Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

viernes, 9 de octubre de 2015

045-Zelenograd 05~06/oct - Un poco de turismo



Zelenograd 05/10 – lunes – De vuelta a la bici


Parque cerca del depto
El puente estrecho y firme
Otro día tranquilo. Desayunamos, Daniil se fue a la facultad y yo me puse a escribir. Oxana se fue al dentista a las 9:30, me quedé solo en la casa y a las 11 tomé la bici que me prestaron y salí a dar una vuelta. Había visto algo en el gps, pero nada formal. Empecé por el parque que crucé para ir a la cena el sábado y pasé por debajo del puente esta vez. Llegué a un lago chico, que por momentos tiene basura y por otros está limpio y con patos nadando. Al lado hay una pared larga de chapa que encierra un barrio. Volví a la calle y me metí por un camino que se alejaba de la avenida y no iba a ninguna parte, con la esperanza de encontrar bosque. Encontré varias entradas. Todas ellas me llevaron a lindos espacios vegetados con rastros de actividad humana además del sendero. En el primero había un puente estrecho pero sólido que cruzaba un arrollo ancho, al otro lado caía agua potable de unas tuberías. Asumí que era potable porque alguien fue con

un bidón de 8 litros y lo llenó. Me tiré en un árbol a leer. Cuando cabecee guardé el libro y avancé hasta llegar a un puente precario, dos troncos no muy anchos appoyados uno al lado del otro, me paré sobre ellos y temblaban. No crucé. Volví a la ruta y entré al bosque por el otro lado más adelante. Muy tupido, pero no había gran distancia entre la calle y el barrio que estaba al otro lado. Pasé por un claro con mesas y bancos hechos con troncos de árboles y me adentré en el bosque. A los 15 metros ya casi no se veía la pared del barrio. Me senté y retomé la ocarina. No duré mucho, esta vez casi que saco la melodía de la otra vez. A ver si empiezo a llevarme el libro con las notas.
Paisaje rutero, me recuerda a Argentina
Grandes espacios
Volví a la calle y busqué verde en el gps, encontré un espacio grande al lado de la ruta, fui directo y era un descampado gigante. Me metí, avancé unos metros y se pudo muy tupido, es lo que pasa cuando deforestan  y dejan que el pasto y las hiervas vuelvan a crecer, pasaban el metro. No estaba del todo cómo, muy cerca de la ruta se escuchaban los autos pasar. Volví a la bici y de vuelta al departamento. Oxana me hizo de comer y me dediqué al diario. En Helsinki hice muchas cosas y me tomó un buen rato relatarlas. Volvió Daniil, charlamos un poco y se puso con el juego.

A las 6:40 salí, fui a la clase de Ivan, que la dicta a dos cuadras de acá. Fui sin avisar al horario que indica en la página del Dojo. Ivan no estaba, la clase la estaba guiando una de las alumnas, cinturón azul, no sé qué kyu es eso acá. Me incorporé a la práctica libre con otro cinturón azul. Este es que Daniil me advirtió que no se mueve. Hicimos de todo un poco.  Finalmente se apareció la clase completa, eran 6. En un momento la guía pidió boken, hicimos los 7 ken no awase y nosotros el primer kumitachi.
Terminó la clase y pregunté si sabían dónde estaba Ivan. Me dijeron que en el Sauna con Igarashi Sensei.

Volví al departamento, charlamos un poco más y nos sirvieron la cena. Comimos, me duché, y volvimos al ritual. Él jugando y yo escribiendo. A dormir yo primero, como siempre.



Zelenograd 06/10 – martes – Moscú

Esta mañana desayuné solo y fui a Moscú acompañado de Sergey. Él va al trabajo allá todas las mañanas en tren porque es más rápido que el auto y porque tiene una tarjeta de transporte público gratuita. Parece que cuando superás las 6000 horas de vuelo te jubilan y te dan este carnet. Trabaja para el aeropuerto y vuela mucho. En el camino me indicó varias cosas para ver. En la estación cambiamos al metro y cuando él se bajó para cambiar de línea nos despedimos.


La avenida
El metro
Me sorprendió el tamaño y la decoración de la estación. Tiene escaleras de mármol, paredes con azulejos grandes y vistosos, grabados en las esquinas. Y el espacio es inmenso. Salí por la escalera mecánica y me encontré con una avenida gigantesca. Más espacios enormes por todos lados. Daniil me dijo en Japón que en Rusia todo es grande y espacioso. Crucé la avenida por pasaje subterráneo para peatones y llegué a la Plaza Roja. Es rectangular, en el lado Noroeste están el Museo estatal de Historia, en la esquina Norte está la Catedral Cazán de Moscú, en el lado Noreste está el Centro comercial GUM, en el lado Sudoeste está el Moscow Kremlin, y en el lado Sudeste está la famosa Catedral de San Basilio.
Todos los edificios son enormes y están bellamente decorados con estilo simétrico.
Rodee el Kremlin hasta que llegué a los Jardines de Alexander. Ahí compré la entrada para todos los museos del Kremlin por 500 rublos. Los jardines so hermosos. Pude ver como trabajaba el jardinero, Ahora cada vez que veo trabajo con plantas o en el pasto tengo opiniones al respecto. De Londres me llevé la visión del jardinero. Antes de entrar compré un segundo desayuno en la estación de metro, me lo comí y tomé en uno de los bancos. Dejé mi mochila en el guarda ropa (tienen uno para que no entres con cosas raras), y entré al Kremlin por la torre central de la muralla. El mapa decía que a la derecha estaba la armería, me encaminé para pedir audioguías y un guardia me paró y me mandó a rodear el palacio. En la armería, uno de los museos que se paga aparte, sólo tienen audioguías para ellos, no para el resto. Y la de los demás museos y espacios alrededor se vendía en la tienda de recuerdos de los jardines Alexander por 3000 rublos. Me pasee por todo el complejo leyendo lo que había en inglés. Entré a la Catedral de la Anunciación, a la Catedral del arcángel Miguel, a la Catedral de la Dormición, vi el cañón y la campana de Tsar, tremendos instrumentos ambos. Saqué foto de todo por fuera, pero no permitían fotografía por dentro. 
  
