Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

domingo, 7 de febrero de 2016

093-Dublin 30~31/ene - segunda visita a Howth



Dublín 30,31/01 – experimentando con la GoPro

Sábado 30: ajuste
Arriba a las 8, otra mañana de diario y YouTube. A las 11:30 me llamaron para que vaya al bar a las 3 de la tarde, de repente gané unas horas de ocio. Las usé para almorzar y estudiar japonés. Estoy viendo los videos de la Japan Society y los transcribo en mi cuaderno en japonés básico. Cuando se me liberaron esas horas, en el instante me sentí vacío. ¿Qué voy a hacer ahora? Pero rápidamente encontré la solución. El sol brillaba, afuera hacía frio, pero dentro de la casa y gracias a la ventana de vidrio, los rayos nos calentaban y teñían de amarillo el mantel de la mesa. Nos sentamos a disfrutarlo un momento. Luego dejé todo listo para ir al bar y me puse a ver videos.
Llegué al bar a las 3 como me dijeron. Tuvimos una pequeña charla con Gary sobre mis errores de ayer y de en general de la semana. Lo que me estresó más fue el sentimiento de culpa por recordar que, en la misma situación, me había desempeñado mejor. Hablamos de que cuando nos toca una hora pico movida tenemos que estar de acuerdo en un sistema entre nosotros y hacerlo funcionar. No lo podemos cambiar a cada rato, de esa manera la cocina sigue andando. El desayunos estuvo interesante, 33 en dos horas, pero después se calmó todo, por eso no estuve en el almuerzo, dos personas sobraban. ¿Entonces por qué estaba ahí a las 3? Porque parece que Gary se va a ir todos los sábados y lunes a las 5 y yo me encargo de cerrar.
Antes de irse y dejarle la posta a Phil, Alan me pidió que limpie la mofa con agua hirviendo y lavandina para que al final del día la vuelva a mojar en lo mismo y trapee el piso. Así que esa fue mi tarea secundaria todo el día. También antes de irse, Gary me pidió que limpie las heladeras, y Phil que revise las botellas de las salsas. En las últimas dos horas de servicio Alan estuvo sentado en la barra charlando con clientes frecuentes y organizando algunas cosas del bar, Phil estuvo sirviendo y entrenando a Ivana y yo estuve haciendo de todo un poco en la cocina. Finalmente me fui a las 8 dejando todo limpio, las cosas que no llegué a hacer las dejé anotadas en el cuaderno que usamos para dicho fin, el lunes las hará Gary a la mañana o yo a la tarde. Camino de vuelta estuve escuchando la lección 8, miembros de la familia. En japonés hay dos formas de nombrarlos, al referirse a la familia de uno y al referirse a la familia de otros con respeto. Repetí en voz alta y de ambas maneras abuelo, abuela, padre, madre, hermano mayor, hermana mayor, hermano menor, hermana menor, hijo, hija, familia, padres y niños.
En la casa me duché y me lo crucé a Vinícius, mañana nos vamos a Howth, salimos a las 11am.
Me tiré en la cama a ver videos hasta dormirme.

Domingo 31: GoPro
Sin alarma me levanté a las 8, desayuné y retomé mi cuaderno de japonés. Vinny hizo lo usual, un desayuno sencillo y a estudiar inglés con la compu. Luego, a las 10:30, se fue a visitar a unos amigos. Vinícius amaneció a las 10 aproximadamente y se sentó en la sala donde yo estaba con mi japonés. Me contó de su noche, no viene al caso detallar, pero estaba muy contento y orgulloso de sus logros y de su experiencia. Un satisfactorio viaje hacia su interior. Su alegría fue contagiosa. Mientras él se preparaba para salir yo fui a Tesco y compré algunas cosas para el almuerzo. Medio a las apuradas, porque ya eran casi las 11, convertí mis últimas 10 fetas de pan en 5 sánguches de queso Philadelphia, queso chedar, jamón, tomate y lechuga, los envolví en film transparente y los metí en la mochila de Vinícius.

