Dublín 28,29/03 – la gente que con la que nos
cruzamos
Lunes 28: frío
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Volviendo de Howth |
Serían la
1:30, o tal vez las 3. No importaba, hacía poco estaba en la bolsa de dormir y
afuera aún estaba oscuro. El poderoso frío húmedo de la península irlandesa nos
estaba enseñando a acampar. Los temblores aumentaron de intensidad y no se
detenían. Intenté cambiarme el orden de las medias, tal vez era eso, pero no.
Cerré los ojos rendido a la falta de opciones prácticas y acudí a una más
interna. Respiré hondo, relajé mi cuerpo y dejé temblar. El efecto duró poco,
ya que al empezar a dormirme el frío volvió a invadirme y los temblores con él.
Se puede decir que no pasmos una buena noche de sueño. Me desperté muchas
veces, en ocasiones aún recordaba el sueño, lo que me pareció raro, no bebería
haber llegado a soñar nada con el poco tiempo que tuve para dormir, pero lo
hice. Debe haber surgido de un fuerte deseo, el hambre y el frío. Soñé que era
de día, desarmábamos todo y nos íbamos al tren que estaba calentito. Lo soñé al
menos dos veces. Finalmente se hizo de día. Salí a hacer pis y a estirar las
piernas para enterarme que no estaban dispuestas a moverse. Hacía menos frío,
pro mis pies seguían congelados. Me senté en la carpa con la puerta abierta y
puse a calentar agua para el porridge. Le tomó un buen rato. Temblando abrí el
paquete de galletitas y me comí una, después otra, fue sólo después de la
cuarta que volví en mí. Me faltaba energía, comí unas cuantas más y tomé agua
mientras esperaba con ansias el desayuno. Vinny se volvió antes de que sirviera
los potes. Le indiqué cómo volver y lo hizo solo. VInícius y yo desayunamos,
levantamos el campamento y empezamos a caminar llenos de energía. Parecía que
la noche hubiera estado hermosa. La vuelta fue mágica. Primero nos encaminamos
en sentido contrario a lo que le había dicho a Vinny una hora atrás. Habrá llegado?, pensé. Ahora ya no hay
nada que hacerle. Salimos del bosque derecho al norte, igual que la última vez.
Lo primero fue una meseta rocosa con vista a la isla. De ahí bajamos por un
túnel de arbustos muy bajito que nos condujo a un túnel mucho más grande de
árboles. Lo seguimos hasta una construcción abandonada cubierta por vegetación.
La bajamos, es muy empinada, y llegamos a un llano frente al club de golf. Sin
pausa fuimos a la estación y, sentados en los asientos calentitos del tren, nos
dormimos una siesta.
Ya en Dublín
vimos como se preparaban para el último día de los festejos. Varios escenarios
y algunos puestos de comida. Hoy lunes es feriado bancario. Desayunamos un Full
Irish Breakfast en un restaurante muy bonito de comida local, nombre francés y
encargadas coreanas. Listo, chau, nos fuimos a casa. Basta de dar vueltas, es
hora de dormir la siesta, una bien larga.
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Segundo desayuno |
Llegamos,
Vinny estaba durmiendo ya. Parece que llegó sin problemas. Vinícius fue a
dormir directamente y yo puse a calendar el agua para la ducha. En el proceso
lavé la ropa y charlé con Nana. Me duché, colgué la ropa y reacomodé la vajilla
en la cocina, ya no lo soportaba más. Nana había quedado con Vinny en ir al
centro a ver el desfile, no había desfile le dije, pero sí festejos. Mis
zapatillas estaban mojadas, recién lavadas. Debería haberme quedado durmiendo
tal vez, pero me sentía con ganas de seguir. Me puse las botas que me había
comprado en Rusia, las que me maltrataron los dedos gordos y salimos los tres
rumbo al centro. En el cruce O’Connell y Parnel estaba el escenario principal,
escuchamos algunos temas y seguimos hasta la zona de los puestos de comida.
Nana y yo almorzamos un pancho gigante cada uno. En un momento Vinny se detuvo
a habar con una chica. Nos la presentó, Margaret o Maggie, la conoció en uno de
sus encuentros de conversación. Estaba sola, así que se nos sumó. Nos quedamos
un ratito escuchando folclore irlandés en un escenario chico frente a la
oficina de correos. Después nos movimos al parque de Stephen Green pasando por
la calle Grafton. Mucha gente en todos lados, un día hermoso además. En el
parque había bandas y puestos de actividades gratuitas, entre ellos pastelería
para probar, tango, gaita, diarios antiguos y más. En la caminata nos fuimos
rotando, nunca fuimos los 4 en banda. En un momento quedamos Maggie y yo, ella
camina muy rápido, los perdimos a Vinny y Nana.
