Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

viernes, 2 de octubre de 2015

040-Helsinki 25~26/sep - Comienza el 45 aniversario de Finlandia Aikikai



Helsinki 25/09 – viernes – Dani! Yutani! Jenny! Sensei!

Me levante y directo a limpiar el Dojo. Era el único, así que tuve una mañana tranquila. Pasé un secador plano con dos trozos de papel atrapa polvo (seguro todo esto tiene su nombre, pero sólo los he visto en Japón, Londres y acá). Cada 4 pasadas lo roté para usarlos de ambos lados, son descartables. Desayuné y me alisté para salir. Me llevé los dos keikogis, a ver si los puedo blanquear un poco. En la puerta me lo encontré al director del Dojo. Tiene cara de Judo, pero no hablamos de eso. Confió plenamente en Nina y me dio la bienvenida a su lugar, que tenga un buen campamento.
Salí directo al lavadero más cercano, estaba cerca del mar, pensé en dejar la ropa lavándose e ir a la costa, pero el lavadero estaba dentro de un edificio de departamentos o algo residencial y no se podía entrar. Compré unos snacks en el súper y fui al otro lavadero. Este estaba dentro en un supermercado, no hay gente que lo atienda y el personal de las cajas no sabe nada al respecto porque no es su negocio. Encontré un panfleto en inglés. El lavado me costó 6 euros, el detergente está incluido. Escribí un poco y me tomé un yogurt. El secado lo hice en tres tandas, quería pagar lo menos posible, lo menos fueros 5 euros. Me dolió. Volví al Dojo y los colgué para que terminen de secarse. Les quedaba poco, pero son gruesos.
Me había estado mensajeando con Dani, llega hoy a las 13:30. Le dije que me escriba antes de tomarse el micro. Estaba particularmente cansado y el lugar estaba vacío. Me tiré en el piso del vestuario y me quedé dormido. Un ruido de puerta fuerte me despertó del sueño ligero. Creí que había llegado alguien del Dojo. Subí a ver quién era y no vi a nadie. Por la ventana lo veo pasar a Dani. No se había conectado al Wifi del aeropuerto. Le abrí y nos abrazamos. Un reencuentro y se me vienen montones de memorias de Madrid y alrededores con la AETAIKI. Le mostré el lugar, acomodó sus cosas rápido y nos fuimos a comer algo. El compromiso es estar en el Dojo entre las 4:30pm y las 5:30pm para encontrarnos con Nina.
Buscamos por los alrededores y encontramos varios restaurantes nepaleses. Entramos a uno. La comida, la cara de los dueños y su acento inglés es el mismo que el de los indios, turcos y árabes que están por toda Europa; pero el restaurante y la pulcritud son superiores acá que en otros lados. La comida rica. Invitó Dani, a mí me toca la cena. Hablamos de Waka Sensei, de Igarashi Sensei, de Tomás, Roberto y David, del Aikido en España, del polo (chomba) que me regaló Javi ¡Gracias Javi!, de viajes, de idiomas, de cómo es la gente acá y allá, de de todo. Nos pusimos al día.
Volvimos caminando al Dojo y Nina ya estaba ahí, al igual que ayer, no había nadie más, ninguno de los 18 que iban a estar. Le pregunté donde cambiar dinero, encontré una casa cerca del metro. Pasamos por ahí antes de bajar. En la puerta dice que cambian y transfieren y que están abiertos, entré y detrás de la puerta de vidrio cerrada se ve un mostrador que también dice que cambian dinero y que está abierto, pero el empleado detrás de este no me dejó pasar, le mostré mis libras y le indiqué que las quería cambiar y aún así me dijo que no y que me vaya. No sé qué pasa. No llegaba a pagar todo el seminario con lo que cambié en el aeropuerto, así que Dani me prestó unos euros a devolverle cuando consiga cambiar.
Bajamos al metro y llegamos al seminario sin problemas.

En la cola para pagar la inscripción los encontré a Mihail e Ivan, los Senseis de Rusia que conocí en Japón. También estaba Nina al lado de la mesa. Dejamos nuestras Yudanshas (pasaportes japoneses de Aikido) y fuimos a los vestuarios. Ya en el tatami le pedimos a un grupo de finlandeses que nos saque una foto con el kamiza (el altar con la foto de O’Sensei). Lo vi aparecer a Masaru Yutani, el japonés alto que me enseñó a caer en el Dojo de Igarashi. Kaoru, su esposa, estaba por llegar, se estaba cambiando. En el seiza me la encuentro. Kaoru-san!

