Dublín 17,18/03 – un último día para recordar
Jueves 17: Joda
![]() |
Stephen Green Park |
San Patricio!
Día de conmemorar la muerte de San Patricio, patriarca católico de Irlanda.
Quien con su predicación introdujo la palabra de dios en este pequeño pueblo de
las islas británicas. Pero la cultura irlandesa es fuerte. En este día poco se
ve de Jesús, San Patricio o Dios, y más se ve la cultura irlandesa en sus más
grandes exponentes: sus mitos y leyendas, y su cerveza. De día hay festejos en
las calles, cierra la principal para dar paso a un gran desfile con música
folclórica, disfraces de época y de criaturas de su fantasía, bandas locales y
discursos en gaélico; pero de noche la ciudad se viste de verde, gran parte de
los locales se queda en casa y las calles se infestan de turistas e inmigrantes
que no se cansan de consumir alcohol en los bares y pubs. Le podés pintar la
cara de perro a un caballo y enseñarle a ladrar, pero cuando tenga que gritar
su verdad va a relinchar.
![]() |
En el pub |
Hoy el bar
abre a partir del almuerzo, Gary y yo tenemos que estar a las 11:30. Salí con
Ornella temprano y caminamos hasta el parque Stephen Green. En el camino vimos
como se acercaba la gente al centro en la calle O’Connell y como se preparaban
para el desfile. En el final de la calle Grafton, justo frente al parque, había
un gran músico, le compré un CD. Caminamos todo el parque que no es muy grande,
pero sí muy lindo. Empezamos a volver, ella caminó tranquila hasta O’Connell y
yo corrí hasta el bar. Se me hacía tarde. Las calles cerradas me retrasaron.
Casi todo cerrado por el feriado. Llegué y me mandaron a comprar leche y demás.
Cocinamos normal, nada del otro mundo, decepción. Yo estuve todo el día
sintiéndome mal por no haberlo compartido con mi hermana, era su último día
conmigo. Cuando terminé de limpiar a las 8 dejé la mochila en el bar y
coordinamos con Ornella para encontrarnos en el camino. Salimos 4, los Vinnies
y nosotros dos. Estábamos por sumarnos a los Alemanes, pero nos mandamos al
primer bar que encontramos, uno frente al Heineken clock en el final de la
calle O’Connell. Estuvo genial. Ornella y Vinícius se tomaron unas cervezas que
fueron rellenando y yo nunca me percaté. Vinny y yo nos relajamos con un
chupito de Tequila, el repitió más tarde y yo cambié a uno de Vodka. Los vasos
de Ornella y Vinícius iban cambiando de forma y color conforme a las cervezas
que se tomaban, no me gusta la cerveza. Con dos chupitos puedo bailar en
público mi estilo marcial relajado, aunque aún con algo de pudor, pero no es
suficiente para que entable conversaciones con extraños como si los conociera
de toda la vida. Vinny seguía como siempre, clama tener amplia experiencia en
tequila, bueno. Los otros dos parecían también estar acostumbrados a la
cerveza. Salimos con la idea de encontrarnos con los alemanes. Ellos estaban en
un bar no muy lejos del nuestro, pero en dirección opuesta a la casa. Teníamos
que estar en el aeropuerto en 5 horas. Decidimos meternos en un bar en The
Temple Bar y dejar que lo alemanes hagan la suya. Lo tomados que podríamos haber
estado se nos pasó con los 30 minutos de caminata en el frío húmedo de pasada la
media noche. Llegamos a la casa y nos acostamos a la 1:30.
Viernes 18: Adiós
![]() |
Con mi amigo en el banco |
Me desperté a
las 3:45. La desperté a Ornella, y llevé todas sus cosas al living para que las
organice sin despertarlo a Vinny. Vinícius nos despidió en la puerta y
caminamos en dirección al parada del micro. El frío, la resaca, el rocío, la
humedad. Nos tomamos un taxi que nos cobró 18 euros, parece que está más cerca
que del centro. Entramos en desesperación. No encontrábamos su pasaporte.
Buscamos por todas partes, llamamos a Vinícius, buscó, nada. Lo despertó a
Vinny, lo Alemanes llegaron y ayudaron, nada de nada. No estaba en la casa.
Pregunté en la policía del aeropuerto, no lo tenían, no la había perdido al
aterrizar. Busqué otro vuelo hoy mismo para que no pierda el de España
Argentina. La única opción para llegar hoy era de 650 euros. Lo encontró,
estaba en un bolsillo escondido. Corrimos a la puerta de embarque, un abrazo
fuerte y adiós que lo pierde en serio. Me quedé en off frente al monitor de los
despegues esperando su mensaje de “ya estoy en el avión”. El mensaje no
llegaba. Fui hasta la cola del check in de su vuelo y me dijeron que si cruzó
la puerta ya está en el sistema y la van a esperar unos minutos.
Llegó el
mensaje, me relajé un ratito y salí a acaminar.
Me fui en
micro. Era de día, bajé en Drumcondra. Caminé por el canal y me saqué una foto
con la escultura en el banco para marcar el reinicio de mi rutina. Dormí una siestita
y al bar a las 12. Me despedí de los alemanes. Viernes normal, Gary se fue a
las 5 y yo cerré. Me comí una torta de chocolate. Mañana entro tarde, a las 4 a
reemplazar derecho. Volví a la casa y directo a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario