Zelenograd 09/10 – viernes –
Aikido y tren
Un día tranquilo. Daniil se fue temprano y poco después también Oxana,
Sergey no volvió de España aún. Me quedé adentro hasta las tres escribiendo y
viendo animé. Después preparé la mochila para el Dojo para esta noche y salí
caminando a la estación de trenes para familiarizarme del todo con el camino,
comprar el boleto a Moscú y averiguar los horarios. Hacía mucho frío y había
empezado a nevar. Al lado de la boletería está el cuadro de horarios y
destinos, no lo entendí, pero me contenté asumiendo que salen seguido. Escribí
en un papel lo que quería comprar y se lo mostré a la vendedora. Le pagué y me
fui. Entré al shopping de en frente a buscar ropa de invierno. No encontré lo
que buscaba, pero sí un termo bueno y más compacto que el que dejé en Londres.
Ya tengo mate para Irlanda! Volví a mi distrito y entré al complejo comercial
ATAK. Esta frente a mi calle. Tampoco había ropa. En el departamento estaba
Oxana. Entré en la pieza y me puse a investigar cosas para hacer en San
Petersburgo. Volvió Daniil, se puso a estudiar y hacer deberes mientras se
tomaba un té, jugaba en al MGSV y charlaba con migo. Se hicieron las 7:30 y me
fui al Dojo.
![]() |
La vereda del departamento |
[Clase Mihail Sensei, Jo: Llegué con tiempo de sobra. Mihail Sensei y
Evgeniy se estaban cambiando cuando la clase estaba por empezar. Saludaron sin
sus hakamas y el taiso lo dirigió Natalia. Se terminaron de vestir y nos
pusimos en parejas, yo con Evgeniy, empezamos con el 1er y 2do jo no awase,
seguimos con el 1er y 2do kumijo. Les dedicamos un buen rato a los cuatro
katas. Me corrigió no levantar la mano que pivotea cuando hago shodan gaeshi.
Ese fue el punto más clave para mí. También, en el segundo kumijo, la parte de
uketachi, bajar flexionando las rodillas al momento de hacer el primer desvío
del shodan gaeshi y mantener esa altura al girar y entrar gedan uchi.]
![]() |
Camino al Dojo desde la parada |
Terminada la clase me doblaron la hakama y Evgeniy me llevó al
departamento. Sin tiempo que perder colgué el keikogi, preparé la mochila chica
y volví a salir. Caminé hasta la estación de trenes como esta tarde y me tomé
el express a Moscú. Bajé en la estación Leningradsky, entré al metro y llegué a
Kursky. Hice tiempo durante una hora. Ya casi cuando apareció el andén de mi
tren en el letrero electrónico se me puso a hablar un chico que vio my pin,
todavía tengo puesto en el buzo el pin de Shinwakai Aikido. Me dijo que no
entrena pero que le gusta mucho el Aikido, él es bailarín de folclore ruso. Me
recomendó un lugar para ir a ver danza mañana. Anden 7, abordamos en 25
minutos. Esperé en la puerta del lado de adentro como la mayoría, nadie quería
estar parado al fresco gratis. Entramos al tren, mi vagón era el 5 y el asiento
el 25. La reserva decía “asiento reservado”, el inmediato superior a “sentado”,
el asiento reservado era una cama. El vagón completo es como una habitación de
hostel comprimida con 40 camas, dos baños y un mini café y tienda de regalos al
frente. La boletera se quedó con mi boleto y yo me tiré en el colchón, que me
había tocado arriba. Me quedé dormido a las 2 am.
Zelenograd 10/10 – sábado –
San Petersburgo
A las 7 am el sol ya iluminaba el tren, la mayoría se había despertado y
estaban desayunando en las mesitas. El vagón no tiene divisiones, así que para
ir del baño al café pasaba por todas las camas. Algunos tenían tazas propias,
otros unas muy bonitas de vidrio con base de metal. Varios llevaban su comida,
otros sólo tomaban té o café del tren. Yo pedí un café y lo apoyé sobre la
mesita común. Cada sector, si bien no está dividió por paredes o puertas es
notable, consta de 6 camas, 3 cuchetas, una contra la ventana derecha y dos
perpendiculares a esta contra la ventana izquierda, entre las 4 hay una mesita,
las tres camas de abajo se pliegan y se hacen asientos, la de la ventana
también se hace mesa. Cuando mis vecinas vieron que estaba por desayunar, la
señora mayor corrió su acolchado, que ya había doblado sobre el asiento, y me
senté en su lugar. Les convidé de mis galletitas, las había comprado en la
estación. La señora agarró una, la chica de en frente no, el señor de arriba se
había ido al baño, así que tampoco. Me puse a leer con mi café y las galles.
