04/09 – viernes – Un buen día de trabajo
La dueña
de la casa de Maida Vale volvió. Así que ahora Geoff tiene que mantener el
acuerdo de que sólo él puede ir a trabajar ahí. Por lo tanto esta mañana nos
separamos. Me dejó en la casa de su primer cliente, un sacerdote. Le gusta
mucho este jardín y le tiene particular cuidado. Me quedé con la cortadora de
pasto, la máquina para podar arbustos, la tijera para cortar los bordes, el
tenedor grande (no sé cómo se llama el coso), la pala, el pico y una pala más
chica con forma de medialuna. Lo primero fue cavar y revolver una superficie de
tierra arcillosa de 6 metros cuadrados por 20 centímetros. Me cansé, me acordé
de cuando destruí los restos de un árbol en Hawaii, y de la vez que lo ayudé a
Ruslan a rellenar de tierra las cubiertas en Ashram Abasto. Los músculos de los
brazos, piernas y lumbares llegaron a ese punto de agotamiento en el que no queman,
pero parece que tiemblan un poco, como cuando hacés muchas flexiones de brazos
y sentís que la fuerza se te escapa. Esta sensación la tuve varias veces en los
Dojos. De todas formas pasó rápido y seguí trabajando sin problemas.
Terminado
el asunto coloqué tres piedras para hacer de camino provisorio y pasé al
mantenimiento regular del jardín. Corté el pasto de los bordes por donde no
pasa la máquina y recorrí el perímetro con una bolsa juntando lo que había
cortado, aproveché para sacar yuyos y hojas muertas de las plantas del borde.
Pasé la máquina marcando líneas prolijas y arranqué los yuyos del patio del
patio trasero y delantero. En eso el sacerdote me invitó otro té. Cuando no
había nada más que sacar de entre las rendijas de las baldosas, saqué una escalera
de aluminio del galpón (que tenía el mismo olor a humedad que se siente en el
galpón y quincho de mi abuelo, olor que me recibía cada mañana mientras trabajé
en mi taller) y la llevé al frente junto con la bolsa y la podadora al jardín
del frente. Le recorté las puntas al arbusto que tenía, y sigue teniendo, forma
rectangular. La máquina que uso en lo de mi abuelo es chica, para una mano, y
eléctrica. Esta es para dos manos y a mezcla (nafta y aceite). Es mucho más
poderosa.

Dejé la
mayoría de las herramientas en el patio y me fui con la cortadora de pasto, una
bolsa y la tijera bordeadora. Cerré el candado de la reja y caminé dos cuadras.
Tenía conmigo las llaves de ambas casas, entré y, como siempre que vinimos,
estaba vacía y con olor a abandono. Hace varios meses que al dueño lo llevaron
a un asilo, la hija quiere que el jardín esté presentable para la venta. Acá
sólo arranqué yuyos y corté el pasto. Para cuando terminé, Geoff estaba
llegando a buscarme. Le dio una revisada rápida al jardín y no hubo nada que
comentar. En el jardín de su primer cliente me dijo que le gustó mi trabajo.
Las líneas están mejor y los bordes quedaron muy bien después de que los
cultivé (revolví).
Trabajar
solo en el jardín es muy distinto a hacerlo con el jefe o con compañeros al
lado. Como no hay nadie con quien hablar me comunico directamente con el objeto
de trabajo. La tierra que revuelvo, los yuyos que arranco, las plantas que
emprolijo, el pasto que corto. Se siente bien. Muy bien.
Día
terminado. Volvimos a su casa charlando. Mañana trabajamos para compensar el feriado
largo, esta semana en total 4 días de trabajo para mi, para él tres, aunque en
casa de sus padres le hicieron arrancar una enredadera completa. El lunes que
viene finalmente vamos a ir a la clase de instructores de Karate. Va a ser mi
primera vez con un Shihan de Karate. Tardamos un rato en llegar, como también
fue más lento ir a las casas, y lo fue pedalear hasta su departamento. Esta
semana se acabó el receso escolar de verano, los autos que van a las escuelas y
las bicis de los universitarios poblaron las calles de Londres. Es increíble
que hagamos cola en los semáforos más de 8 bicis. Estos días que me quedan
antes del viaje van a estar llenos de gente por todos lados.
Tenía la
idea de ir a una clase hoy. Pero me sentía agotado, no sólo músculos en
particular, como hasta ahora, sino que el cuerpo en general, como si todo el
sistema estuviera débil. Esto lo sentí cuando hacía Karate y Aikido 6 veces por
semana, más Katori los martes y una hora de pesas antes de las clases de
karate. En ese momento era sobre-entrenamiento y me costó una contractura
permanente en la cervical del lado izquierdo. Así que lo primero que hice al
llegar a casa fue desvestirme y entrar a la ducha. Un poco de agua caliente
para relajar. Me hice un té y me senté
frente a la laptop a escribir. Se apareció Opu. Es nuestro concubino nuevo,
parece que tuvo quilombo en casa y se está quedando en la cama de Ali. Se acaba
de comprar auriculares con micrófono y un libro de leyes inglés. Está
estudiando para recibirse de abogado. Tiene examen el año que viene.