La Plaza Roja
EL museo de Historia

Salí del Kremlin y volví a la Plaza Roja, en el camino se había abierto la feria, compré una torta de frutilla y vi a un coro interpretar algunas canciones rusas. Fui directo a la Catedral de San Basilio, acá sí conseguí audioguía, en inglés. La voz tiene acento británico y de cuenta cuentos. Esta catedral consta de 9 iglesias pegadas en forma simétrica, a lo largo de la historia esto se modificó y hoy no es tan simétrica. San Basilio está enterrado en la iglesia Este. Este hombre era un hacedor de milagros que no temía expresarse libremente frente al Tsar.

Todas estas Catedrales/museo me gustaron, me pareció interesante la arquitectura y la distribución dentro de las naves. Todas ellas tienen un lugar de misa en el que pusieron una pared iconoclasta con una puerta sagrada que parece forzada en el conjunto de la cámara. También la cruz que usan no es la típica cristiana a pesar de tenerlo a Cristo, la virgen María y la procesión de la cruz en sus frescos.
Sigo entrando a estos lugares porque me interesa ver como hacen o hacían las cosas las diferentes culturas, aunque luego no me meta de lleno a estudiarlas aunque sea por poco tiempo. Pero antes lo disfrutaba más. Cuando vuelva Moscú lo voy a hacer con un plan.

Fui al extremo Norte de la Paza Roja y no pude entrar al museo porque cierra los martes. Entré a la Catedral de la esquina, pero la gente estaba rezando en serio y no me pareció correcto turistear entre ellos. Me fui, pero llegué a ver el ritual. Ellos después hacer la señal de la cruz se llevan la mano derecha a la cintura y se inclinan en dirección al altar.

Me alejé de la iglesia en dirección al centro comercial GUM. Me pasee por dentro un buen rato. Es lindo. También espacioso, aunque no tanto en los pisos de más arriba. Almorcé en un restaurante asiático. Sopa de fideos con pollo, carne picada envuelta en acelga, algo como una empanada de cordero, una brocheta de pollo y pan, acompañado con té. Todo muy rico. Pagué al pedir, así que fui directamente.

El cañón del Tsar
Dentro de Kremlin
Atravesé el mercado y decidí caminar sin rumbo hasta encontrar una estación de metro. Empezó a hacer frío y me puse el gorro. Entré a una casa de cambio y compré rublos. Seguí caminando pero no había señales del metro. Abrí el gps y la mejor opción era volver a la Plaza Roja, eso hice y siguiendo el mapa del metro llegué a la estación de donde salen los micros a Zelenograd. La cantidad de gente es abismal a esa hora, no se ve el piso. En esta estación hay un espacio para que paren muchos autobuses, recorrí cada parada pero ninguna decía 400, que es mi línea. En un mapita figuraba mi parada en la otra calle, fui y no la encontré, fui a la del otro lado y tampoco. De repente lo vi pasar, lo empecé a seguir para aunque sea ver dónde para y esperar al próximo, pero había mucha gente en la vereda y no lo pude correr. Así que seguí su dirección hasta encontrar su parada, caminé 8 minutos hasta la primera, esta no decía 400, le pregunté a un hombre y creo haber entendido que tengo que ir a la siguiente, eso hice, tampoco decía que me llevara. Volví a usar el I-phone para trazar una nueva ruta, no funciona muy rápido, y muchas veces se cuelga mientras busca mi ubicación. Me sugirió el minibús 476m. Lo esperé con un frío creciente de 15 a 20 minutos. Finalmente llegó, nadie hablaba inglés. Le dije al chofer ‘Zelenograd’, me dijo que sí y volvió a manejar. El minibus es una combi, no tiene lector de tarjetas ni máquina tragamonedas. Un viajero me señaló un cartel y me dejó claro que mi tarifa es 60 rublos, los saqué y se los mostré al chofer, este no hizo ningún gesto y volvió la vista al frente. Un chico que estaba sentado atrás se paró y me dijo en inglés que le de la plata la chofer. Me acerqué más y la agarró, no me dijo nada más en todo el viaje.
Catedral de San Basilio
Estaba parado, sumamente incómodo, ya que al no ser un micro me tenía que encorvar y el espacio del pasillo no alcanza para que me agache. Entró gente y me moví para atrás, me agaché al lado del chico. No averigüé su nombre, pero me ayudó, me indicó donde bajar. El gps me recomendó bajar y cambiar de línea, pero esta línea me dejó en la esquina del distrito donde nos tomamos el micro 19 para ir al seminario. Nos bajamos al mismo tiempo. Se ofreció llevarme a casa, pero le dije que estaba bien. Nos despedimos.
Al llegar al departamento la encontré a Oxana en la cocina charlando con una amiga, entré en la pieza y nos pusimos al día con Daniil. Él tuvo consulta de matemática por un examen que había desaprobado. Inició la rutina nocturna. Diario y MGSV con cena de por medio y a la cama.

2 comentarios:

  1. Pareces el conejito de duracel, no parás, jaja.

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    1. Cuando me pongo en modo turista o seminario no paro. Me sacás de ahí y me pasa como los últimos 3 días. Jaja

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