Dublín 23/11 – lunes – Tomo-san
El sábado Phil
me dijo que esta semana alternaríamos horarios con Giovana, pero no me acordaba
con qué turno empezaba el lunes. Le escribí a las 9 y desayuné. Trabajo de 3 a
7 hoy. Esta mañana lo conocí a Tomo, el japonés que vive en la casa y mi razón para
quedarme acá, aunque nadie lo sabe. Es un tipo simpático. Vino a estudiar inglés
y acaba de entrar en vacaciones en la escuela. En Japón es entrenador de fútbol
y por eso le interesa hablar también español e italiano. En la escuela de
inglés tomó clases complementaria de español y hace poco se le fueron los pocos
amigos hispanohablantes que tenía. Además está enseñando fútbol, va a jugar con
un equipo local y es guía turístico como trabajo de medio tiempo. Mañana se va
a Barcelona a ver un partido y a una práctica, vuelve el jueves. Le pregunté si
sabía de quién son las sábanas que estaban en el sillón, me dijo que son de la
casa y que las puedo usar. Lo tomé como palabra santa y no tardé en llevarlas a
la pieza. Puse la sábana, le puse una funda a la almohada y otra al edredón.
Él volvió a su
pieza y Vinicius y yo estuvimos toda la mañana en la sala común. Charlamos y
buscamos aplicaciones para el teléfono para aprender inglés y japonés. Él se
fue a su escuela y a la hora del almuerzo volvió Tomo. Compartimos la hora de
la comida. Lo suyo fue muy japonés, lo mío fue muy barato, arroz con manteca y
queso. Se fue a preparar su viaje de mañana y yo salí para el trabajo. Estaba jugado
de tiempo así que troté varios tramos, llegué a las 3:02.
Fue un día tranquilo,
organicé el cuarto con la pileta para lavar los platos, casi no participé en la
cocina hoy. Terminamos con Dave a las 7:15, yo me quedé un ratito más para
terminar de limpiar. Al final John, uno de los mozos me hizo un café. Salí
directo al Dojo, a devolver el pasaporte aikidoka de Joseph. En la oficina
estaba Maeve y una profe de Yoga. Charlamos un buen rato. Me deja empezar a
entrenar esta semana, que le de 10 o 15 euros por lo que queda del mes y ya
está. Qué lindo, mañana empiezo con Jujitsu, que también lo enseña Ray.
Volví contento
a la casa escuchando música. Me encerré a usar la compu y relajarme. Me acosté
temprano. Hoy Alan no me dio las cartas y quedé con Vinicius que me las da
mañana a la noche.
Me acosté en
la cama con sábanas limpias y acolchados calentitos, mucho placer.
Dublín 24/11 – martes – Vuelve la estupidez
El sábado a la
noche cuando los chicos compraron la comida para ayer, yo compré desayuno y
comida para la semana. Me quedaba muy poca plata, así que llevé poco más que lo
mínimo. Un paquete de avena para hacer gallas como enseñó Kaye, una bolsa larga
del pan de molde más barato, un kilo de arroz y dos litros de leche.
Al tema,
desayune gallas y tostadas con manteca con un café con leche. A trabajar a las
11. Cuando estaba saliendo de la casa llegó el cartero. Una de las cartas era
para mí. ¿Quién tiene mi dirección? Me mudé hace dos días. Era de Budget, la
agencia a la que le alquilamos el auto. Me informaban que le cargamos el
combustible equivocado al auto, era naftero y le pusimos gasoil. Los gastos estimados
de 583, 64 euros fueron cargados a la tarjeta Visa que proporcionamos, eso no
tiene sentido, pero más allá de eso, la cagamos. Le escribí al grupo para
avisarles que en estos días vamos a tener que darle nuestra parte de la multa a
Dany, la dueña de la cuenta. No escribí mucho más, apagué los datos móviles y
entré al bar.
Las mañanas siempre
son más agitadas que las tardes, porque el horario incluye el almuerzo. Pero no
estuvo tan jodido. La última media hora Phil y Gary se fueron a la barra a
hablar de lo que hay que reponer y otros temas administrativos y me dejaron sólo
en la cocina. Alessandra, la moza, me llevó 5 pedidos. Me equivoqué un par de
veces y ella me corrigió. No sé en que estaba pensando cuando preparé una hamburguesa
con queso sin papas y sin ensalada cuando ella me pidió dos hamburguesas de
pollo simples. Bueno, el día terminó bien. Llegó Giovana a tomar la posta y me
fui, mañana me toca a la tarde.
