Vivir no es sólo existir

Hola todos, gracias por leerme y así acompañarme en este viaje. Cuando me fui por primera vez lo pensé como un 'voy y vuelvo'. Algo finito, aunque largo. Hoy veo que estoy viviendo esto y después estaré viviendo otra cosa. Viajo para conocer lugares, costumbres, horarios, comidas, ritmos, gente, calles, Dojos, maestros, compañeros, trenes, redes de metros, culturas.
Hoy el objetivo del viaje, si bien tengo un plan sobre el que improviso, es viajar. Si es posible trabajar en distintas ciudades para, 1) financiar el viaje y 2) entrar bien en el ritmo local, no ser sólo un turista más.
Este texto lo voy a expandir en la entrada 'Inicios y Motivaciones'

viernes, 6 de noviembre de 2015

059-Askeaton 05~06/nov - el Aikido florece



Askeaton 05/11 – jueves – hoy no hay jardín?

Despierto a las 6:30, bajé y Kaye me mando de vuelta para arriba y me dio una banana. Es muy temprano y esta semana Gerry tiene muchas cosas que hacer y en que pensar, por eso le deja el desayuno y que lo tome solo. Me puse a escribir. A las 8 me llamó y bajé a desayunar. Hoy llovió toda la mañana, como lo predijo el pronóstico. Las primeras horas de trabajo, antes del té de las 11, fueron primero en el taller, limpié y lijé un mueble para Gerry; segundo, limpié los vidrios de las ventanas del taller, el lavadero y la cocina. Me dio guantes de goma, una palangana con agua y vinagre y un trapo amarillo, para secar un diario. Es un método sencillo y barato que funciona.
Había parado de llover, pero Kaye ya tenía planes para mí. Me mandó a limpiar la mugre que se juntó donde se unen los plásticos ondulados que forman el techo del patio. Es una tarea horrible, donde están atornilladas a las vigas es imposible sacar la mugre, en el resto apenas pude limpiar lo muy groso y se sigue viendo bastante, encima toma tiempo. No deja sensación de satisfacción por el trabajo bien hecho, sino de conformismo por haberlo dejado un poco mejor. Tenía a mi disposición los mismos elementos de limpieza, le sumé una escalera y varias ramitas. Probé con una rígida y se rompió. Estaba intentando meter el trapo húmedo con la solución entre las planchas de plástico sin romperlas. Probé con una ramita más gruesa y fuerte y funcionó bastante bien. Pero después le tomé confianza y metí los dedos en el punto más alejado de los tornillos, donde es más flexible. Al refregar se iba bastante la mugre, pero los pedazos grandes quedaban. Se me rompió la ramita y encontré una más larga y flexible. Con esa pude despegar mugre que antes era inaccesible y empujarla afuera para que la lluvia la lave luego. Estaba contento hasta que me topé con otro tipo de mugre que no se despegaba, maldita.

Almorzamos y el cielo quería aclarar. Me cambié de ropa para la bici, guardé el pantalón del keikogi en la mochila y salió el Sol. Estaba esperando a mi clase de Aikido, muy amable de su parte. Llegué a la casa de Luke en 13 minutos, desde la puerta me dijo que el pasto estaba muy húmedo y que seguro hoy hacíamos adentro. Lo mandé a buscar las lonas.

[Clase mía con Luke 3: Taiso, kotegaeshi undo, nikyo undo, sankyo undo, ikyo undo, viene mejorando los undos. Empezamos con taisabaki. Tenkai ashi, tenkan ashi, ayumi ashi, la clase que viene juntamos los 3 y le muestro kaiten ashi. Katate dori tenkan, agarra fuerte y sólido, pero se tensa todo, cuando le dije que mantenga la palma siempre tocando mi muñeca se desarmó y siguió ofreciendo resistencia. Hay mucho que corregir, tengo que elegir el orden con cuidado. Ukemi, lo hice caer hacia atrás y balancearse. Parece que entendió las ventajas de levantar la cadera al ir hacia atrás. Le dejé esto último de tarea para el martes.]

