Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

lunes, 18 de enero de 2016

079-Dublín 27/dic - domingo - el Tío Padrino



Dublín 27/12 – domingo – guía turístico

Parque Phoenix
Me quedé dormido y llegué al hotel a las 9:30. Desayunamos en el bar y charlamos hasta casi las 11. Caminamos por la ribera del Liffey hasta la entrada al parque Phoenix. La idea era ir a ver los ciervos, pero cuando yo los había visto era de mañana en un día de semana, esta vez era el mediodía de un domingo, había mucha más gente y seguro estaban escondidos, además el parque es gigante. Hicimos una pausa corta en un banquito, eso fue algo gracioso, estaban todos mojados, buscamos los que les pegaba el sol, pero ni esos zafaban, terminamos sentándonos en el respaldo con los pies en el banco. Ya resignados a ver los animales apuntamos al segundo punto del itinerario, un bar que recomendó Maeve por su excesiva decoración navideña, The Hole in the Wall.
El interior de este bar es de no creer. Tiene cuatro salones, los primeros tres son bar y cada uno tiene una temática navideña diferente, con decoraciones fantásticas en paredes, techo y barra. El último salón es más sobrio y es restaurante con reserva. Nos sentamos a la barra del segundo salón y pedimos una sopa de entrada y pollo y salmón de plato principal. Para cuando terminamos la sopa estábamos llenos, nos costó terminar la comida, pero nada es imposible. Salimos redondos, pero la terminamos.
The Hole in the Wall por fuera

Ya estuvo bueno de tanta caminata, nos tomamos un taxi hasta la entrada del jardín botánico. No lo recorrimos completo, el clima estaba bien, pero no era el ideal, estaba nublado y fresco sin lluvia. La primera parte es un jardín de flores que estaban en su mayoría cortadas por el invierno. Geoff, mi jefe cuando era jardinero en Londres, me contó de las estrategias de poda de flores según la temporada. Rápidamente empezamos a ver árboles, un río angosto y varios invernaderos. Entramos a uno que tenía una exposición de la planta favorita de mi tío, el cactus. Encontramos el suyo, el que tiene en el campo en Abasto. Dentro del mismo complejo, detrás de una puerta doble para mantener el ambiente, habían recreado una selva, montones de plantas de clima húmedo, dentro de esa habitación el aire era pesado, denso y caliente. Mi tío me dijo que se parece a las selvas de Costa Rica, yo agregué que con las pasarelas de metal parecía Jurasic Park. Salimos de vuelta al fresco con la misión de encontrar un baño lo más rápido posible, fuimos al lado de la puerta principal.
The HOle in the Wall por dentro
En el plan, conjunto con el botánico, estaba la visita al bar Gravediggers. En realidad se llama J.J. Kavanaghs, es una cadena de bares hoy en día, pero hace tiempo este era el único, o el más representativo, y lo frecuentaban casi exclusivamente enterradores, ya que el bar está a la salida del parque cementerio. Luego de conseguir su fama adoptó el seudónimo Gravediggers (enterradores). Es un bar doble, el número 1 es el original, la estructura interna es muy extraña, difiere mucho de otros bares. Enteramente hecho en madera con mesas y bancos separados en cubículos con puertas no demasiado altos; el número 2 es un bar restaurante moderno familiar, como los que uno se puede encontrar en cualquier ciudad moderna de Europa. Pensamos en quedarnos a tomar algo, pero seguíamos llenos y a mi tío le dolía un poco la cabeza para estar sentado entre tanto ruido.

Salimos a buscar un taxi para el último recorrido del día. No lo encontramos en seguida, caminamos un rato y le sacamos la mano al menos a seis, finalmente uno paró y le pedimos que nos lleve a Connolly Station. La estación de trenes y tranvías que está justo frente al bar donde trabajo y donde nace Talbot Street. Mi tío me sacó una foto debajo del letrero y caminamos hasta el Spire. Pasamos por la calle peatonal que estaba linda como siempre.
Llegando al gran monumento y a la estatua de James Joyce empezaron a aflorar las tiendas Carrolls, una cadena de tiendas de suvenires que son un espectáculo en sí mismas. Entramos para escuchar la música irlandesa y ver verde por todos lados, el paraíso del turista. En mi opinión es la mejor que he visto hasta ahora de entre los demás países de Europa en los que compré estas cosas.
Le mostré el Spire pero no estaba encendido aún, cuando de repente se hizo la hora y el haz de luz azul encerró a la aguja gigante y se proyectó en el cielo.
Pasado el momento empezamos a caminar la calle Henry, la peatonal con el mercado callejero y montones de mega tiendas de marca. Se hizo la hora del té, buscamos un bar, para lo cual había que terminar la calle porque en ella no hay locales de comida. Entramos al bar que está justo en la esquina donde termina la peatonal, simpático, había un músico en un rincón que no tocaba nada mal. Nos pedimos dos tés, una mouse de chocolate y Guinness y una cheescake. Todo muy rico.
Henry Street, peatonal

Hasta ese momento había sido ya un día largo, pero no dimos el brazo a torcer. Caminamos por una calle menos agraciada que las anteriores hasta las grandes paredes del almacén del whiskey Jameson. Un empleado estaba cerrando la puerta, pero nos dejó pasar de todas formas. Atravesamos el edificio de la misma manera que yo lo había hecho cuando fui a ver Star Wars 7. Esta vez los bares enfrentados estaban cerrados pero la belleza de la estructura seguía ahí y fue bien apreciada. Llegamos a la siguiente calle y teníamos de frente al imponente complejo LightHouse. Algunas fotos y nos encaminamos a la izquierda, cruzamos el puente y fuimos al último punto prometido de la lista, The Brazen Head bar. Entramos a verlo un poco y a cenar. Le mostré todos los salones y nos ubicamos en la mesa redonda central del salón comedor del segundo piso. Esta vez no pedimos sopa. Cenamos dos estofados irlandeses, lo preparan diferente que nosotros, es más líquido y lo sirven con puré de papa sin pan, le pedimos pan al mozo. Seguimos charlando de de todo. Me contó más del viaje a Costa Rica, me mostró fotos, me contó de los planes de Pedro y el muy jodido ahí ya me cebó. Ahora sueño con un viaje por América, me sumaré a Pedro donde esté? Lo haré de mochilero? Trabajaré unos meses en un país y me moveré otros meses sin trabajar? Cuándo lo haré?
Otra cosa que me inspiró fue irme a Oceanía a trabajar en temporada de cosecha. Otra idea que me gusta. Son muchos los planes, tendré que elegir con cuidado, o no.

No pedimos postre, caminamos directo al hotel y nos despedimos en la recepción, en 7 horas se despierta para tomarse el taxi al aeropuerto y mañana al mediodía tiene una reunión de trabajo en Madrid. Por lo que me dijo le gustó tanto la ciudad y el tour que le armé que está considerando volver con su gran amigo en febrero. A ver qué pasa.

De vuelta en la casa comenté con Vinny un resumen del día, vi Vampire Diaries y me acosté.

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