[Clase 1/5: Como en Telford, Waka Sensei marcó la importancia del Irimi, tenkan. Esta vez los idiomas fueron japonés y finlandés. Practiqué con gran cantidad de locales, algunos rusos, otros suecos, Masaru y Dani. Fue interesante sentir a los finlandeses. Lo vi a Igarashi Sensei, estaba en la esquina al frente a la izquierda. No dictó las clases, pero participó de las de Ueshiba Sensei. Me fui acercando de a poco hasta que al final llegué a al lado justo para el momento del saho kokyuho, el final de la clase. Él estaba practicando con Jenny, ahí nos vimos por primera vez con ella, fue la encargada de responder los mails del seminario y de la organización general, Igarashi Sensei nos presentó. Seguimos con la técnica y apareció Waka Sensei, se puso al lado de Igarashi y, señalándome dijo ‘Aruzenchinjin’ (argentino). Ya sabe quién soy, esto me va ayudar mucho para mi futuro en el Aikido internacional. Me gusta ver como no importa el rango que tengas, el respeto y el reconocimiento hacia los demás siempre está presente. Lo noté en la mayoría de los aikidokas, pero más fuertemente en japoneses y finlandeses.]

Terminada la clase nos fuimos a las duchas y de vuelta al barrio del Dojo. Cenamos en uno de los pocos lugares con la cocina abierta pasadas las 10pm. Otro restaurante nepalés. Esta vez pagué yo. Estuvo rico. Quisimos comprar un postre pero no había heladerías abiertas o kioscos a la vista. Nos fuimos comiendo dulces de regaliz que compramos en el seminario. Están ricos, pero queríamos más dulzor.
Tiramos una de las colchonetas gruesas de Judo y la usamos de cama doble. Cada uno en su bolsa de dormir gracias a que Nina me dejó una para mí. Esta noche no fuimos los únicos durmiendo en el tatami. De los rusos ninguno apareció, y de los finlandeses que habían reservado acá sólo vinieron 6, y un egipcio, o el egipcio debería decir, sólo él estaba de su país, como nosotros dos.
Mañana toca un día movido así que a descansar bien.


Helsinki 26/09 – sábado – Clases, cena y nuevas amistades

Arriba a las 8. Mientras Dani limpiaba el tatami yo fui al Alepa de la esquina a comprar el desayuno. Nos tomamos un café con galletitas y croissants. Preparamos nuestras mochilas y nos fuimos al seminario. Salimos últimos del Dojo, todos los demás se nos adelantaron. Llegamos 15 minutos antes de la clase, tiempo suficiente para cambiarnos y estirar un poco. Escuchamos los aplausos y formamos. Ayer hubo mucha gente, pero hoy había muchísima, entre 170 y 190 personas por clase. Y entre los practicantes había varios 5tos y 6tos danes y algunos shihanes que si te tocaban te daban vuelta.

Preparándonos para la clase
[Clase 2/5: Oyama Sensei. Lo vi en Japón, como alumno en algunas clases en Hombu, no recuerdo si lo tuve como instructor. Nos gustó la clase. Empezó casi mudo y nervioso, pero se fue soltando y desplegó su estrategia, un buen punto a tener en cuenta a la hora de hacer katatedori tenkan – kokyuho/nage]

Un descanso corto entre clases. Teemu, el vocero del seminario, dijo que todos los que vayamos a participar de la exhibición lo veamos en una de las esquinas del tatami. Primero explicó todo en finlandés, después en inglés. El orden va a ser primero los Dojos locales y cierra Oyama Sensei, la segunda tanda la abre la delegación japonesa y después los representantes de Argentina (yo), Rusia (Mihail y su grupo), Egipto (Mohamed), España (Dani), luego los Shihanes y cierra Waka Sensei.
Dani y yo vamos a estar solos en el tatami representando a nuestro país!!! Con esta información en mesa se nos acercó un finlandés con cara de felicidad, la cara colorada y una barba blanca que se la enmarca. Nunca dejó de sonreír, me resulta familiar pero no sé de dónde. Nos deseó suerte en la exhibición.

[Clase 3/5: Waka Sensei. Continuamos con el kihon, remarcando la mayúscula importancia de hacer las posturas completas, no quedarse en el camino en los tenkan, bajar cuando hay que bajar, no dejar de moverse y no descuidar las formas. En todas las clases pude hacer que me saque de uke, en algunas se formaba el círculo, yo estaba en él y cuando buscaba con la vista quién sigue yo


salté varias veces. Otras dos o tres veces empezó el círculo con migo (es costumbre en los seminarios grandes como este que cuando Sensei saca a alguien de uke se hace un círculo alrededor para darle espacio, para volver a ver la técnica y para tener la oportunidad de ser uke). Cuando él te elije se te acerca casi al trote con una sonrisa y te lleva adonde quiere. Es muy bueno.]

El hakamero
Cuando terminó la clase Dani se fue a la ducha, y yo me quedé estirando en el tatami. En la mesa de recepción vendían té, café, gaseosa, barras energéticas, regaliz y sánguches. Nos compramos dos de los últimos y un té cada uno y almorzamos en las escaleras. Mientras se estaban llevando a cabo en el tatami una clase para niños a cargo de Senseis locales y un taller abierto para los adultos interesados. Nosotros volvimos cuando terminamos de comer, pero no escuchamos el taller. Me puse a estirar otra vez y se me acercó Mihail. Su inglés no es muy bueno, pero nos pudimos comunicar. Es una persona muy simpática y amable. Voy a  ir a su seminario de 20 años de asociación la semana que viene. Este sí lo dicta Igarashi Sensei.
Nos calzamos las hakamas y estábamos listos para la clase.

