23/8 – domingo – acaba el seminario / 8 clases en 2 días
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Remolque, segunda vivienda |
Hoy empezamos como ayer, pero con
algunas diferencias. Me desperté a las 7:10. Di una vuelta y me puse a corregir
el texto. Avancé bastante, mientras escribía me imaginaba el café con leche,
necesitaba algo caliente, la garganta me estaba doliendo y se me estaba yendo
la voz. Anthony me llevó el café y me lo tomé corrigiendo un poco más. Guardé
todo en la mochila y morral, cerré la puerta y me despedí de la cabaña. En la
casa el desayuno fue un té con leche y tostadas con lo mismo de ayer, solo que
hoy me dio de probar una especie de dulce untable hecho a base de levadura de
cerveza. El sabor lo conocía, nos lo dieron a probar en el museo de Heineken en
Ámsterdam, no me gustó mucho, me quedé con la manteca y mermelada. Antes de
salir entró la madre que estaba afuera fumando y charlaron sobre unas cosas que
ella vio afuera y que se quiere llevar. Fue divertido, tienen una buena
relación. Me contó que su padre es uno de sus mejores amigos. La madre se
despidió de mí diciéndome que fue un honor haberme conocido, yo le respondí con
un igualmente y Anthony me pidió que por favor no le diga eso.
En el camino volvimos a parar en el
súper. Compré lo mismo. Cuando llegamos al predio me bajé del auto y nos
despedimos, ya no lo volvería a ver a menos que vuelva a Telford.
Hoy empecé el curso con mucha
energía, sin dolores, muy bien. La segunda clase seguía entero, con algunas
molestias menores, pero al terminar sentí dolor en la rodilla derecha, me costa
levantarme. Creo que fue en esta clase que practiqué con el Sensei al que fui a
ver una clase hace casi tres semanas, ese que no me gustó mucho porque se movía
y hablaba muy apurado, y que tampoco me había gustado el trato a los alumnos y
al kamiza (pared del Dojo donde se ubica
el altar del fundador, en ocasiones tiene decoraciones shintoistas); pero como
practicante muy bien. Suave como uke (compañero
que recibe la técnica), me negaba movimiento cuando la hacía mal, entraba
bien los irimis (avanzar por la espalda o
hacia el centro de uke).
Almorcé y volví al tatami. La tercera
clase volvió a ser con Kobayashi Shihan. Las últimas tres técnicas las hice con
uno de los holandeses con quien compartí mesa anoche, la segunda fue yuji garami
nage. La hicimos saltando y girando en el aire. Esta habilidad se la debo en
parte a los Sánchez por su insistencia en el ukemi, sin embargo sigo siendo
nuevo en esto. En uno de los giros caí con mi cuádriceps derecho sobre mi mano,
fue como si me hubieran dado una patada baja, me dolió horrores, di unas
patadas para ahuyentar la molestia y terminé la clase. Aquí fue cuando Sensei
Barbara nos llamó para una foto grupal a todos con los que practicó en las
clases, todos los que pudo encontrar, y le pedimos a Kobayashi Shihan que se
sume. Así que ahora tengo una foto con él.
Estuve rengueando los 15 minutos de
descanso. Cuando empezó la última clase creo que entre el golpe en la pierna y
las articulaciones de las rodillas gastadas rompí el record de lentitud para
adoptar seiza (sentarse sobre las rodillas).
Pero basta de excusas superfluas, empezó la clase y empecé a moverme otra vez.
Después de la entrada en calor ya sólo pensaba en la propuesta de Dojo Cho.
Terminada la clase hubo un discurso de Gordon Jones Shihan, cabeza de UKA y
otro de Waka Sensei traducido por uno de los mejores traductores Japonés Inglés
que haya escuchado.
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Exhibición de Waka Sensei |
Uno de los anuncios fue para
organizar la exhibición, me asomé a ver qué onda, pero había que estar
preinscripto para participar. Doblé la hakama y fui a las duchas. Vi el
espectáculo desde la segunda planta, donde están los vestuarios. Me gustó
mucho, me sorprendió la cantidad de shihanes que hay en el Reino Unido,
presentes y exhibiendo al menos 5. De algunos de los expositores no me gustó
como trataban a los ukes, otros no me gustó como aprovechaban el espacio, ya
sea perdiendo la simetría o arrojando a sus ukes contra los que están sentados,
el espacio era muy grande. Y hubo muchos que me gustaron mucho. Todo esto
seguro se podrá ver en youtube en breve.
Terminada la exhibición nos pusimos
a levantar el tatami. En un momento pedí que me reemplacen y fui a buscar a
alguien que me lleve a la estación de Telford. Lo encontré, se llama Jamus, me
dijo que me llevaría cuando terminen con las planchas. Volví a colaborar en
otra fila, entre los colaboradores pasando planchas de acá para allá estaba
Sensei James. Es la cabeza de una de las escuelas de la escuela más grande del
Reino Unido, recientemente promovido a séptimo Dan y ostenta el grado de Shihan
desde 2007 y estaba ahí mostrando el bushido.
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Telford Central Station |
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Telford Central Station |
Cuando terminamos Jamus me llevó a
la estación. Hice un esfuerzo por hablar, ya que me estaba llevando, pero las
cuerdas vocales querían una pausa, ya estaba disfónico. El boleto de vuelta
valía para cualquier tren de Telford a Londres, elegí hacer escala en
Birningham, en este trayecto leí Murakami. En el segundo tramo terminé de
corregir el texto de Patricio. Me di cuenta que estuve desde el jueves con eso,
y me puse a actualizar el blog.
Llegué a casa y me hice un té, ya
había comido en el tren. Usé un poco de Internet y me fui a dormir.
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