Quedamos con
los chicos que hoy voy a la casa de Vitor a ver bien todos los papeles del
domingo y la carta de hoy. Recién hay gente a las 5:30. Estuve un rato en la
casa tomando un té y catalogando fotos de Japón 2014. Puse un pantalón de keikogi
y una remera de manga larga en la mochila y salí a lo de Vitor. Sólo estaban
Marcos y Dani. Leímos todo, no hay error, el auto era a nafta. Llamé a la
agencia y me dijeron que hable directamente con la persona que me mandó la
carta, pero que ya se fue por hoy. Le escribí un mail y a esperar. Sin nada más
que me detenga, caminé hasta el Dojo, le di a Maeve mis últimos 10 euros y me
inscribí para las clases de Aikido y Jujitsu, hoy empecé con lo segundo. Las
primeras 4 clases son más cortas. Los principiantes hacemos la entrada en calor
con el grupo y después nos mandaron con un instructor personal. Tiene una lista
de técnicas ordenadas en 4 días. Cuando las hayamos hecho todas nos sumaremos a
las clases regulares para adultos.
Me gustó, la
entrada en calor es muy parecida a la de Seishin Dojo (el Dojo de Karate en La
Plata), y le suma caídas de Aikido y ejercicios de desplazamiento de cadera en
el suelo propios de Jujitsu. Estudiamos la distancia en 5 niveles de cercanía
respecto del atacante y como derribarlo y tomar distancia. Antes de irme le
dije a Ray que voy a ir lo más temprano que pueda y que eso depende de los
horarios de la cocina, no hay problema.
De vuelta a la
casa escuché el álbum “Dos pájaros de un tiro” de Serrat y Sabina y mandé
varios audios por WhatsApp. A pesar del problema del auto y los muchos euros
que tenemos que pagar ahora, en general estoy contento, entrenar me pone de
buen humor.
Preparé una cena, arroz con manteca y
queso, una tostada y té. Vinicius me firmó las cartas para el PPS y el banco.
Nos quedamos charlando un buen rato. Un tipo muy buena onda. Él no es el
encargado de la casa, ni el dueño, es un inquilino que hace rato que está y se
ganó la confianza del dueño. La habitación en la que estoy es de una chica que
va a volver en enero o febrero, así que esa es mi fecha límite acá. Vinicius
estaba por comprometerse en Brasil, pero no estaba del todo conforme con su
vida allá. Un amigo le ofreció un puesto en Irlanda y se vino unos meses, le
gustó, conoció una chica acá, cortó con la de Brasil y se instaló en Dublín.
Ahora quiere seguir viajando. Es muy pacífico y abierto de mente. Elige cuidadosamente
a las personas que viven acá. Confía en el otro Vinicius y gracias a eso llegué
yo.
Me puse a escribir con un té. A las 12:30
puse el lavarropas porque Vinicius me dijo que a la noche es más barato. Lo
esperé a que termine, como eran los dos keikogis le puse agua caliente a ver si
los limpia un poco más, pero no me dice el tiempo que falta. Tardó dos horas,
me acosté a las 3am. En el tiempo de espera catalogué más fotos de Japón 2014 y
vi varios videos en YouTube.
Me puse a
escribir con un té. A las 12:30 puse el lavarropas porque Vinicius me dijo que
a la noche es más barato. Lo esperé a que termine, como eran los dos keikogis
le puse agua caliente a ver si los limpia un poco más, pero no me dice el
tiempo que falta. Tardó dos horas, me acosté a las 3am. En el tiempo de espera
catalogué más fotos de Japón 2014 y vi varios videos en YouTube.
Dublín 25/11 – miércoles – trabajando hasta tarde
Qué manera de
dormir, derecho hasta las 9, apagué la alarma diaria y me levanté a las 11.
Desayuné tarde y pensé en sacar la ropa del tendedero dentro del galpón y
poderla en la cuerda afuera, había salido el sol, pero no le confío al clima
irlandés. La dejé donde estaba, tengo un keikogi en el galpón y otro en la pieza,
los dos secándose. Catalogué más fotos y revisé los mails, como no me habían
respondido de la agencia llamé, me dijeron que ya deberían haberle cobrado a la
tarjeta y que me va a responder el mail en estos días. Las inquietudes son que
en la cuenta de Dany no hay registrado ningún pago, ni del alquiler, ni del
depósito ni de la multa. Además su límite es inferior a los 583 euros que le
quieren cobrar. Les informé del llamado a los chicos y a las 14:20 salí para el
bar.
Hoy fue otro
día tranquilo, en realidad no tanto, pero la parte agitada se la llevó Giovana.
Me llevé a casa las sobras de los panes, los extremos que nadie quiere. Gary se
fue a las 7:50 y yo me quedé limpiando hasta las 8:30, estábamos solo Phil y
yo, no había mucho trabajo. Firmé mis horas y me fui, mañana me toca la mañana.
Sin nada en
particular que hacer más que descansar, ya no llegaba a la clase y mis keikogis
seguían mojados, me acosté temprano.
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