Cuando lo terminé guardé todo y pedí un té, me lo sirvieron en una de las tazas
de vidrio. Este fue un momento muy agradable. Tomando un té sentado cómodo en
el tren, con el sol pegando suave por la izquierda. En la radio sonaban
canciones de diversos estilos en inglés, ruso y español, la mayoría agradables.
Estuvimos así hasta que llegamos a la estación Glavn de San Petersburgo. El viaje
duró 8 horas y media en total.
![]() |
Estación Glavn |
La estación de trenes no difiere mucho de las de Moscú, las de metro son
más impactantes, pero el hecho que tenga un cartel enorme en metal dorado que
dice Sankt Petersburg, ya me gustaba. Crucé la puerta a la calle a las 10:15 am. Me recibió una
mañana despejada que iluminaba las calles y teñía los edificios de un dorado
soleado. Abrí el gps para ver los puntos que tenía marcados, el más cercano era
caminar por la avenida Nevsky, estaba sobre ella, genial. Fui directo al río
Neva. En el camino vi muchas cosas que me gustaron a las que les saqué fotos.
Por alguna razón me sentía exageradamente bien. Muy contento de estar donde
estaba. Llegué a una plaza y por primera vez le dije que sí a una pareja
disfrazada de época para sacarnos una foto. No quedó genial, el fotógrafo era
un fulano x.
Si me la sacaban ellos salía mejor, pero eso implicaba una foto
con uno, o pagar el doble y sacarme dos. Seguí andando por San Petersburgo
antiguo, la avenida es muy ancha, de las que tienen cruce subterráneo para
peatones, y los edificios muestran una arquitectura muy pintoresca, la mayoría
de ellos con grabados o esculturas. Mi primer encuentro con el agua fue un
puente sobre un río angosto, Moika, que me llamó la atención por lo simpático,
además había varios pájaros revoloteando alegremente. Al cruzar el puente entré
a una plaza grande con un homenaje a los caídos en el medio, no sé de qué
guerra será, no conozco la historia rusa y no entiendo el idioma. Aunque puedo
leerlo a medias gracias a unas clases de alfabeto ruso que me dio mi abuelo
hace 15 años. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo desde eso. Si
aprendía la lección del día me daba 3 pesos, si le hubiera puesto más atención
hoy leería más fluido y sabría más de 4 palabras, y, en ese entonces, me habría comprado más
barras de chocolate Cadbury de frutilla con los 3 pesos.
![]() |
Avenida Nevsky |
![]() |
Catedral Sangre Derramada |
Siguiente paso, Catedral del Salvador de la Sangre Derramada. La página de
Internet que estaba siguiendo recomendaba ver también el mercado de suvenires que
está al lado, no sabía por dónde ir para encontrarlo, elegí el camino más corto
y al doblar una esquina lo vi extenderse junto al río, y al final estaba la
catedral. Es de las llamativas, con cúpulas de colores, como la de San Basilio
en Moscú. No tenía mucho tiempo, sólo hoy, para recorrer la ciudad, la vi por
fuera y seguí. Elegí entrar a la catedral principal, la de San Pedro y Pablo.
Esta está en una isla, dentro de una muralla, donde también funcionaba una prisión
que hoy es museo. Es una catedral combinada, dos naves comunicadas por un
pasillo, la principal, con un altar dorado y una cúpula y torre bien altas es
la de San Pedro, la de San Pablo, que está al lado y rodeada por un cementerio
Real, es cuadrada, más pequeña y con una cúpula sin torre, imponente a su
estilo, paredes blancas con esquinas decoradas y la imagen de Jesús pintada en
la cúpula.
![]() |
San Pedro y Pablo |
Salí por donde entré y recorrí la muralla hasta llegar a una de las
esquinas donde está la prisión museo. No es un calabozo antiguo, es una cárcel
moderna. Dos pisos iguales con pasillos blancos y puertas de madera. Varias
celdas están abiertas para ver el interior. Son amplias y tienen un catre de
metal y una mesa. No sé si antes se habrán usado más catres para llenarlas, ya
que uno de los textos decía que habían encerrado a 4.000 revolucionarios en el
pasado y con uno por celda no se llega no cerca a ese número. Algunas tenían
una placa de acrílico contando qué artista famoso estuvo encerrado ahí. Sólo lo
reconocí a Tolstoi. No estuve mucho tiempo dentro, ni tampoco en la fortaleza.
