Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

lunes, 9 de mayo de 2016

128-Dublín 01~03/may - gracias Irlanda!



Dublín 01,02,03 mayo – se termina una etapa

Domingo 01: nada


Me atacó la fiaca. Arriba temprano. Desayuné y Vinny se fue a ver a unos amigos. Quedamos que a la noche volvía temprano y cenábamos afuera a las 8, porque mañana ceno con Gary y después me voy. Todo el día viendo series, videos y tirado en el sillón y la cama. Comiendo un poco y viendo más videos. Vinny llegó tarde, como a las 11pm. No salimos, lo dejamos para el almuerzo de mañana.


Lunes 02: comidas
Antes que nada, a comprar leche. Entonces sí. Me preparé para ver en silencio y tranquilo Juego de Tronos. Para hacerla más rápido preparé un tazón de cereales en lugar del porridge, me senté e inicié el capítulo. Se había bajado mal, lo volví a bajar, por suerte la conexión es buena. Genial y tremendo.
Los tres cocineros
Vinny se despertó, desayunó y se puso a estudiar. Gary me llamó para vernos a las 13:15. Pasamos el almuerzo con Vinny a la cena. Volví a desayunar, vi algunos videos y salí a las 12:00. Pasé por el Dojo a dejar el keikogi viejo. Imprimí los boletos de embarque y me encontré con Gary y Ada en el Spire. Se nos sumaron Ismael, su novia y dos amigos. Charlamos un ratito y nos volvimos a separar, quedamos para almorzar en una hora y media. Nosotros tres fuimos de compras. Ada tenía que cambiar su vestuario, este es un hecho que sucede cada 6 meses, no es una gran compradora. Pasamos por 4 tiendas y compró todo en la última, H&M. Gary me dio el poema. The Buterfly (La mariposa). Lo escribió y después me lo dedicó. Muy lindo, dice mucho. Es de los infrecuentes en su estilo, que suelen ser más tristes o agresivos.
Después de las compras fuimos a la calle Grafton a que Gary se compre lentes de contacto, había perdido uno  estaba medio ciego. Entramos a tomar algo a un bar ahí cerca para esperar que los chicos se desocupen. Se hizo y salimos. Camino al restaurante entramos a una tienda que siempre veo desde afuera y me llama la atención. Si la tengo que describir digo que es hippie bohemia. Quienes la atienden parecen ser los artesanos de varias de las piezas, aunque la mayoría es reventa de otros artesanos. Dos chicas y un chico con un perro. Llenos de tatuajes y piercings, muy amables y conocedores de sus productos, que son de toda índole en el marco de la decoración.
EL restaurante era “El Grito”, uno mejicano recomendado por Ismael, en el barrio The Temple Bar en una callecita saliendo de la plaza. Está al lado del argentino que vende las empanadas gigantes. Los chicos no nos alcanzaron. Los burritos son excelentes, comida fresca de verdad. Terminamos y lo llamamos a Ismael. Estaban en el mismo bar que nosotros hace un rato, malentendido. Los alcanzamos ahí y nos sentamos los 5 a una mesa, los amigos de Ismael se habían ido ya. La pasamos muy bien, nos sacamos fotos y de la charla surgió una posibilidad de trabajo para Ada, que es una gran artista. Ella y Gary volvieron a casa, los tres restantes nos quedamos un ratito más y nos fuimos también. Nos despedimos en El Grito donde pararon a comer. Yo volví al depto sin haber comprado ni el short ni los yenes. Vinny se había ido a la casa de un amigo. Quedamos en encontrarnos de The Temple Bar a las 10. Armé la valija, dejé lo que no me llevaría en una bolsa azul en el ropero y me hice un burrito de arroz, papa y queso.
Los compañeros de cuarto
Ya en el barrio antiguo, donde lo encontré a mi compañero de cuarto, empezamos a buscar donde cenar bien, sentados y por menos de 10 euros. No lo logramos, pasamos por varios restaurantes, finalmente entramos al Elephant Castle, elegante y accesible, para lo que son los precios de los restaurantes. Él pidió una hamburguesa grande y yo un sánguche de atún. Muy rica la comida. Él quería que sea una noche especial por ser la última que tendría en la ciudad. De vuelta en el depto Antonio estaba por salir, nos invitó, pero nos quedamos. Terminé de cerrar todo y a dormir a la 1:30.


Martes 03: thanks
Apagué ambas alarmas y salí de la cama a las 4:55, lo desperté a Vinny, me vestí y salimos. Me abrió la puerta de calle y nos despedimos por última vez.
Con el experto en calles
La caminata a la parada del micro la compartí con otra inquilina de nuestro bloque de departamentos, se iba de vacaciones a Rumania. Esperamos 5 minutos y después media hora de viaje. Despaché la valija, pasé por seguridad y compré los últimos regalitos, un pack de Guinness y una caja de Irish Fodge, unos dulces muy ricos locales. Entré al VIP a desayunar. Al vuelo salió a tiempo, abordamos a las 8:25. El asiento era algo incómodo, pero fue sólo poa un viaje de una hora y media. Aterrizamos en el aeropuerto de Heathrow, Londres. Es grande, después de pasar seguridad, caminar hasta el tren que me nos llevó a las puertas y encontrar la B39, sólo esperé 15 minutos. Por suerte no estaba muy justa la combinación.  Pasé el chequeo de documentos y subí al avión por la manga. Como es internacional y largo, el avión es grande y espacioso, viajé por British Airways. Vi los primeros asientos y me parecieron muy grandes, recordé que la primera tanda es primera clase, la segunda es ejecutiva, ya con forma de asiento cómodo, no casi cama como los anteriores. Después vinieron unos también bastante anchos y espaciosos, seguí avanzando hasta encontrar los míos, clase turista, pero ya estaba en la fila 30, levanté la vista para llegar al final de la nave, estaba en turista ya. Me sorprendió lo cómodos que son. Me senté y estudié el programa de entretenimiento. Elegí mis películas.
Se encendieron las turbinas y el piloto nos dio la bienvenida al vuelo. Se empezó a mover, se posicionó frente a la pista y sentí la presión del despegue, otro vuelo largo empezaba. En 11 horas, o 19 si tomamos en cuenta el cambio de horario, aterrizaría otra vez en Japón. Me despido de Europa y dejo atrás a muchas personas que me hicieron muy feliz y de quienes aprendí tantas cosas. Ahora es hora de pensar y vivir en Aikido.


Fin de Dublín




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