Dublín 23,24/01 – seminario de Aikido en Waterford
Sábado 23: preparativos
Como venía
acostumbrado en los últimos días, desayuné escribiendo el diario y fui al
trabajo a las 11:20. Sólo que hoy me levanté cansado, ayer me agotó haberme
despertado a las 5.
Gary estaba
algo atareado pero contento, 30 desayunos en dos horas. En seguida preparé todo
para el almuerzo y empezó la hora pico. Estuvo bien, movida y sin demasiado
estrés. Alessandra estaba descompuesta y se fue lo más pronto que pudo. El chef
me dejó a las 5, misma hora a la que llegó Phil, y Alan se fue poco después.
Nos quedamos sólo dos en el bar. El último plato lo preparé a las 6:15 y
gracias a eso pude dejar la cocina limpia a las 7:15. Phil me pidió que me
quede un rato más para preparar el bar. Había que dejarlo impecable porque a
las 9 llegaban los invitados. Cerraron el local para un evento especial, los 80
años del padre de Alan. Terminé a las 8:20. En el camino a casa intercambié
mensajes con Alan, pero el de Aikido. Mañana me pasa a buscar por la esquina de
mi casa a las 8:40am, vamos a ir a un seminario en el condado de Kilkenny. Me
tiré en el sillón de la sala con la compu, charlé un poco con los chicos y
empecé un Skype con mi papá, después otro con Patricio. Ya era tarde, pero de
todas me quedé viendo algunos videos. Últimamente estuve viendo el canal de
YouTube CollegeHumor, son muy buenos, pero esta noche también vi algunos
discursos y entrevistas a José Pepe Mujica. Es recomendable escuchar las ideas
de este hombre si no lo han hecho aún. Me fui a la cama a la 1am.
Domingo 24: Waterford
Arriba a las
7:30, desayuné y preparé unos sánguches para el viaje. Ya tenía la mochila
lista. Los últimos días el hombro estuvo bastante mejor, le tengo confianza al
experimento del seminario; este consiste en entrenar aunque no esté totalmente
curado y ver cómo reacciona el cuerpo. Alan me pasó a buscar a las 8:55. Manejó
más o menos dos horas, en el viaje charlamos de Aikido, música y películas de
samuráis.
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Ruinas de un castillo en el centro |
Llegamos al
pueblo de Waterford 15 minutos antes de la clase, la cual empezó 15 minutos
tarde, tuvimos media hora para charlar y cambiarnos. En este pueblo es donde
Joseph tiene su Dojo. Joseph es aquel aikidoka que conocí en el seminario de
Sensei Patrick Cassidy el primer fin de semana que estuve en Dublín. Aún no
tenía trabajo y cuando lo comenté en la comida me invitó a su casa unos días.
El plan era quedarme ahí y ayudarlo a iniciar la construcción de su Dojo a
cambio de alojamiento, comida y algunos euros. Ese plan se pinchó porque
conseguí trabajo antes. Ahora nos volvemos a ver.
El seminario
estuvo muy bueno, lo dictó Ray y el contenido fue como el de las clases de
Balance en Dublín. Pero los compañeros eran todos alumnos de Waterford.
Practiqué con casi todos y fue una experiencia enriquecedora. Los principiantes
estaban deseosos de aprender y abiertos a las indicaciones, no se bloqueaban.
Los avanzados supieron encontrar un ritmo común y disfrutamos de una linda
fluidez.
Fue sólo una
clase, pero de 3 horas con un descanso de 10 minutos. En el cierre Joseph dio
un discurso. Él entrena Aikido, Daito Ryu Aikijujutsu y Katori Shinto Ryu, esto
a modo de currículum. Acá dejo una
mezcla de lo que recuerdo del discurso y de la reflexión que me disparó:
Las
técnicas no son importantes, aprendemos los principios y de ellos
surgen las resoluciones necesarias. Estas son únicas, por lo tanto no se pueden
entrenar, pero podemos entrenarnos para tener la capacidad de reaccionar con
soltura. Los principios del AIki nos enseñan a aceptar y conectarnos con lo que
viene.
Terminado el
seminario fuimos a comer a un bar. Por fuera no era la gran cosa, pero por
dentro se extendía de tal forma que se veía interminable. Totalmente en madera
con luces tenues y adornos sobrios. La comida bien presentada y precios
normales. Comimos rico y seguimos charlando de Aikido, Senseis, seminarios,
estilos y el por qué de entrenar. Nos tomamos un cafecito y caminamos hasta el
estacionamiento donde nos despedimos.
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En el interior del bar |
Antes de
arrancar Alan enrolló un cigarrillo y lo fumó fuera del auto. Ene se ratito
empezamos a hablar de cuánto se aprende del Aikido cuando se enseña. Me mostró a
modo de ejemplo lo que hace con los niños, un ejercicio que vi por primera vez
en un seminario de Tissier en Buenos Aires, por segunda vez con Igarashi Sensei
en Canadá, después repetidas veces en La Plata con Picciola Sensei,
recientemente con Ray. Es decir, que lo vi muchas veces, pero fue en ese
estacionamiento cuando me lo mostró Alan que vi una vuelta de tuerca, me hizo
un click, entendí un poco más de qué se trata el ejercicio y a donde cuál es su
objetivo. [Uke se posiciona para gyakuhanmi katatedori, pero no sujeta,
mantiene la palma en la posición para sujetar pero mantiene los dedos abiertos
y presión constante. Si uke es sincero con la intención el Aikido surge solo y
sin dificultades cuando nage/tori hace tenkan]. A lo que voy con esto es que
noté otra vez la mayúscula importancia de un aspecto del aprendizaje que mee estoy
perdiendo. Tengo que enseñar, dar clases.
En las dos
horas de vuelta volvimos sobre los mismos temas con Alan e incorporamos la
enseñanza. Él va a asistir en todas las clases de niños, me comentó lo interesante
que es tener que desglosar los conceptos del Aikido y las técnicas para que los
nenes te entiendan. Me recordó a mis clases de Karate y que hace tiempo que no
hago nada de eso. Los resultados de enseñar son muy enriquecedores.
Llegamos a
Dublín a las 6:30, me dejó en la esquina de casa. Llegué antes de lo previsto.
Me dio tiempo de ducharme, ver videos, escribir, charlar y acostarme más o
menos temprano.
Los invito a ver mi canal de YouTube:
https://www.youtube.com/user/Nahuelismo
Buen relato y más gente conocida y más aprendizaje. Genial
ResponderEliminarContactos aquí, contactos allí
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