Volví a cruzar el puente de madera y seguí el camino por el que iba antes de
doblar, volví a la ciudad por otro puente. En el camino vi un barco de madera
con mástiles y velas plegadas muy grande. Con un gimnasio y un restaurante
dentro. Viéndolo con más detenimiento, las velas no parecían plegadas, sino
adornos en forma de velas plegadas, y da la sensación que no podría zarpar
tampoco. La página mencionaba un barco llamado Aurora, puede que sea ese, pero
vi el nombre y no era Aurora, no recuerdo cuál era.
En ese momento me dio hambre y compré dos panificados salados y dos dulces. Me los fui comiendo
mientras me acercaba a dos torres rojas. Tienen aspecto de faro, pero son
monumentos, son cilíndricas con tres barcos verdes atravesándolas y dos
esculturas opuestas en las bases. No sé qué representan. Volví a mi mapa en el
gps y me encaminé a la Catedral de San Isaac. Me pasó como con la de la Sangre
Derramada, al doblar la esquina se abrió la cuadra ahí estaba, gigante,
imponente como pocas. Un cubo con sus cuatros lados presentados con columnas
muy anchas y altas. Compré la entrada en la boletería entré por una esquina al
lado de la gran puerta Sur. Adentro pedí una audio-guía y escuché los 13 ítems
que me contaron la historia de la Catedral, del arquitecto y de San Isaac. Me
sorprendió la cantidad de obras realistas bien hechas. En la mayoría de las
iglesias que he entrado, hay muchos cuadros con figuras y procesiones
religiosas que, a mi parecer, estaban muy cargadas de simbolismo dejando pobre
la aproximación a la figura humana. Como las famosas pinturas de Samurais
japoneses, muestran las actitudes del guerrero, pero los cuerpos están desproporcionados,
los gestos exagerados, las manos incompletas. Lo mismo le pasó al catolicismo.
Claro que en este último, varios artistas de renombre europeos han puesto sus
hábiles manos al servicio de la Iglesia y han producido grandes obras. Varias
de ellas están en esta Catedral en un conjunto armonioso. La construyeron como
el templo central de la entonces capital del Imperio Ruso. Llamaron a artistas
de todos lados. Las cifras llamativas fueron, 40 años de trabajo, 500.000
obreros, 20 millones de rublos, siglo XIII. Desde su construcción pasó por
muchas cosas pero siempre se mantuvo en pie, la última refacción fue en 2012. Me
fui maravillado.
![]() |
Plaza del palacio |
Di unas vueltas sin rumbo y llegué a una plaza muy amplia, la plaza del
palacio. De un lado el Palacio, del otro el famoso Museo Hermitage, en el medio
un obelisco y el resto totalmente llano y sin verde. Había un cantante en la
base del monumento, el único artista callejero, y dos carros antiguos que
paseaban a alegres turistas japoneses alrededor de la plaza. Ambos tirados por
caballos, uno de ellos es esférico y blanco, como el de Cenicienta o la cebolla
de Shrek; el otro es estilo victoriano, como los que se ven en las películas de
Sherlock Holmes.
Me hubiera gustado entrar al museo, pero es demasiado grande, me consumiría
toda la tarde y me iría sin verlo todo, preferí seguir por la ciudad como me
recomendó mi tío. Entré a la Catedral del Salvador de la Sangre Derramada, se
estaba acabando el día y las cosas empezaban a cerrar. Por fuera es hermosa, y
el marco celeste y blanco del cielo le daba un toque especial. Entré pero no
pude comprar la audio-guía, me había quedado sin rublos en efectivo. Me
interesaba saber el por qué del nombre. El interior tiene en su mayoría obras
como las que describí antes, cargadas de simbolismo pero alejadas del realismo,
desproporcionadas y no bellas. Digo no bellas, porque una es fea, pero lo que
hicieron ahí dentro compone su propia armonía y eso es bello, además yo tiendo
a admirar el esfuerzo. Cada metro de pared y cúpulas estás cubierto de pinturas
en mosaico. Esa técnica en la que toman pequeños pedazos de mosaico
transparente de no más de 2 centímetros cuadrados cada unos, los tiñen y los
pegan juntos para formar la imagen. Por dentro no se ve cemento, ni ladrillo,
no hay paredes lisas o grabadas. Es TODO mosaico pintado y un poco de mármol
para las columnas. Eso es digno de admiración. Esta catedral no se caracteriza
por sus recovecos, cuando terminé de recorrer la única nave salí y caminé sin
rumbo.
![]() |
Catedral de Kazan |
Ya había descartado ir al Palacio de verano y los jardines de Petergoff,
era tarde, ya tengo al menos dos cosas que me interesan si algún día vuelvo.
