Londres 17/09 – jueves – Gran mañana, día
tranquilo
Una mañana
para el recuerdo. Desayuné bien y salí con la mochila chica a medio llenar y el
paraguas. El cielo claro y despejado, aunque el sol aún no mostraba sus rayos.
Me puse los auriculares y caminé escuchando música aleatoria hasta la estación
de Wanstead Park; pasé por Nirvana, Dave Matthewes Band, Charly García y The
Beatles. Me bajé en Upper Holloway y caminé 12 minutos hasta la casa de Geoff.
En el camino aparecieron los primeros rayos que bañaron de un color dorado las
paredes de los edificios, la mañana seguía fría y el cielo celeste con escasas
nubes. En uno de los cruces grandes, sentí un calor a mi izquierda, el Sol se
había salido completamente del horizonte y estaba empezando a cegar. Aún con
pocos autos circulando me paré en la rambla en el medio de la calle y, mientras
dejé pasar una o dos luces para cruzar, vi como nuestra estrella ascendía
lentamente, respiré el aire frío y me dejé llevar por la guitarra de Slash y la
voz de Axl Rose mientras interpretaban Knocking
on Heavens Door, un tema ideal para el momento. Seguí mi camino normalmente
y aminoré la marcha cuando, al doblar a la derecha en Leverton Street, mi
última curva, Serrat y Sabina en dúo cantaron una de mis canciones favoritas, Caminante no hay camino.
Llegué 10
minutos temprano, Geoff ya estaba afuera, me saludó y salimos sin preámbulos. Hoy
toca Bushey, pero antes fuimos a la casa de su antiguo Sensei a devolverle su
pelota medicinal y a charlar. Sensei Patrick es joven y muy deportista, experto
en fitness. Vive en una casa compartida en North London. Linda casa, tranquila,
él tiene su propia habitación separada de la casa principal, detrás del patio.
Este tiene una mesa grande, una parrilla y un horno de barro. Nos sentamos los
3 en sillones alrededor de la mesa ratona del living compartido con café. Ellos
hablaron bastante, pasaron dos horas ahí. Fue un reencuentro y una confirmación
de amistad, cuando dejaron de verse hace poco más de un año fue porque se
habían peleado, pero ahora dejaron eso en el pasado y están buscando la forma
de volver a entrenar semi-regularmente. Tal vez los domingos por la tarde.
Hoy hicimos
sólo dos jardines, los obligados semanales. El del cura al lado de la iglesia y
el que está más lejos. Mantenimiento normal, en el segundo arrancamos algunas
plantas y podamos otras para el invierno. Geoff me comentó que sus padres no
habían respondido aún, y que mañana se cumplen 5 días desde que les preguntó.
Volvimos a su
casa y nos dio mucha hambre. Fuimos al kiosco de la esquina a comprar galles,
las comimos con un café. Después improvisamos una clase. Me pidió que le
explique la barrida de pie, el ashi barai. Le pareció muy complejo por ahora.
Le mostré el ejercicio de reflejos contra la pared, le gustó. Esta misma tarde
lo aplicó en la clase.
Volví a casa
en la bici. En el parque Victoria esta vez no paré, pero sí me llevé un fruto
del último árbol. Hace una semana que veo esas pelotitas verdes espinosas
colgando y hace unos días hay algunas tiradas en el piso rotas, los pájaros ya
las están atacando. En la casa abrí una, es una fruta seca con doble coraza, no
estaba lista, tal vez el miércoles, mi último día, llegue a probar una.
Ya que aún era
temprano, preparé la mochila para Aikido, salí a las 7:30 para la clase de las
8. En seguida sentí que la rueda trasera estaba casi en llanta. Desde que la
compré hace 6 semanas nunca la inflé y nunca se desinfló ni un poco, de repente
está casi sin aire. Me puse a buscar un bicicletería, pero estaban cerradas.
Volví a subir a la casa e inflé la cámara
a ver cuánto tarda en desinflarse. Se me hizo tarde para la clase. Me sentí
culpable e hice lo que hace la gente cuando se siente culpable, cociné un
montón y me lo comí todo. La bandeja completa, con 9 trozos de pollo al horno,
sazonados con mi mermelada nueva; para acompañar, que me quedó a destiempo, un
puré de papa, zanahoria y la zanahoria blanca, con una tostada y café. Cenamos
sentados a la mesita del living común con Bogdan y el armenio. Después de eso
lavé los platos, me hice un té y me metí en la cucha a escribir hasta que me
quedé dormido a las 11:30.
Londres 18/09 – viernes – Una larga noche de
sueño.
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King's Cross Station |
Me aguanté
pero no llegué. Até la bici frente a la estación de trenes de King’s Cross y
fui al baño. Ya que estaba ahí chusmee los andenes 9 y 10, se supone que ahí
está la entrada al Expreso de Hogwarts, al menos así me informaron. No vi nada
que me recordara a Harry Potter. Al llegar a la casa lavamos la camioneta y regamos
las plantas del frente. Salimos a mi último día de la semana, él sigue
trabajando mañana.
Geoff me dejó
en la iglesia de su primer cliente con la hidrolavadora, él se fue a la casona
de Maida Vale. Cuatro horas más tarde volvió y le hizo un mantenimiento rápido
al jardín, yo terminé de limpiar los pisos y guardé la máquina. De ahí fuimos a
un nuevo contrato. – En el camino le escribí a Sensei Barbara para ir a una
clase en su Dojo, la conocí en el seminario de Telford y quedamos que el 18, cuando
volvía, le escribiría. – La dueña de la siguiente casa la tiene en la misma
calle que la de los billonarios, el mantenimiento lo hacía la empresa de
jardinería The Boma, donde Geoff era gerente, y cuando se enteró que este puso
su propia empresa lo llamó para cambiar. Para llegar al patio trasero y al
jardín hay que subir tres escaleras. Corté el pasto, es pequeño y en desnivel,
The Boma estuvo acá el martes y lo cortaron sin líneas, así que la diferencia
entre lo cortado y lo viejo era mínima, aún así pude marcar las líneas, aprendí
a hacerlo. Hoy no hubo noticias de los padres en Irlanda.
Volvimos a su
casa y nos reímos de mi cara. En el último trabajo estuve arrancando yuyos de
la tierra mojada, y me rasqué la cara con los guantes embarrados. Quedé así de
lindo:
Salimos juntos
en bici. Él dobló en la esquina a la izquierda y yo a la derecha, pero antes me
indicó una ruta más corta para el primer tramo de mi viaje. Es un atajo
importante.
Pedalee sin
pausa, no me detuve ni en Victoria. Llegué cansado a las 6, la clase de los
viernes es a las 6:30, así que no fui. Me preparé una merienda tardía mientras
revisaba mails, le respondí a Sensei Barbara para confirmar que iría mañana a
su clase. Escribí un poco y me dispuse a dormir una siesta, era temprano, podía
dormir de 8 a 10, escribir, ver una peli y acostarme, pero no fue así. Me tapé
en la cama a las 8 y me desperté a las 5:30. Nueve horas y media de corrido.
Que carita jajaj
ResponderEliminarLos gajes del oficio, vió. Jaja
EliminarMuy lindo el comienzo del jueves. Momentos sencillos pero inolvidables!!!!!!!
ResponderEliminarPapá