Finalizada la clase Luke entró las lonas y yo me cambié atrás del mismo árbol del martes. Me pagó la clase, pero me dio 12 euros en lugar de 10, porque empezamos temprano. Esta vez fue él el que dijo ‘¿Martes a la misma hora, verdad?’. Qué bueno.
De vuelta en la casa Kaye estaba vestida para salir y estaba hablando con un chico joven no sé de qué. Nos presentó y salieron a ver algo. Yo me cambié para el trabajo y me hice el té de las 4 de la tarde. Retomé la limpieza del techo y Kaye se había ido. A la hora ya casi no se veía nada, ella volvió y me prendió la luz del patio, creí que era sólo con sensor de movimiento. Terminé y guardé la palangana, el trapo, el plumero y la escalera. Me puse a ver cómo iban mis videos en YouTube y tuve que volver a la pieza. A Kaye le había llegado una llamada y estaban hablando de un tema referido a la madre de Gerry y al chico de esta tarde, me pidió que la deje a solas.
Subí, me duché y me puse a escribir. Para la cena tuvimos un menjunje muy rico con fideos. A Gerry se le notaba en la cara lo largo que había sido su día, pero, como siempre, se tomó su café y después de una pequeña charla se fue a su taller a pensar en el trabajo. Yo subí y descubrí que puedo dejar subiendo videos desde la pieza si apoyo el teléfono en el suelo cerca de la ventana. Al ratito me llamó Gerry para preguntarme si estaba usando la banda ancha porque no podía descargar una foto en la PC. Desactivé mi wifi. Me dijo que hay un límite como el de los datos móviles. Nunca había escuchado de algo así para el Internet de la casa. Se iba a fijar cuál era ese límite y cuánto le quedaba.
Me entró sueño y me acosté sin saber la respuesta.


Askeaton 06/11 – viernes – Atacando el fondo

En el desayuno Gerry estaba renovado, tuvo una buena noche de sueño. Me dijo que con el nuevo plan no hay límite, sólo velocidad. Así que puedo subir todo lo que quiera, pero en las horas que ellos no usen Internet porque me como toda la banda. Voy a subir sólo de noche o cuando no haya nadie más en la casa.
Hoy fue el día. Hoy me pidieron que limpie la zona del alambrado detrás de la cancha de tenis. Le tenía ganas hace rato. Llevé la bordadora, tiré de la cadena y no encendió. Repetí el proceso pero no hubo caso. No sé qué le pasa. Se la dejé a Gerry para que la vea cuando tenga tiempo y me puse a cortar ramas anchas. Encontré montones de moras, malditas moras, y un compost que había dejado escondido el hermano de Kaye cuando hizo limpieza. Lo moví a mi montaña de compost y seguí cortando y cortando hasta la hora del té. Gerry se había ido y no pudo encender la bordadora. Me llevé la podadora, me metí entre el pastizal y los árboles y los adelgacé casi medio metro. En eso tuve una idea mágica. Me agaché y, usando la podadora como una motosierra, bajé el pastizal a 5 cm. Fue hermoso. Terminé, me alejé y contemplé el enorme espacio que había generado, le había alargado a uno de los lados de la cancha de tenis unos 20 metros cuadrados. El resto del día estuve rastrillando y llevando cortes a los distintos pilones según su categoría. De a ratos me metía entre los arbustos a cortar más moras. Lo último después del té de las 4pm fue podar una planta alta y muy espinosa que no era una rosa. Me pinchó mucho muchas veces, se me quedó clavada en la ropa, cuando me liberaba un lado daba la vuelta y se me pegaba del otro, en un momento tuve una rama agarrada de mi espalda y no me la podía sacar. A pesar de todo eso la dejé chata, abrí un camino para pasar entre ella y un árbol al otro lado del sendero de piedras y tiré todas las ramas al compost sin que se me peguen al cuerpo.

Guardé las herramientas y me recosté en un árbol a escuchar los audios del último grupo al que me agregaron. Un debate muy interesante sobre la educación estaban teniendo. Yo, en lugar de meter mi bocadillo, me puse a estirar, a practicar con el boken y a rodar por el pasto. Entré a la casa y escuché un audio nuevo en el mismo grupo. Me duché y me puse a escribir.

Como siempre cenamos muy rico, de postre té con bizcochos de avena y miel. Una charlita con Gerry y subí con un café con leche a seguir escribiendo. Quiero responder en el grupo…
Escribí hasta las 9:30 y a dormir.

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