Pasé por la puerta de un teatro y recordé que la página recomendaba ver un
concierto. Entré y compré una entrada para la filarmónica de San Petersburgo.
No conocía al autor de la obra que iban a interpretar, pero Schaikovsky era
otro día y yo sólo contaba con esta noche. Para hacer tiempo quise ir a la
Catedral de San Nicolás, pero me quedaba un poco lejos. Fui a la de Kazan, esta
tiene una fachada con columnas en forma de arco convexo. Entré, estaban a la
mitad de una misa. Pude ver algo que me había intrigado desde la primera
iglesia. Todas ellas tienen, sin importar su forma o decorado, un iconoclasto
que parece colocado a la fuerza y, en su mayoría, no era este el caso, no
encajaba ni con los colores ni con los materiales de las paredes. En el centro
siempre hay una puerta de doble hoja, Las Puertas Santas. Me preguntaba si se
abrían o si eran meramente simbólicas. Durante uno de los cantos, se abrieron,
estas son enormes, y dejaron ver a un sacerdote arrodillado dirigiendo la
oración. Después de unos versos se volvió a cerrar, pero el rezo no se detuvo.
Los dejé seguir con lo suyo y pasé por una tienda de regalos. Le compré uno a Oxana
para agradecerle todo lo que hizo por mí. Un huevo de metal dorado que al abrirse
deja ver la Catedral del Salvador de la Sangre derramada.
Se hizo la hora y entré al teatro. Dejé la mochila y el buzo en el
guardarropas y subí sólo con la campera de cuero, por si refrescaba dentro. En
la antesala había dos bufetes y varias mesas. Sólo se podía pagar en efectivo,
yo tenía 60 rublos, euros y la tarjeta. Compré un té y dejé pasar los panes con
salmón o salame. La decoración consta de pinturas o fotos de famosos
compositores, algunas partituras expuestas en vitrina, y, robándose la atención
de todos, una escultura de Bach dirigiendo la orquesta. Adentro que empieza!
Tres presentaciones empezando con tres canciones rusas interpretadas por
un gran coro y acompañada de orquesta. Terminaron y recordé una de las
costumbres de estos conciertos, los aplausos prolongados, nunca se acaban.
Cuando todos saludaron vaciaron el escenario y volvieron a los cinco minutos
sin el coro para interpretar el concierto para piano Nº4 de Sviridov, mucho
gusto. Terminó con el coro del conservatorio de San Petersburgo. En general me
gustó, pero disfruté más otros conciertos. Sentí que le falto algo a este. No
puedo opinar mucho más.
Eran las 10 y el tren salía a la 1:09 am. Me quedaban tres horas para
hacer algo, ese fue mi primer error, pensar en tres horas cuando tendría que
haberlo hecho en dos. Fui al barco a cenar, llegué a las 10:45, estaba más
lejos de lo que pensaba. El gps decía que en metro llegaba en 45 minutos a la
estación. Así que, técnicamente, estaba bien de tiempo, pero no lo sentía así.
La cena estuvo muy rica, gourmet, pero lo comí algo apurado y pedí la cuenta
junto con el plato. Para cuando terminé ya había pagado.
![]() |
Metro de San Petersburgo |
Salí del barco y troté y corrí al metro, me bajé en la segunda estación
como indicaba el gps; esto es algo que también recomendaba la página, ver el
metro. En su momento los construyeron como un palacio para el pueblo, y hoy se
mantiene así. Cuando fui quise cambiarme de línea, en la que iba a recorrer la
mayor parte del camino, esta estaba cerrada hacía 20 minutos, el único consuelo
que saqué de eso fue que no hubiera llegado de todas formas. Salí a buscar un
taxi, parece que la estación de trenes está lejos es caro, seguía sin rublos y
a las 12:20 no hay casas de cambio ni bancos abiertos. El taxista me cobró 10
euros. No le pude decir que no, eso implicaba perder el tren a Moscú. Me dejó
en la puerta. Corrí a la estación y derecho a los carteles luminosos. Fui al
andén y el tren ya estaba ahí, cuando están de paso esperan 4 minutos en cada
estación. Entré y me mandaron a mi cuarto, este vagón era el 19, era más caro que
el anterior, así que estaba en un cuarto pequeño con puerta y 4 camas, un poco
más cómodas que las otras, en las de arriba te podías sentar por lo menos.
Encontré la puerta cerrada, llamé a la encargada del vagón que la abrió con la
llave maestra, en mi cama había una mujer que ella mandó para arriba sin
titubear, hice mi cama, y me acosté a la 1:30.
Excelente relato. Gracias por compartir
ResponderEliminarEl placer es mío. Gracias por estar
ResponderEliminar