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Las cmoidas de los festejos |
Los buscamos
un rato hasta que nos cansamos y decidimos volver. Ellos tienen llave, ya nos
encontraremos en la casa. Me pareció raro que ella estuviera yendo en la misma
dirección que yo. Ya dije que caminaba rápido. Doblaba en mis mismas calles.
Cuando llegamos a la parada del micro frente al Testo de la esquina de casa me
dijo que ahí se lo tomaba para ir a casa. La invité a tomar un té, ya que
estábamos. Compré leche y galletitas y entramos. Estaba Antonio en la sala, los
chicos no habían vuelto y Vinícius seguía durmiendo. Nos tomamos el té con las
galles y fuimos a mi pieza a aprovechar
el rato antes que vuelvan Vinny y Nana. En ese momento no estaba seguro qué
pasaba. La flaca me acompañó todo el camino, me dio la sensación que ir a mi
casa fue su idea, aunque yo lo dije, y estábamos sentados en mi cama y ella
quería y no quería a la vez, saliendo con conversaciones casuales a cada rato.
Acá acoto lo complicado que era a veces. Primero pensé que era polaca, por la
cara y lo poco que le entendía. Después de un rato me enteré que en realidad es
local, de Dublín, tiene un acento muy marcado, habla bajito y mirando al suelo,
con mi altura se me complicaba entenderla, además el acento no ayudaba.
Llegaron los chicos y volvimos a tomar té con galles todos juntos. Se empezó a
hacer tarde y ella no se iba. Le preguntamos y dijo que nos fijemos en el
cronograma de los micros, le quedaban 2 espaciados en una hora antes del último
del día. Se seguía quedando y la invitamos a comer. Se comió un plato completo
de los vegetales de Nana y otro de mi estofado. Vinícius había bajado ya y
pronto volvió a dormir. Nana hizo lo mismo y yo acompañé a Maggie a la parada.
Empecé a sospechar de ella, pero no sabía qué pensar. Esperando el micro me
preguntó un par de veces si se podía quedar en la casa de todas formas porque
hacía frío y no quería viajar hasta la suya. Le di algunas respuestas evasivas
hasta que llegó el micro. Se subió, la vi pasar hacia atrás y me fui. A los 30
segundos la escucho que me llama. Se había bajado. Me volvió pedir quedarse con
la excusa de que su tarjeta no funcionaba. Bueno, que se quede. Volvimos a la
casa, la dejé en el living y le preparé la cama que iba a ser de Patricia. Nos
acostamos los tres mientras esperábamos que se caliente el agua para la ducha.
Ella usa mucho maquillaje, no me gusta eso. Se le nota demasiado. Tenía la
ilusión de verle su cara real después de que se duche, pero no fue así. No sé
si es a prueba de agua o si se llevó el kit completo al baño, pero salió igual
que antes de entrar. Mientras se duchaba charlé un ratito con Antonio y Vinny,
el primero estaba preparando la cena. Le sugerí a Vinny que se quede un buen
rato ahí comiendo y que no vaya a la habitación. Accedió con risas cómplices y
yo volví a mi cama a esperarla. Cuando llegó se acomodó y antes de que se tape
me metí en su cama. La volví a besar pero esta vez no hubo amagues o desvíos
con conversaciones casuales. Nos empezamos a excitar. Todo venía bien hasta que
no. Hay algo en ella que no me cierra. No me gusta, me da mala espina, me
genera desconfianza, me está ocultando algo, sus intenciones no son lo que
parecen. No sé, no lo sentí bien. Le dije buenas noches y volví a mi cama,
previo ir al baño y decirle a Vinny que ya podía volver. En el momento que
desistí de todo eso mi cuerpo se acordó el esfuerzo que había hecho desde ayer
en Howth y de la falta de sueño. Me dormí casi al instante.
Martes 29: cocinando
Me desperté
tarde y tuve que salir rápido. Maggie seguía en la cama. Se despertó, le mostré
donde estaban mis cosas para desayunar y me fui. Quedamos en que a las 7:30 u 8
le escribía.
Llegué al bar
y empezamos la semana. Con las existencias agotadas hoy nos tocó cocinar casi
todo. Pocos clientes, pero las hornallas y el horno no pararon de trabajar. Gary
se fue temprano y me quedé a cerrar. Salí tarde, a las 8:15 le escribí y la
llamé a Maggie pero no me atendió. En el grupo de los chicos de la casa Vinny
comentó que le costó hacer que Maggie se vaya. Se quedaba y seguía inventando
excusas para no irse. Al final tuvo que salir antes de almorzar para que ella
también salga. Después Vinícius la vio en el centro y luego fue a casa a las
7:30 buscándome a mí o a Vinny. Le costó hacer que se vaya otra vez. A las 8
volvió y no la atendieron. Cuando estaba volviendo a la casa me la encontré en
la parada del micro. Le dije que estaba cansado y que nos veamos otro día. No
insistió, me pareció raro, pero lo acepté, no sea cosa que no me la pueda
despegar. En la casa me duché, charlamos un poco y a dormir.
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