fracción de segundo fugaz en
la que sentimos lo que está pasando y rápidamente se acaba y viene la siguiente
fracción de segundo. Nuestro rol en el Dojo, donde estudiamos Aikido, es
aprender a vivir y respirar en cada uno de esos momentos.
Linda clase,
terminamos con armas. Lo básico siempre nos enseña, no hay que olvidarse de
eso.
Otra cosa,
haber vuelto a practicar el Aikido de Igarashi Sensei después de 4 meses en el
Dojo de Ray con su perspectiva, me ayudó a ver los conceptos del primero más
claros. Pude entender más cosas. Volví a preguntarme qué será mejor para mí.
Entrenar toda una vida el mismo estilo y creciendo bestialmente dentro de este
como Tomás Sánchez, o entrenar tantos enfoques como sea posible? Claro que la
pregunta no es tan simple y la respuesta es extensa, pero eso para otro blog…
Me estaba
yendo y Ray me dijo que antes de mi vuelo nos tomemos algo en un bar. El sábado
arreglamos. Se me acerca la fecha de mi despedida y se me acumulan las salidas
y comidas. La semana que viene cenaré con Gary, y algo tendremos que hacer con
los chicos en la casa.
No me duché.
Estuve muy tranquilo estos días, no transpiré ni una gota y no me llené de olor
a cocina ni de grasa de la freidora. Cené arroz con papa, cebolla y tomate. Un
tecito y a dormir.
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