Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

martes, 10 de mayo de 2016

129-Hashimoto 04~08/may - de vuelta en Japón!



HASHIMOTO, SAGAMIHARA, KANAGAWA, JAPÓN

SEMANA 1:
04/05 – 08/05


Miércoles 04: recuerdos
Un buen vuelo. No terminé de reclinar el asiento y me alcanzó para dormir. Gran variedad de películas. Vi “Burnt”, “The lady in the Van” y dos episodios de “Family Guy”. Nos dieron un almuerzo, pollo teriyaki con arroz, después un desayuno, un full irish, con salchicha, huevo, panceta, champiñones y tomate. Aterrizamos en horario. Abrí la ventana, Japón nos recibió con una tormenta muy fuerte, aún así la temperatura exterior era de unos 17 grados, para lo que estuve sintiendo estos últimos meses es cálido.
LLegué a Japón
El aeropuerto de Haneda es muy grande, caminar de la puerta a migraciones nos tomó 8 minutos. Tuve que llenar dos formularios, uno por migraciones y uno por aduana, pasé ambas sin complicaciones. Ya le había puesto el sim japonés al teléfono, tengo señal sin Internet, igual que antes. Busqué el tren en Google Maps, compré el boleto y partí. El primer viaje fue hasta la estación Yokohama, en el camino se despejó y empecé a sentir el calor de un día soleado. Cambié de trenes a la línea Yokohama con destino a Hachioji, bajé en Hashimoto. Me acuerdo de todo, las máquinas para salir de la estación, las tiendas, las direcciones, el Aeon, el MiWe, el Starbucks al que tanto Wi-Fi le robé. Las escaleras mecánicas externas, el barrio.
Me habían dicho que Irie-San estaría trabajando y que vaya directo al Dojo. Llegué dos horas antes de lo planeado, el viaje desde Haneda es mucho más corto que desde Narita (el otro aeropuerto internacional). Por la ventana de la oficina de Hashimoto Dojo me saludó Jenny, la organizadora del seminario de Finlandia. Sabía que iría al seminario en julio y que va a rendir el 4to Dan, pero no sabía que iba a ser uchi-deshi el mes de mayo. Sensei me saludó desde la ventana de su casa en el primer piso. Entré al Dojo y él y Machiko-san bajaron. Charlamos los 4 un ratito. Me pasó el parte de los eventos próximos. Por ahora tenemos la primera clase el viernes ya que estamos en la semana dorada y todo está cerrado, después de la clase de la noche del sábado Machiko-san nos va a preparar una cena de bienvenida, el domingo Sensei, Jenny y yo vamos a Kamakura al seminario y exhibición de Doshu, con comida incluida. Hablamos un poco de cómo vamos a organizarnos con los chicos de Argentina que van a llegar a destiempo. Quedé para almorzar con Jenny. Sensei me dio la llave del departamento. Fui por el paseo del río, me gusta mucho. Entré y lo encontré más desordenado que antes y con más cosas. En la habitación / tendedero / living / comedor / alacena / oficina / ropero, había mucha más ropa que antes, un estante del muele donde supe guardar mi ropa hace dos años lleno de comida, esta solia estar en el suelo, ahora hay más. Encontré dos relojes despertadores grandes, una secadora de pelo nueva, una impresora con escáner, una computadora y modem/router de Internet. Irie-san se modernizó. Sabía que le había pedido a Igarashi Sensei ser profesional, lo que implica doblar los esfuerzos y aprender Inglés, también se tiene que amigar con la tecnología. Vacié la valija, dejé lo que no voy a usar, como la campera de abrigo, las bufandas, gorro y guantes dentro y la dejé afuera en la terraza. Me duché y salí de vuelta al Dojo. Jenny seguía limpiando, se había metido sola en una complicación. Además de las tareas de limpieza normales de un uchi-deshi, le ofreció a Igarashi Sensei limpiar las tablitas plásticas de la cortina de la oficina. Parecía un trabajo fácil, pero le tomó 2 horas limpiar un lado de una de las 4 columnas. Si alguien vio la oficina de Sensei sabe lo llena de cosas que está. Le tuvo que sacar una foto y vaciarla. Dejó el trabajo por la mitad y nos fuimos a la estación. Comimos en uno de los restaurantes de máquina, esos que se pide la comida apretando botones y se le entrega el ticket al cocinero. Ella no come carne roja, así que tuvimos que elegir con cuidado. Después de comer nos tomamos un café en Starbucks, invitó ella, café de bienvenida.
Estación Hashimoto
Hace mucho calor, yo sigo con mi jean largo y zapatillas. Volvimos al Dojo y me quedé a ayudarla a limpiar. Entre los dos estuvimos dos horas dándole a las cortinas. Cuando terminamos, yo salí a limpiar las ventanas por fuera y cuando volví a entrar Sensei y Machiko-san estaban jugando con su nieto menor, Haruto, de dos años. Jenny ya había empezado a acomodar la oficina usando la foto que había sacado esta mañana de referencia. Irie-san volvió del trabajo y nos encontramos todos en el Dojo, los padres se llevaron al niño y nosotros nos quedamos hablando de fechas y actividades aikidokas. El domingo 22 vamos a Umegaoka, el Dojo chico donde fui dos veces hace dos años. Seguramente dejemos a los cuatro miembros de Argentina descansar ese día. Quedamos para cenar Jenny, Irie-san y yo esta noche en el restaurante al otro lado del río Sakai. También quedé en entrenar con ella mañana a las 10am, ya que estamos sin clases, vamos a practicar Jo.
El barrio
En el departamento pedí permiso para usar el Wi-Fi, me conecté y terminé de acomodar mis cosas. Tengo las dos mochilas en el suelo llenas de cosas y mi ropa y el equipo de mate en dos estantes del mueble. A las 7 pasamos por el Dojo a buscar a Jenny y caminamos al restaurante. Comimos rico. A la hora de pagar Irie-san nos invitó. Nos separamos en la vereda, ella volvió al Dojo y nosotros dos fuimos al Aeon a hacer compras, yo compré en realidad. Desayuno para mañana y una comida. Sólo tengo 5000 yenes que compré en Dublín y no puedo comprar más hasta el viernes que abren los bancos, además llevaba gastados unos cuantos con el tren y el almuerzo. Volvimos al depto, Irie-san se duchó, yo pasé, estaba muy cansado y ya me había duchado antes. Ya acostado en el futón me arrepentí, me sentía sudoroso y algo pegajoso, no mucho, pero estaba muy cansado, me dormí a las 9:30.