Queríamos llegar al tren de las 11:43, pero se nos hizo tarde y terminamos en el de las 12:20, a la 1:00 estábamos en Howth listos para empezar el día. Primero un paseo por el Howth Market, él compró dos paquetes de carne seca a modo de tentempié. Como no teníamos tiempo de sobra dejamos el puerto para después y empezamos por el sendero de la costa. Esta vez estaba nublado y lloviznaba de a ratos, por eso había mucha menos gente, pero los saltadores en las rocas seguían firmes.
Con la GoPro sujetada al pecho de Vinícius documentamos la travesía. Varias veces nos detuvimos para cambiar el modo de la cámara de video a foto y para ajustar los filtros de luz y sombra, una tarea a veces tediosa pero que luego daría sus frutos.
Foto en la cima de la península
En la primera vista espectacular aparece la primera decisión ¿Seguimos por los senderos de los acantilados y retomamos el camino o nos desviamos y subimos a lo más alto de la península? Elegimos lo segundo, nos costó un poco encontrar el camino para subir, pero después de una vueltas lo logramos y está todo documentado. Fue genial, una trepada por las rocas y la vista panorámica espectacular.
De vuelta al camino común, ese que luego se dividirá en 4 alternativas para volver al pueblo, nos seguimos maravillando con el paisaje. Un descanso para almorzar, nos comimos un sánguche cada uno. Personalmente no le tenía confianza a la lechuga, estaba rara, pero gustó en la combinación. Enseguida después de eso hicimos otra pequeña parada sentados en una roca con los pies colgando sobre una caída de 10 metros. No era terrible, de hecho era bastante fácil mantenerse sentado, hicimos algunas tomas panorámicas cuando la fauna nos sorprendió. Vimos un ciclista, lo que es raro dadas las condiciones del camino, embarrado, con muchas rocas, por momentos muy angosto, lleno de subidas y bajadas, no conforme con eso, este ciclista no iba montado sobre una bicicleta, sino sobre un monociclo. Cuando vio la cámara nos regaló un shaka (gesto con la mano de buena onda usado en Hawaii) y siguió de largo. Lo mismo hicimos nosotros. Llegó la hora, hicimos contacto visual con el faro que representa el primer quiebre, nos adentramos en la península y en la villa dejando atrás el camino violeta, el más largo. Esta vez no entramos al bar, como había hecho con Vinny la primera vez, entramos al mercadito a comprar más agua y seguimos las indicaciones del camino rojo. Ya habíamos dejado atrás los inicios del verde y el azul, los más cortos. Seguir el camino rojo nos llevó por un rato entre calles, rutas y campos hasta que finalmente nos adentramos en bosque puro. Revisamos el mapa varias veces, técnicamente hay 4 caminos, pero el rojo, cuando se cruza con el violeta pasando la villa, parece bifurcarse, uno de seos caminos es el rojo oficial y el otro no, uno de esos pasa por el castillo de Howth y el otro llega al  puerto empalmando el camino azul sobre el final. No sabíamos cuál era cuál. Estuvimos una hora entretenidos filmando cada poste con flecha roja, estos refirmaban que no estábamos perdidos. En un momento cruzamos una planicie extensa, el sendero estaba muy claramente marcado y salirse de él implicaba meterse en un mar de arbustos pequeños, cosa que hicimos cuando al costado del camino encontramos una roca muy grande y alta. La trepamos y la naturaleza nos recompensó el esfuerzo con un fuerte viendo irlandés. Lo escuchábamos rugir, lo sentíamos en cada parte de nuestro cuerpo, nos hizo sentir más vivos que nunca. El camino sigue, no bajamos la roca porque había una alternativa más segura, nos hicimos paso entre los arbustos de vuelta al sendero.
Sentados en el acantilado
Poco después llegó el momento de decidir hacia dónde ir en la bifurcación. El que queríamos nosotros, el del castillo, era el no oficial, el que no tiene postes con flechas rojas indicando la dirección. Avanzamos cotejando las curvas del camino con el mapa. Apareció un desvío, luego otro, luego otro y otro más. Nos empezamos a sentir algo perdidos y empleamos una segunda referencia, activamos el gps del teléfono como brújula. Teníamos que ir al norte, así que apuntando hacia él fuimos decidiendo donde doblar. Después de un rato de no encontrar ningún camino en nuestra dirección nos mandamos campo traviesa, en realidad bosque traviesa, nos metimos por un caminito de cuento de hadas, un túnel de ramas debajo de las copas tupidas. En el inicio parecía un túnel que nos redordó a ‘Alicia en el país de las maravillas’, pero rápidamente se notó que no lo era, simplemente esas ramas crecen espaciadas y nos permiten deambular entre ellas. Nuestra guía era el norte. Nos topamos con un cambio de vegetación, mucho más tupida y que no nos permitía seguir avanzando. A nuestra izquierda vimos un campamento que parecía abandonado, la primera sensación fue de miedo, algo así como ‘El proyecto de la bruja de Blair’. Dos lonas grandes atadas a dos estructuras de troncos, ambas con agujeros, debajo de ellas restos de una fogata, una silla plegable y varias latas de cerveza. Dejamos el campamento y volvimos al camino anterior.
Habíamos desestimado el mapa ya, estábamos perdidos, por eso le confiamos todas nuestras fichas a la brújula digital, derecho al norte sin importar nada.
Felizmente funcionó, llegamos al campo de golf que teníamos que atravesar y después de un rato encontramos una carretera, que no figuraba en el mapa. La seguimos y se nos presentó en castillo de Howth. Resulta que esa carretera es el sendero rojo alternativo, que en el mapa figura como peatonal y en realidad es asfaltado. Lindo castillo, no es tan imponente como otros, en parte porque lo siguen usando, la mayoría de las puertas tienen un cartel de Propiedad Privada y detrás de una arcada se ven los tachos de basura industriales típicos de empresas. Sin embargo, una de las torres sigue intacta y se le notan los años, eso estuvo bueno, la recorrimos lo que pudimos desde el suelo y seguimos el camino. Bordeando por la izquierda un espacio gigante de bosque encerrado por una pared alta de piedra llegamos a la iglesia de Santa María. Estaba cerrada, la vimos por fuera y me llamó la atención la cruz. No era la típica cruz ‘t’, sino que era una cruz simétrica.
Fin del bosque, llegamos a la estación por el otro lado, dimos toda la vuelta. Nos pasamos y fuimos a ver el puerto con los últimos momentos de luz. El viento nos volvió a saludar en la cima de la muralla, emprendimos la vuela y cada paso nos empezaba a pasar factura de la caminata del día. En el tren nos recostamos contra la ventana a esperar que se desocupe un asiento. Nos sentamos faltando 4 estaciones para llegar, algo es algo. Se nos ocurrió tomarnos un micro hasta la casa, por el cansancio, pero nos dio hambre antes, nos comimos el segundo sánguche y nos volvió el alma al cuerpo. Caminamos hasta la casa, nada de micro y de andar gastando de más.
Nos relajamos en la sala con un té de menta. Yo lavé las zapatillas y las puse a secar bajo el radiador. Nos saludamos y charlamos entre los 5, nos contamos un poco del día de cada uno y nos recluimos en nuestras cuevas. Yo me puse al día con las lecciones de japonés y me tiré a ver la serie una vez más, hacía mucho que no veía nada. Me tomó unos minutos recordar el capítulo de la temporada 5 en el que me había quedado. Vi 2 capítulos y medio y me dormí.

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