Ali se
fue a trabajar, Opu se fue a no sé dónde, y yo me hice otro té y me puse a
leer. Me quedé dormido casi dos horas. Fui al baño y comí dos bocaditos de
chocolate y menta, me despertaron. Volví a la compu y leí mi balance de gastos.
¡Qué cara está la libra, qué lo pario! Volví al diario hasta pasadas las 11 y
actualicé el blog. A dormir.
05/09 – sábado – Lluvia suave
Hoy
tenía que estar a las 10:15, la alarma estaba programada para las 8am, pero me
desperté a las 7. Anoche no me dieron ganas de cocinar, así que esta mañana
llené tres tuppers con un revuelto de papa, cebolla, champignones, panceta,
queso y leche. Al mismo tiempo preparé una feta de panceta y tres huevos con
tostadas para el desayuno, todo acompañado de un café con leche. Me estaba por ir y
llegó Ali, me dijo que ya estaba lloviendo. Me vestí de bici y salí a la
lluvia. Se sentía el agua en el aire, pero no llovía. De todas formas no tardó
en llegar. A las 5 cuadras ya podía sentir suaves gotas chocando contra mi
cara. Progresivamente se hicieron más grandes y pesadas, pero nunca llegaron a
ser lluvia de verdad. En cada semáforo que me tocaba parar veía como el viento
suave dejaba a la débil llovizna acostada. Llegué a la casa de Geoff algo
mojado, pero no se compara con los días que trabajamos bajo la lluvia intensa.
Frente a su casa me saqué el chaleco de visibilidad, la campera impermeable y
la remera y guardé todo en la mochila. Me puse una remera negra seca y me
dispuse a esperar a que salga el jefe. Como tardaba hice una entrada en calor resumida.
Usé condimentos de Igarashi Sensei principalmente.
En total
fuimos a tres jardines. Primero el de la casa de los billonarios. Ya volvieron
de sus vacaciones. El jardín estaba lleno de hojas. La segunda casa fue la que
tiene el jardín dividido en dos partes, en la de atrás hay dos baldes de
compost y una planta de Ruhbarb, volvimos a cosechar para nosotros.
Paramos
en su casa, se llevó al auto un yogurt y una palta, en el mercado de la esquina
compró bananas y galletitas de cereal con fruta. Yo almorcé mi tupper de la
mañana y me convidó de las galles. Estaban ricas. Me juró que eran sanas y
buenas, la prueba irrefutable es que su mamá las compra a veces, y ella come
sano.
La
tercera casa fue la primera a la que fui en mi primer día de trabajo. Tiene un
espacio de pasto chico, en desnivel, irregular y con varias especies de césped.
Le hicimos un mantenimiento exhaustivo porque hacía varias semanas que no
íbamos. El pasto estaba muy crecido, pero no había tantas hojas como creíamos.
Volvimos
a su casa charlando de cómo cocinar el Ruhbarb y de la clase que vamos a hacer
el lunes. Me dijo que Shihan Leo preguntó si yo iba a ir. Qué me esperará en esa
clase? Me entusiasmé. Cuando nos despedimos me dio su Ruhbarb, no cree que lo
vaya a hacer. Así que tengo un buen montón, esta vez saldrá mejor, aplicaré la
receta de mama Griffin (mi jefe se llama Geoff Griffin).
Con el
nuevo camino de vuelta que tracé no paso directamente por ningún parque, pero
sobre el final puedo desviarme unas cuadras y entrar al Victoria. Esta vez lo
hice y paré bajo el árbol número dos de la caminata de árboles históricos del
parque. Se llama Holly Tree (Árbol Sagrado). Elegí este punto sin saber del
árbol, estaba buscando un espacio con tierra en lugar de pasto, y ese lugar era
ideal. Apoyé la bici contra otro árbol, me saqué la mochila, el casco, el
chaleco y la campera. Estaba fresco, pero no importaba para lo que iba a hacer.
Hice una vez cada uno y sin pausa los Katas de Goju que aprendí. Empezando por
Sanchin y terminando con Tensho, en el medio desde el Gekisai dai Ichi hasta el
Kururunfa. Este último lo repetí porque me perdí en un movimiento cerca del final.
Volví a
la bici y llegué a casa. Ducha, lavarropas, té con tostadas y diario. Entre
chats y videos me hice un café y seguí con el diario. Luego empecé a ordenar
mis fotos. Las bajé de Dropbox, eliminé las innecesarias y subiré álbumes
ordenados. Pienso hacer esto con todas mis fotos. Me va a tomar unas semanas.
Hablé
por Skype con Ornella, mi mamá, Fermín y Carolina. Nos colgamos un buen rato
charlando. Parece que están bien. Me alegra.
Cuando
hube cortado seguí con las fotos y actualicé el blog. En eso recibo una llamada
de un número inglés que no conozco. Atiendo en inglés y me responden en español
argentino. Era Graciela, una a miga de mi mamá. Nos vamos a encontrar mañana a
la mañana en su hotel, tiene un paquete para mí.
Listo, a
dormir se ha dicho.
quién es migo?
ResponderEliminarAhí está
EliminarA la espera del diario del 7, para saber que te esperaba en la clase de karate!!!!!
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