Jueves 05: short
Nos despertamos a las 7:30, desayunamos y se fue a trabajar a las 8:30. Ahora tiene 3 trabajos, uno no me acuerdo, otro es el de antes, cocinero de curry, otro es dependiente en un 7/11 y ahora da clases de Aikido es un Dojo propio, a 20 minutos de Hashimoto los miércoles. No tiene alumnos todavía, así que lo voy a asistir este mes. A las 9:55 fui al Dojo. Tuvimos una sesión de una hora y media con Jenny, trabajamos sobre el kata 36 awase de Jo. Fuimos a almorzar a un restaurante de la estación como ayer. Después un café y al centro comercial. Me prestó plata para que me compre un short, ya que hasta que no cambie plata no puedo. Volvimos al Dojo donde nos despedimos. Ella tiene una clase con Machiko-san a las 3pm por el examen que están preparando. Yo me preparé para escribir, pero dio un palme tremendo. Dormí una siesta de 2 horas casi. Me desperté, ordené un poco el departamento y me puse a escribir. Irie-san legó a las 7:30, más temprano de lo previsto. Charlamos (como pudimos) un ratito, nos duchamos por turnos y cenamos casi juntos. De postre se tomó un café y yo un té con masitas. Después, y mientras seguía viendo baseball (le encanta) se tomó la Guinness que le traje de regalo. A las 11:30 a dormir.


