Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

lunes, 8 de febrero de 2016

094-Dublín 01~02/feb - retomando Aikdo



Dublín 01,02/02 – a entrenar otra vez

Lunes 01: regreso
Comienza la semana, esta vez no me equivoqué. Estuve toda la mañana entre escribiendo y viendo videos, almorcé con Vinny y fui al bar a las 2:30. Antes de salir preparé con entusiasmo la mochila con la ropa de Aikido, hoy volví a la práctica.
De 3 a 5 trabajamos Gary y yo juntos, él estaba muy cansado, pero de todas formas se fue temprano para poder jugar al fútbol. La tarde la cubrió Alan, no hubo mucha actividad en la cocina. Me fui a las 8 y caminé hasta el Dojo. En el vestuario tuve una charla corta con John, el que está entrenando para una pelea de MMA. Se prepara para el 20 de febrero, tiene un ojo morado, cuando lo vi creí me había perdido el evento, pero no, fue un accidente de la práctica. Entré tarde al tatami y me sumé a la clase.
El Sensei de los lunes siempre trabaja sobre la fluidez, al final hicimos randori, como siempre. Es curioso lo bien o mal que le puede salir a uno el mismo ejercicio dependiendo del día. Después de la clase James quería perder el miedo a una acrobacia, no sé el nombre, es saltar hacia adelante invirtiendo el cuerpo, aterrizar con las manos en el suelo, impulsarse, pasar las piernas de largo y aterrizar con los pies. El método sugerido fue hacer eso mismo usando a un compañero de banquito, después de repetirlo varias veces, hacerlo por encima del compañero sin tocarlo; finalmente al lado del compañero, sin la referencia. Funcionó, no le sale del todo bien, ni bonito, pero le perdió el miedo.
Esta vez para no retrasar al resto no me duché, Peter me alcanzó hasta la esquina de casa. En el viaje, muy corto por cierto, hablamos de series, le recomendé Avatar, la leyenda de Aang. Me duché antes de acostarme y caí rendido.

Martes 02: cine
Trabajo de 9:30 a 3:15. Durante el desayuno estábamos Phil y yo solos, muy pocos clientes, preparé 4 platos nomás. Entre ellos dos huevos revueltos, me volvió a indicar los detalles importantes. Cuando servimos más de un plato por mesa, cada ingrediente tiene que estar caliente y a punto 5 minutos después de haber llegado a la mesa. Para eso hay que tener muy en cuenta los puntos de cocción. Por ejemplo, uno fue un desayuno irlandés chico (una salchicha, un trozo de panceta crujiente, un huevo frito, un tomate al horno, champiñones y una tostada) y huevos revuelto servidos con tostada. Los huevos revueltos se hacen tan rápido como se secan, hay que ponerlos en la sartén una vez que todo lo demás ya está en el plato. Se precalienta la sartén con un poco de aceite, en un bowl se mezclan tres huevos con hierbas, sal y pimienta y se bate hasta quedar uniforme; luego vertimos el contenido en la sartén y seguimos revolviendo por 20 segundos, en seguida lo vertimos en un bowl chico y lo acomodamos en el plato. Es importante que cuando el mesero se lo lleva todavía esté blando, porque sigue caliente y se sigue cocinando solo, para cuando llega a la mesa está a punto.
A las 11:30 llegó Gary, bastante más fresco que ayer, los martes puede descansar un poco más. Pasamos el almuerzo sin problemas, las veces que bajé al sótano a buscar cosas noté la cantidad enorme de barriles de cerveza que habían llegado, sentía que me llamaban, había que ordenarlos, pero no me lo pidieron. A las 3, como acordamos, pregunté si me necesitaban, me dijeron que no y me fui.
Era temprano, recordé que Vivícius me comentó de una membrecía al cine de Parnel Street, que por 20 euros por mes podes ir a ver todas las películas que quieras en cualquiera de sus modos (2D, 2D digital, 3D, Imax) e incluye descuento en comida y bebida del bar. Les pregunté por eso y efectivamente es así, pero es 21,5 por mes, sigue estando muy bien, pero es un contrato anual. Me limité a comprar la entrada a ‘The Revenant’ (‘El renacido’, en Argentina), la última de DiCaprio, la que pelea contra un oso. Impresionante película, las imágenes, la fotografía, parece irreal, exponen la belleza de las montañas de una manera magnífica. Viendo las cosas por las que tuvo que pasar el protagonista me hizo sentir que exageré mi lesión del hombro faltando al Dojo. Pero después volví a la realidad, las circunstancias del personaje le dieron un motivo para moverse muy fuerte. Como siempre que salgo del cine, estuve pensativo un rato, sintiendo los personajes, la historia. El protagonista tiende a estar solo, por lo tanto hay muchos momentos sin diálogo, todo lo dice con la mirada y con su forma de moverse.
Cuando llegué a casa la llamé a mi mamá, recordé que ayer mi hermano puso en Facebook que la habían ido a ver juntos. Por las cosas que le pasan al personaje me acordé un poco de La Pasión de Cristo, que la fui a ver con ella y le inspiró una serie de obras que fueron un hito en su carrera artística. Esta vez fue con su otro hijo y seguramente le había pasado algo parecido. Efectivamente, me lo mencionó. No creo que le inspire dibujos, pero le llegó, es una peli fuerte. La charla duró un buen rato, me comió todo el crédito de Skype.
Al ratito aparecieron mis compañeros de casa, charlamos un buen rato. Tomo quiere ver la película, así que no puedo hablar de ella en su presencia. Cené una ensalada de fideos tirabuzón con queso, tomate y lechuga. A dormir a las 12.

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