[Clase 4/5: Waka Sensei, Kokyu nage por acá y por allá. Sigue avanzando el tema en complejidad, siempre recordando el tenkan y el irimi tenkan, ahora sumamos la dinámica, en mi caso también practicar caer chiquito, porque con casi 200 personas en el tatami, caer mae ukemi desde un udekimenage es peligroso si se es largo. Cada vez que me hago chiquito me acuerdo cuando Patricio dijo que yo puedo caer en un raviol, me pareció una comparación graciosa, desde entonces hago un gran esfuerzo en lograrlo, recordando su comentario.]

Terminamos con Aikido por hoy. Rápido a las duchas y al Dojo. Antes pasamos otra vez por la casa de cambio de ayer y volvió a pasar lo mismo, no entiendo. Nos cambiamos de ropa a algo más presentable para el evento de esta noche, colgamos los akidogis y salimos. Tomamos el metro a la estación de trenes y cambié dinero en Western Union, le devolví a Dani el préstamo, compré sobres para poner los yenes para Igarashi Sensei y volvimos al metro, directo al puerto. Hay un edificio bastante alto donde fue la cena del aniversario. La vi a Jenny, me estaba explicando algunas cosas cuando aparecieron los Sensei. Pasaron, se ubicaron y Jenny volvió a explicarme. Tengo regalos para Igarashi Sensei y Waka Sensei y no sé cuándo dárselos. Me recomendó hacerlo durante el postre, antes de los discursos. Nos dieron unas copas con champagne o sidra sin alcohol. Nos sentamos al final de una de las mesas, me tocó al lado de mi traductora, una aikidoka que esta tarde me tradujo algunas de las cosas que dijo Waka Sensei en la clase. Habló Jenny y pidió un brindis. Kanpai!
Empezó la comida, por orden de mesa nos fuimos levantando a servirnos la entrada que era un bufet. Tostada de camarón, salmón ahumado, ensalada de remolacha y otra mixta, papas al pesto y otras hervidas, pescado en salsa, todo muy rico. Después nos sirvieron la cena, salmón o cordero, Dani y yo pedimos distinto para probar. En seguida levantaron todo y pusieron la mesa de postres, que era torta de chocolate y café. Me serví y me preparé para llevarles el regalo, pero no encontré la oportunidad y empezaron los discursos. Waka Sensei, el embajador de Japón en Helsinki, Igarashi Sensei, un delegado de Alemania, la instructora de Iaido del mismo club. El de Igarashi fue el gracioso, contó de su primer viaje a Finlandia antes de Igarashi Dojos y como lo hicieron meterse en el sauna durante el viaje. 
Los embajadores latinos
Los Sensei se fueron y yo me quedé con los regalos, será mañana. Nos informaron que hay una segunda fiesta, pero decidimos irnos a descansar y planear un poco la exhibición de mañana. Estuvimos los dos todo el día mensajeándonos con nuestros compañeros y Senseis pidiendo consejos. A ambos nos dijeron lo mismo, ‘No le des tantas vueltas, mostrá lo que sabés hacer.’.
En el metro nos encontramos con el Sensei que dio la clase el jueves en Meidokan Dojo y con el aikidoka finlandés de cara roja y barba blanca. Cuando el Sensei se bajó el segundo se nos acercó. Resulta que bajamos en la misma estación y nos invitó a tomar unas cervezas. En el pub le dije que no tomo alcohol y no insistió. Charlamos una media hora. Este hombre es Juuka Helminen, uno de los Shihanes de Finlandia.

Volvimos al Dojo y nos quedamos charlando en el vestuario, planificando la exhibición. En ese momento hice una pausa para observar la situación, a veces lo hago.

El 2 de marzo, hace casi 7 meses, salí de mi casa en Argentina, desde entonces hice un recorrido express de Europa, viví en Madrid, viví en Londres y estaba en Helsinki, capital de Finlandia, uno de los países escandinavos. Al norte del mundo, donde no van los turistas, donde nacieron los mitos de los elfos, duendes y hadas. Donde varias veces pensé en ir, pero nunca lo planifiqué. Estaba otra vez muy lejos de casa, sentado en el vestuario de un Dojo de Aikido, Karate, Judo, Iaido y Tai Chi, planificando una exhibición de Aikido junto a un amigo que hice en España, para presentarla al día siguiente frente a Igarashi Sensei y Waka Sensei. Dani me dijo esta tarde que para mí estas cosas son normales pero para él es nuevo, y me dio una palmada en la espalda. Será por eso que me detuve a ver lo que estaba haciendo, a apreciar el momento además de vivirlo. Recordé una frase de una gran canción. ‘La vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes’.

Decidimos un esquema en el borrador y nos fuimos a dormir, lo ensayaremos en la mañana. La última clase es a las 11am, así que tenemos tiempo.



2 comentarios:

  1. Excelente relato. Muy bueno lo que estás haciendo y mejor aún que puedas concientizarlo, valorarlo y disfrutarlo en el momento.
    Abrazo enorme

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