Viernes 06: yenes
Arriba a las 7:30. Desayunamos y salimos juntos a Hachioji, yo preparé la mochila para comprar mis yenes con toda la plata bien separada. Fuimos al banco y esperamos 5 minutos a que abra. Fue increíble. Se levantaron las persianas y todos los empleados del banco estaban de pie esperándonos, todos se inclinaron y nos dieron la bienvenida al mismo tiempo, pero los clientes no saludaron, entraron directamente a hacer lo suyo. Sacamos número y naturalmente, por la hora, nos atendieron primeros. No me pueden cambiar sin pasaporte. Irie-san fue a trabajar y yo volví a Hashimoto, agarre mis pasaportes y volví al banco. En los tramos de tren estoy leyendo “The Pirate Wind”, un libro de crónicas de los asaltos de los piratas en las costas de Borneo y alrededores. Me hace poner en perspectiva al pirata simpático de Disney. En el banco pedí mi número, pero me empezaron a atender mientras estaba sentado en la sala de espera. Llené tres formularios porque vendí dólares, euros y libras. Me guardé unos cuantos euros para cambiar en Suiza en agosto. Fueron muy atentos con migo. Me fui con mis yenes, espero no necesitar más que esto. Son muchos.
Tenía hambre y me tentaba con todo lo que veía, pero dije NO. En Hashimoto entré al supermercado y seguí diciendo que no. Creo haber comprado sabiamente. Sigo sin poder cocinar arroz en el depto. Acomodé todo en bolsas y me senté frente a la laptop a escribir y navegar.
A las 4 llegó Irie-san y se duchó, le pagué el alojamiento y seguí escribiendo hasta que nos fuimos al Dojo.
Llegamos muy temprano, Jenny no estaba, abrimos el Dojo. Íbamos a limpiar pero ya se había encargado ella. Nos cambiamos y esperamos a que lleguen los niños. Sólo 3, raro. La clase la dictó Irie-san. Está más firme que antes, pero su método no parece funcionar aún. Reconocí a los tres chicos. Me gusto verlos crecidos. La clase de las 7 con Igarashi Sensei estuvo concurrida. Vino de visita Recep, que este año terminó su entrenamiento de uchi-deshi de tres años en Kobayashi Dojos. Ahora puede ir a entrenar donde quiera cuando se lo permita el trabajo. Además se sumó una amiga de Pyotr, el polaco y una amiga de Jenny. Entrené con Masaru, Jenny, Recep y Pyotr entre otros. Con ellos quería entrenar.
Sensei volvió a mostrar los círculos uno y dos y el trabajo con el palo simulando ikyo y nikyo, acá tene unos palos cilíndricos específicos para eso. Después de la clase barrimos, aspiramos, trapeamos, preparamos el té y empezó el rito. Masaru Utani al centro a practicar ser nage, todos los que queríamos lo atacábamos para practicar ukemi. Sobre el final intervino Igarashi Sensei y lo corrigió a él, lo que nos hizo trabajar más a nosotros, estuvo muy bien, agotador. Practicamos la caída de espaldas saltando desde iriminage.
Se acabó el tiempo. Nos despedimos todos y nos fuimos. Jenny, sus amigas y Recep fueron a la estación. Irie-san y yo al depto. Cenamos, duchamos, yo escribí, él vio baseball, dormimos.


Sábado 7: cena
Arriba a las 5:15, me comí una tostada y llegamos al Dojo a las 6. Clase matutina. Un poco de mano vacía, un poco de boken. Práctica libre con Jenny y el senpai viejo de la clase. Me dieron la batuta. Elegí shihonage. Terminó la clase y preparamos el té. Jenny y yo seguimos con el shihonage, no le encontrábamos la vuelta para entrar sin exponernos a un golpe en la cara. Sensei nos lo mostró y no pudimos ni reaccionar para acomodarnos y contraatacarlo. Se acabó el tiempo y guardamos la mesa y nos preparamos para irnos.
Irie-san y yo volvimos al depto. Desayunamos y a las 10 volvimos a la casa  de Sensei a ayudarlo a mover cajas de la planta baja al primer piso para hacer espacio. Nos invitó un té de agradecimiento y a las 11 empezamos otra práctica, una extraoficial para repasar el examen de 4to Dan para Jenny y Machiko-san y 2do Dan para mí. Fue muy informal, no, estábamos todos de civil practicando armas. En un momento Sensei y su esposa se fueron y nos quedamos solos los tres. Nuestra práctica se vio interrumpida por la visita de un amigo de ellos. Preparamos la mesa del té, esta vez de oolong frío con galletitas. Media hora de charla en japonés con ocasionales traducciones de Igarashi Sensei y un poco que pude interpretar de su amigo cuando me preguntó por qué empecé Aikido.
Nos volvieron a dejar solos. Jenny y yo nos despedimos de Irie-san y fuimos a la estación a almorzar. Después me acompañó a comprar sobres para billetes y lapiceras. Volvimos al Dojo, ella entró a descansar, quedamos que nos encontramos ahí a las 4 para arreglar la vereda. Llegué al depto a las 2:20, empecé escribir pero me caí de sueño. A las 4 empezamos el trabajo. La rampa plástica estaba floja y sucia, la dimos vuelta, la limpiamos y la ajustamos. Entramos al Dojo y nos preparamos para la clase de las 5. La entrada en calor la dirigió Irie-san. Sensei tomo el mando después de los ukemis, trabajamos sobre el tenkan, como todas las clases. La parte técnica se basó en el shihonage con el que estuvimos renegando con Jenny esta mañana. Durante el té le seguimos dando, algunas cositas vimos. Se fueron todos, los tres uchi-deshis solos otra vez (Jenny vive en el Dojo ahora, por eso es uchi-deshi, yo estoy cerca y actúo como uchi-deshi, Irie-san se decidió por ser profesional, entonces Sensei le está dando caña, lo que lo pone en una situación como uchi-deshi). Jenny y yo nos duchamos y los tres subimos a la casa de Sensei a las 7:40 para cenar. Una comida de bienvenida. Machiko-san preparó una ensalada y nigiris caseros. La comida fue como la de la cena hace dos años, carne, vegetales, pollo y pescado a la plancha sobre la mesa. Muy rico todo. Le di a Sensei su regalo suvenir de Irlanda, una Guinness y a Machiko un imán con una frase para madres. Después de comer levantamos la mesa, lavamos y nos fuimos.
De vuelta en el depto me tiré en el futón a escribir. Nos dormimos a las 11:45.


Domingo 08: Kamakura
Calle comercial de Kamakura
Arriba solo a las 5:30. A las 6 salí del depto, Irie-san seguía en el futón. Me fui con el keikogi y la camisa en la mochila hasta la estación, en el camino desayuné dos nigiris que me llevé de suvenir anoche. Sensei y Jenny llegaron a las 6:40 y nos fuimos a Kamakura. Esta ciudad fue la capital de Japón antes de Kyoto, hace mucho tiempo. Es en un templo aquí donde todos los años se celebra una ceremonia shintoista seguida de una clase de Doshu y una exhibición de las delegaciones, los shihanes y Doshu mismo. Igual que hace dos años, el camino de la estación al templo pasa por la calle comercial. Sensei nos inscribió y nos dio un sobre para poner la plata dentro a la hora de pagar. Este evento incluye una comida con discursos. Jenny por ser la uchi-deshi #1 cargaba la mochila de Sensei, pero en este caso me tocó a mí por ir al mismo vestuario. Nos cambiamos, guardamos su mochila en el locker y nos separamos. A las 9:40 empezó la clase de Doshu. A diferencia de las que dicta en Hombu Dojo, aquí explicó más y no está la costumbre de abrirse para darle espacio cada vez que corrige a una pareja. En la clase vimos mucho kihon, lo básico, el eje central de las técnicas de Aikido. Me pasee por gran parte del tatami practicando con distinta gente. Sobre el final me acerqué a Shirakawa Sensei, con quién entrené hace dos años, me invitó a su Dojo y me hizo participar de sus clases. No lo oude alcanzar, pero le agradecí después de la clase.
Por cruzar el gran Torii
Veinte minutos de descanso, nos reacomodamos las hakamas y empezó la exhibición. Dos bloques, el primero con muchas delegaciones y cerrando el shihan número uno de Kanagawa. Segundo bloque más delegaciones, empezaron a pasar los shihanes. Jenny y yo sabíamos que nos tocaba ser uke de Igarashi Sensei, pero no sabíamos si pasaría algo más o no. Dos grupos antes de nuestro turno, Sensei se acercó, nos dio un uke a cada uno y nos dijo que demostraríamos nosotros 40 segundos y después él 1 minuto. Tuvimos nuestros 40 segundos de fama, después pasamos a ser revoleados por el tatami y se terminó rápido. A Sensei no le gustan las exhibiciones ‘Se muestra, pero no se puede mostrar’, dijo. Pocos grupos después demostró Doshu y con él, el cierre del evento. Todos en seiza formados para el funal de la ceremonia. Después entre todos levantamos el tatami y formamos gradas para la foto grupal.
Tatami en el templo
Empezó la carrera. Jenny a doblarle la hakama a Sensei, yo dársela en el vestuario y cambiarme para alcanzarlo en la recepción. Jenny y yo fuimos al salón de la cena de memoria, por suerte vino a mí el recuerdo. Nos apuramos a entrar, pagamos, nos dieron el suvenir y nos quedamos parados esperando que lleguen los invitados de honor, los shihanes y Doshu. Dos mesas con las personalidades sentadas y el resto parados alrededor de las mesas de comidas. Escuchamos 4 discursos y alguien dijo en voz alta ‘itadakimasu’, que vendría a ser buen provecho, es la señal de que podemos empezar a comer. Igarashi Sensei estaba sentado al lado de Doshu, por lo que tenía gran presión, nosotros estábamos cerca por cualquier cosa que necesite. La comida estuvo rica. El discurso de Igarashi fue el más ameno, como siempre. Nos quedamos hasta que nos echaron. Charlamos con Shirakawa Sensei y su hijo antes d eirnos, aproveché esa oportunidad para darle el regalo que le compré en Irlanda. Muy agradecdo. Esta vez no nos acompañó a la segunda fiesta. Hace dos años fue en un bar sentados en la vereda y tomando café. Esta vez llenamos dos mesas largas en un restaurante y no pararon de tomar desde las 14:30 hasta las 21:00. Pidieron más y más comida también. Sensei me sentó al lado suyo y Jenny en frente. Le estuve sirviendo vino a él y a Seno Sensei, que es el número dos de Kanagawa, Igarashi es el número 4. En frente mío estaba el número 3, pero no recuerdo su nombre. A medida que pasaban las horas los Sensei iban entrando en copas. Tuve la oportunidad de charlar con un australiano, Nigel, que tiene su Dojo en Sydney, me dio su tarjeta y me invitó a ir cuando quiera. También charlé con Ken, de California, pero vive en Japón hace 20 años, me dio su contacto también. Después de la segunda botella de vino, que sólo estaban tomando Seno Sensei e Igarashi Sensei, el primero me aplicó varias palancas al dedo torciendo mi cintura, se puso a explicar Aikido, en la segunda casi me tira sobre Igarashi Sensei. Fue una noche divertida.
Igarashi Sensei dando un discurso
Se hizo tarde, nos fuimos. Guiamos a Sensei hasta la estación, pero él, a pesar de estar tomado, sabía la dirección mejor que nosotros. Subimos al primer tren y se durmió. Cambiamos en Yokohama al segundo tren, ya no daba más, necesitaba la cama urgente. En Hashimoto nos tomamos un taxi para hacerla más rápido. Entró a su casa, Jenny al Dojo y yo volví al depto. Irie-san estaba aún despierto, pero no por mucho. Intercambiamos algunas palabras, yo revisé el teléfono y a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario